El norte del propósito para lo que fue constituida la familia se ha ido perdiendo en la medida que aumenta la violencia en República Dominicana y el resto del mundo.
Basta con leer los medios de prensa escrita, escuchar la radio y ver television, para enterarnos de ese desastre que a diario penetra el corazón de la sociedad debilitando y aplastando al interior del cuerpo de la familia.
De ahí, el aumento de los actos delincuenciales en las calles y el hogar, conducta que maquina con perversas intenciones la estabilidad emocional, física y espiritual del colectivo familiar.
La familia fue creada para servir a Dios, esa es la meta hacia la que debe caminar e invertir todos sus recursos cada persona que ha sido bendecida con el don de nacer en esta tierra.
Desafortunadamente este mundo ofrece un contenido que altera el orden y la tranquilidad de la convivencia del compañerismo y la fraternidad en todas sus dimensiones.
Los valores se están extinguiendo cada día más y la violencia física y emocional corroe con intensidad la institución familiar, causando estragos en la siembra del Dios viviente.
Esposo y Esposa: es tiempo de sanear el hogar que el Señor te ha construido, de santificarlo y echar fuera en el nombre de Jesús toda impureza que lo contamina.
Una nación estanca su desarrollo y prosperidad cuando la familia se encuentra frustrada y fallida, pon manos a la obra y despierta en ti el esfuerzo y la voluntad de hacer algo para revertir lo que un día fue tu nido de amor y santa paz, tu parentela.
El ejemplo del profeta Josué es un testimonio poderoso de servir al Señor en tiempo de deterioro familiar, este esposo reunió a toda las tribus israelitas y llamó a todos sus líderes, y allí, frente al santuario, le dijo: » Mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios». Última amonestación del versículo 15 del capítulo 24 de Josué. Traducción en lenguaje actual. La versión Biblia Reina-Valera 1960, dice: » Yo y mi casa serviremos a Jehová».
También nosotros, como Josué, vayamos al foro social del país para hacer escuchar nuestras voces ante toda la colectividad y proclamar el compromiso que tenemos con Dios y la familia con gran estruendo, «YO Y MI CASA SERVIREMOS A JEHOVÁ».
Que Dios derrame sociego, paz y abundante bendición a tu casa.
Pastor Antonio Regalado