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Yo soy

El Evangelio de Juan no se parece en nada a los demás. Se entiende que el apóstol Juan es el autor. Existe controversia en cuanto a la fecha del escrito; si 80 al 95 d.C. o antes del 70 d.C. Juan escribió Apocalipsis y 1, 2 y 3 de Juan; Si fueron escritos antes del 70 d.C., entonces los eventos escatológicos apuntan al año 70 d.C., a la destrucción del Templo; Si fue después, tendríamos que mirar hacia eventos futuros. El autor escribe batallando ideas agnósticas de los nicolaítas, quienes pensaban que la naturaleza humana estaba corrompida, dañada, no servía. La idea principal de Juan, es presentar a Jesús como el Hijo de Dios: En el principio era el Verbo y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios y se hizo carne. No hay genealogía, si presentamos al Hijo de Dios. En los otros Evangelios, Jesús es revelado poco a poco, y al final vemos que es el Mesías, el Hijo de Dios; Juan, desde el principio, establece la deidad de Jesús, diciendo: Éste es Dios; Sin misterio. En Juan, no hay parábolas; Y vemos mayor enseñanza de la obra del Espíritu Santo en la vida de una persona.

Hay una declaración que se repite en el libro de Juan: Yo Soy. Jesús dijo: Yo soy el Pan de Vida; Yo soy la luz del Mundo; Yo soy la Puerta de las Ovejas; Yo soy el Buen Pastor; Yo soy la Resurrección y la Vida; Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida; Yo soy la Vid Verdadera. Yo soy, Yo soy, Yo soy. Jesús comienza a presentarse a la gente.

En Juan, Jesús tiene una forma particular de enseñar: Tiene conversaciones personales –con Nicodemo, la Mujer Samaritana – y las aprovechó para enseñar; Usa debates públicos con religiosos en medio de controversias, para establecer quien él era y traer sus enseñanzas; Y enseñó en privado a sus discípulos. Jesús no dijo en el monte de las bienaventuranzas: Yo soy la vid verdadera; Porque al público, si le hablas esas cosas, lo confundes. En Juan vemos conversaciones privadas; le habla a Nicodemo, y le explica. Jesús predica en parábolas a la multitud para que entienda, pero los misterios del reino siempre están reservados a los que están cerca: Bebe mi sangre, come mi carne; Ni los discípulos lo entendieron. Él puede decir eso si tú estás cerca, puede explicarte y tomar el tiempo. Este estilo permite que Jesús lleve el mensaje completo y perfecto de quién él era, y pudiera manifestar la revelación de la deidad.

Jesús dice quien él era, y Juan el Bautista declara quien él no es. Había batalla de si tú eres de Juan o de Cristo; Y Juan dice, que Juan el Bautista tiene que menguar para que Cristo crezca. Juan el Bautista dice claramente: Yo no soy el Mesías; Yo no soy Elías; Yo no soy digno de amarrar su calzado; Ustedes sois mis testigos que yo no soy el Mesías. Juan el Bautista tiene que decir “Yo no soy”, para que Jesús pudiera decir: Yo Soy. Dios lo envió a abrirle camino a Jesús, a apuntar, señalar a Jesús para que el mundo lo viera. Mientras pensaran que él era, Jesús no entraría en protagonismo. Es poderoso saber lo que eres, y lo que no. Cuando no entiendes lo que Dios no te ha dado, te metes en problemas. José no se acostó con la mujer de Potifar; Él Dijo: Tu esposo me ha dado todo, menos a ti. Él sabía lo que le habían dado y lo que no. El problema de Eva fue querer lo único que Dios no le dio; A Acán, Dios le dijo que no tomaran nada de Jericó, y él cogió de Jericó; Dios le dijo al pueblo en un momento: No pelees con tus enemigos, porque yo no te he dado esa tierra. A veces pierdes fuerzas peleando batallas innecesarias, por cosas que Dios no te dio. Ten claro lo que eres y lo que no; En el libro de Juan, Dios establece esto claramente: Juan no es; Yo sí Soy.

En Juan 11, Jesús le pregunta a Marta si ella creía que él era la resurrección y la vida. Jesús llega cuatro días tarde a la enfermedad de Lázaro, quien termina muriendo; Y Marta le sale al encuentro; Sale, pero comete el error que todos cometemos en algún momento; Dice: Señor, si hubieras estado aquí, esto no hubiera pasado. Y Jesús dice: Tu hermano resucitará; Y ella dice: Yo sé que resucitará en la resurrección. Y Jesús le dice: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. ¿Crees, esto? Jesús lo sacó de entre los muertos, pero Marta activó el milagro. Ella dijo: Sí, creo. El error de Marta fue el de todos nosotros: Siempre pensar en el pasado o el futuro, y no en el presente: Si hubieras estado aquí; Yo sé que las cosas mejorarán algún día. Jesús le dice: No se trata de tu ayer, ni de tu futuro, se trata de ahora; Lo único que tú tienes que creer hoy, es quien Yo Soy. Y eso se puede activar en tu vida hoy. Las mayores preocupaciones vienen cuando todo el tiempo estás pensando en el pasado, en el ayer, lo que debiste hacer, lo que no fuiste, lo que no alcanzaste; Que algún día lo tendrás, algún día lo alcanzará; Te pierdes en tu vida por estar pensando en dos tiempos con los que no puedes hacer nada; No puedes hacer nada por tu pasado, y tu futuro tiene que estar en las manos del Señor. Por lo único que tú puedes hacer algo es con este tiempo, con el ahora, con este instante. Lo que va a cambiar tu vida en este momento, no es lo que Dios tiene para ti, es saber quién es Él. Si Él es el pan de vida, hoy tú puedes estar lleno; Si Él es la Luz del Mundo para ti, no tienes que tener confusión; Si tú entiendes que Él es la Resurrección, nada muerto puede quedarse en tu vida; Si tú entiendes que Él es el Camino, la Verdad y la Vida, hoy, ahora, eso es lo que tú vas a experimentar. La declaración de quién es Dios para ti en este momento, no la puedes tomar como poco. Esta fue la declaración que Dios le dijo a Moisés que dijera, cuando iba a libertar al pueblo de Egipto. Moisés no quería ir; y pregunta: ¿En nombre de quien digo que voy? Y Dios dijo: En nombre de Yo Soy el que Soy. Dios necesitaba que el pueblo supiera quién era el Yo Soy; Porque la única manera de sobrevivir en el desierto es conociendo quien es Él. Porque, cuando necesitas pan, Él es tu pan; Cuando necesitas agua, Él es tu agua; Cuando necesitas cobertura, Él manda la nube para que estés cuidado; Cuando necesitas calefacción, Él es tu columna de fuego; Él es, Él es, Él es. En el desierto, Dios buscaba que el pueblo se enamorara de quien es Él. Que entendieran que Él era todo para ellos, que no necesitaban a Egipto. Era Dios diciendo: ¿Necesitan agua? Yo soy agua; Dime qué tú necesitas; Yo soy todo lo que tú vas necesitar. Esta declaración es bien importante, porque Juan estaba trabajando con los judíos, con los nicolaítas, y ellos entendían este principio; Reconocían a Moisés y recordaban lo que había pasado con él y la implicación de lo que pasó cuando hizo esa declaración. Jesús les está diciendo: La época de Moisés se acabó; Yo Soy. Lo que fue Dios para Moisés y para el pueblo, Yo soy para ustedes en este tiempo. Lamentablemente, no lo pudieron entender.

Fuente:
pastor Otoniel Font | Puerto Rico

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