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Cómo alentar a otros

Todos hemos necesitado a alguien que nos aliente, que nos exhorte si estamos desanimados, que nos motive a seguir adelante, que esté con nosotros en los momentos difíciles.

No solo eso, sino que todos debemos alentar a otros. Muchas de las personas que nos rodean están desanimadas y les vendría bien una palabra de exhortación o un acto de bondad. Ya sean amigos, familiares o desconocidos, podemos marcar la diferencia en la vida de otros y compartirles a Cristo, al seguir su ejemplo de compasión y bondad.

DESARROLLO DEL SERMÓN
Pablo, al escribir a la iglesia en Tesalónica, les anima mencionando la certeza del regreso de Jesucristo y otros detalles relacionados con lo que sucederá.

Les dice: “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis” (1 Ts 5.11). El término griego que se usa aquí es “paraklétos”, el cual significa “uno que ha sido llamado a estar a nuestro lado”. Y eso es exactamente lo que debemos hacer, estar al lado de los que necesitan nuestra ayuda. La noche antes de ser crucificado, Jesús les dijo a sus discípulos que, aunque se iría, les enviaría a otro Consolador (Jn 14.16-18). Esta es la misma palabra griega “paraklétos”. Hasta ese instante, Jesús había estado al lado de sus discípulos, pero al partir de este mundo, alguien similar a Él viviría en ellos. Se refiere a la tercera persona de la Trinidad, al Espíritu Santo.

Jesús: Nuestro mejor ejemplo a seguir

Las enseñanzas del Señor estaban llenas de palabras de ánimo en relación con diferentes aspectos.

Oración. Enseñó a sus discípulos que debían aguardar con certeza la respuesta a sus oraciones. “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mt 7.7).
Perdón. Jesús mostró la importancia y los beneficios que recibimos al perdonar a otros (Mt 6.14).
Ansiedad. Al mencionar cómo Dios provee para las aves y las flores, nos habla de cómo nos cuida y nos exhorta a no afanarnos por nada (Mt 6.25-34).

Pecado. En la ocasión en la que los saduceos y fariseos trajeron ante Él a una mujer que había sido sorprendida en adulterio, no la condenó, sino que le dijo: “vete, y no peques más” (Jn 8.11).

El Espíritu Santo. El mensaje más alentador que Jesús le dio a sus discípulos fue el relacionado con el Espíritu Santo. La noche antes de ser crucificado, les habló de la persecución que enfrentarían, pero también les aseguró que enviaría a su Espíritu para que estuviera con ellos para siempre (Jn 16.1-7).

Jesús alentó a las personas al proveerles lo que necesitaban.

Provisión. Después de haber enseñado a una gran multitud, sintió compasión por ellos, pues tenían hambre. Con tan solo cinco panes y dos peces alimentó a más de cinco mil personas (Mt 14.19-21).

Protección. Cuando sus discípulos fueron sorprendidos por una tormenta en el mar y estuvieron a punto de naufragar, vino a ellos caminando sobre el agua y les dijo: “¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!” (Mr 6.47-51).

Sanidad. Mientras viajaba a Jerusalén, tuvo tiempo para detenerse y dar vista al ciego Bartimeo, quien había clamado a Él por ayuda (Mr 10.46-52).

Vida. En el momento en que María y Marta sufrieron por la muerte de su hermano Lázaro, Jesús demostró su poder resucitándolo (Jn 11.38-44).

Cuidado. Incluso mientras sufría en la cruz, Jesús se preocupó por el bienestar de su madre, y le pidió a Juan que la cuidara (Jn 19.26, 27).

Pablo: Otro ejemplo a seguir para alentar a otros

Cristo transformó al apóstol Pablo para que viniera a ser un misionero del evangelio. Su vida nos sirve de ejemplo para que nunca nos rindamos, pues en todo momento confió en el Señor.

Persecución. Aunque fue apedreado y dejado por muerto en Listra, no se detuvo. Milagrosamente se puso de pie y al día siguiente viajó a la ciudad vecina para proclamar el evangelio (Hch 14.19, 20).

Prisión. Pablo fue encarcelado en varias ocasiones por predicar el evangelio. Sin embargo, nunca sintió lástima de sí. El Espíritu Santo fue su Consolador.

Naufragio. Mientras Pablo era llevado a Roma como prisionero, el barco en el que viajaba enfrento una tormenta y la tripulación casi perdió la esperanza de sobrevivir, pero él la alentó para que no se rindiera (Hch 27.21-36).

Una de las maneras en la que Pablo aún nos alienta es por medio de las cartas que escribió.

Romanos. Nada nos puede “separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús” (Ro 8.38, 39).

Gálatas. El Espíritu Santo produce cualidades que no podríamos tener sin Él: “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gá 5.22, 23).

Corintios. Se nos da la seguridad de la resurrección de los muertos (1 Cor 15.20-58).

Efesios. Dios nos ha escogido en Cristo, desde antes de la fundación del mundo, y nos ha sellado con su Espíritu como hijos suyos (Ef 1.4, 13, 14).

Filipenses. Ha prometido suplir nuestras necesidades “conforme a sus riquezas en gloria” (Fil 4.19).

Colosenses. Nos ha mostrado la manera en la que debemos relacionarnos con las demás personas (Col 3.18-21).

Tesalonicenses. Se nos ha dado la esperanza de que volveremos a ver a nuestros seres queridos y estaremos con Cristo eternamente (1 Ts 4.13-18).

Cómo alentar a otros con nuestras palabras:
Darles un elogio sincero.
Decirles siempre la verdad.
Convenir cuando sea propicio.
Transmitirles información que sea útil.
Citarles un pasaje bíblico que sea propicio.
Corregirles cuando sea propicio.
Decirles que les amamos.
Consolarles y asegurarles que estamos disponibles.
Expresarles gratitud.

Con nuestras acciones:
Con regalos o con una sonrisa.
Al callar mientras hablen.
Abrazándoles , perdonándoles y sirviéndoles.
Aceptándoles tal como son.
Siendo sinceros y pacientes con ellos.
Encaminándoles por el rumbo correcto.
Motivándoles a dar lo mejor de sí.
Recompensándoles con algo.

¿Conoce alguna persona que aliente a los demás? ¿De qué manera esa persona ha influenciado su vida?

¿Ha alentado usted a alguien recientemente? ¿Cuáles fueron las palabras o las acciones que usó para hacerlo?

PASAJE CLAVE: 1 Tesalonicenses 5.1-14

LECTURAS DE APOYO: Mateo 6.14, 25-34; 7.7; 14.19-21 | Marcos 6.47-51; 10.46-52 | Juan 8.2-11; 11.38-44; 14.16-18; 16.1-7; 19.26, 27 | Hechos 14.19, 20; 27.21-36 | Romanos 8.38, 39 | 1 Corintios 15.20-58 | Gálatas 5.22, 23 | Efesios 1.4, 13, 14 | Filipenses 4.6, 19 | Colosenses 3.18-21 | 1 Tesalonicenses 4.13-18

Fuente:
Pastor Dr. Stanley

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