Por lo cual dice: Subiendo á lo alto, llevó cautiva la cautividad, Y dió dones a los hombres.- Efesios 4:8. Biblia Reina-Valera Antigua.
La Misericordia de Dios es tan Hermosa que cuando Jesús terminó de hacer el sacrificio con el que nos salvó en la cruz del calvario, nos entregó la bendición de repartición de dones con la finalidad de prepararnos para vivir conforme a Su Voluntad, en un mundo que persigue y maltrata en la Iglesia o fuera de ella, a todo aquel o aquella que posee estos atributos del Señor.
Esa gracia especial para el desempeño en cualquier espacio de acción para desarrollar diferentes tareas, esa cualidad, habilidad, «bien material o inmaterial» como define el diccionario, dádiva, presente, es un regalo de Dios.
Y como viene del Padre, tus detractores te van a golpear, te pondrán patas arriba con la finalidad de frustrarte, descalificarte y llevarte al callejón de las trompadas para liquidarte.
La cizaña crece entre la cosecha, pero no aporta nada, sino que su propósito es dañar el fruto, echar a perder el trabajo de la siembra que con esfuerzo, sacrificio, dedicación y muchas lágrimas ha sido realizada, así ocurre también en las experiencias de la vida cuando aparece ese vicio lleno de envidia, vergonzoso, destructor, y se mezcla entre los dones para avasallar las buenas acciones y costumbres de hombres y mujeres bendecidos/as por Dios.
El éxito que posee, que estás cosechando y que perdurará en el devenir del tiempo, en el orden espiritual o secular, es por la Gracia de Dios, porque «Dios nunca cambia. Fue Dios quien creó todas las estrellas del cielo, y es quien nos da todo lo bueno y todo lo perfecto». Santiago 1:17. Biblia traducción en lenguaje actual. {TLA}.
La promesa del Señor no contempla derrota para ti, sino victoria, «Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo —declara el Señor— para librarte». Jeremías 1:19. Biblia de las Américas.
Pastor Antonio Regalado
