
El American Gardens Theatre de Epcot, en Disney World, fue escenario de un evento de adoración que transformó el parque temático en un lugar de alabanza a Dios. Lo que normalmente es un espacio de entretenimiento se convirtió en un culto multitudinario donde nadie quería irse.
Miles de personas se reunieron el domingo 11, incluso bajo una tormenta, para participar en la presentación de Maverick City Music. La banda interpretó himnos como “I Thank God”, “Jireh” y “Miracles”, y a pesar de los retrasos por la lluvia y los rayos, la multitud respondió con entusiasmo y cantó a todo pulmón.
En su Instagram, Maverick City Music agradeció: “Gracias por adorar con nosotros, Walt Disney World”. La perseverancia del público, que no se movió pese al clima, permitió que el concierto continuara y se viviera un ambiente de fe y alegría.
Malorie Elrod expresó: “Adorar a Jesús en medio de Walt Disney World fue inolvidable. Ni siquiera la lluvia pudo impedir que Su nombre fuera exaltado”. Los asistentes levantaron sus brazos y alabaron a Dios, convirtiendo el corazón de Disney en un gran escenario de adoración.
Videos y fotos del evento inundaron las redes sociales, mostrando la emoción de los participantes. Nicole Danielle compartió: “He asistido a otros conciertos cristianos aquí, pero este fue diferente. Fue adoración real y desinhibida”.
Mary Cisco relató que, aunque el día comenzó lluvioso, terminó con una noche inolvidable de adoración. Describió a la multitud unida, manos levantadas, voces fuertes y lágrimas de emoción, sintiendo la presencia del Espíritu Santo.
En Facebook, Elizabeth P. escribió: “El Espíritu Santo apareció y demostró que el Señor puede manifestarse donde y cuando quiera”. El evento fue considerado por muchos como una experiencia poderosa y transformadora.
Dios no está limitado por lugares ni circunstancias, por eso, la adoración puede surgir en cualquier espacio, incluso en un parque temático, mostrando que la presencia de Dios trasciende lo cotidiano.
Busquemos a Dios en todo momento y lugar, confiando en que Él puede transformar cualquier ambiente en un encuentro de adoración y esperanza, para Su gloria y bendición de muchos.