El apóstol Pablo en su impresivo a los Efesios dice: “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo”. Por lo cual, dice: “Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y él mismo constituyó a unos apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. (Ef. 4:7 y 11).
El Señor de la resurrección constituyó los cinco dones institucionales o de gobierno para edificación de su iglesia, porque él ha constituido siervos y los ha llevado a una estatura espiritual cimera, a fin de que las iglesias locales reciban de sus ministros palabras de ciencia, sabiduría y de revelación, que les lleven por el camino del crecimiento y desarrollo integral de espiritualidad verdadera. Significa que Dios le da el crecimiento, entendimiento, equipamiento y cultivación espiritual a la iglesia local, a través de sus ministros.
ORIGEN IDIOMÁTICO DEL TÉRMINO PASTOR
A propósito de pastores, en el hebreo clásico se usa el término ROÉH para pastor, y significa uno que cuida, apacienta y protege (Gn. 4:2; Sal. 23:1; 2R. 3:4; Am. 1:1). Se usa ROÁH para pastora en el Antiguo Testamento (Gn. 29:9), que alude a Raquel.
El término ROÉH es de origen sumerio y originalmente designaba a una persona dedicada a la comercialización de la lana. ROÉH es: apacentar, gobernar (Jer. 2:8 y Mi. 5:5-6) impartir conocimiento (Pr. 10:21), apacentarse y estar ocupado. En tanto que, en el griego Koiné, se usan los términos HEGEOMAI, y POIMEN, que son los principales. También POIMANO, EPISKOPOS y PRESBUTEROS.
HEGEOMAI: conducir el camino, presidir tener el gobierno, se traduce pastores en Hebreos 13:7, 17 y 24. POIMEN: se utiliza en su sentido natural de uno que cuida manadas o rebaños, apacienta, supervisa, vigila, alimenta y nutre (Mt. 9:36, 25:32; Mr. 6:34 y Lc. 2:8, 15, 18 y 20). Metafóricamente de Cristo (Mt. 26:31; Jn. 10:11, 14 y 16; He. 13:20), de aquellos que ejercen el pastorado en la iglesia de Cristo (Ef. 4:11). Los pastores apacientan y conducen la grey del Señor (Hch. 20:28) Vers. 17: Servicio encomendado a los ancianos. Lo mismo que en 1 de P. 5:12: apacentad la grey de Dios… cuidando de ella, Esto implica supervisión llena de atención y cuidado tierno. ARCHI-POIMEN: se traduce príncipe de los pastores en 1 de P. 5:4. POIMANO: actuar como pastor y se traduce pastorea, en Jn. 21:16, y “pastoreará” en Ap. 7:17. EPISKOPOS: se traduce pastor, supervisor, sobre sobre-veedor-general (He. 13:17). PRESBUTEROS: se traduce presbiterio, pastor, supervisor de zona (Tit. 1:5-7).
VISIÓN DEL MINISTERIO PASTORAL EN EL NUEVO TESTAMENTO
Las Epístolas Pastorales, contienen todo lo referente a la organización y estabilización de la iglesia local, requisitos y recomendaciones para el oficial primario (pastor), y los oficiales secundarios (diáconos y diaconisas). A continuación, detallamos lo positivo y negativo del obispo, conforme a 1Ti 3:1-7 y Tit. 1:5-9. Positivo: irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, justo, decoroso, dueño de sí mismo, hospedador, retenedor de la palabra fiel, apto para enseñar, amable, apacible, que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad, buen testimonio para con los de afuera y amante de lo bueno. Negativo: no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, no avaro, no un neófito (recién convertido), no soberbio y no iracundo.
CONSEJOS DE PABLO A TIMETEO CUANDO PASTOREABA EN EFESO
Sé un buen soldado de Cristo (1Ti. 1:18, 6:12; 2Ti. 2:3). No descuides tus dones espirituales (1Ti. 4:14; 2Ti. 1:16). Guarda tu propia vida espiritual (1Ti. 4:16). Denuncia todo pecado (1Ti. 5:20). Sé imparcial (1Ti.5:21). Sigue la justicia (1Ti. 6:11). Dedícate a la Palabra de Dios (2Ti. 2:2, 15, 13:14 y 4:2). Huye del pecado sexual (2Ti. 2:22). Sé firme, pero amable (2Ti. 2:24-26). Trae a otros a Cristo (2Ti. 4:5). Pedro dice: cuida la grey de Dios; no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancias deshonestas, sino con ánimo pronto (1P. 5:2-3). No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplo de la grey (He. 13:7 y 17).
DEMANDAS DEL MINISTERIO PASTORAL
DIACONAIS: es el término del griego del Nuevo Testamento, que significa ministro-servidor. En este sentido, el pastor: predica, enseña, visita los enfermos, visita las cárceles, visita los ancianos, oficia la cena del Señor, presenta niños, bautiza, oficia funerales, organiza el orden cultural, responsable de la visión y misión de la iglesia, aplica el presupuesto de la iglesia, mantiene y supervisa los activos del ministerio, construye casa a Dios, es responsable de predicación en los medios de comunicación. También, aconseja, exhorta, orienta, reprende, persuade, alienta, apoya, estimula, motiva, prepara, equipa, entrena, estabiliza la iglesia, trabaja por su madurez, asume liderazgo efectivo, inspira al pueblo, organiza la visión, produce informes financieros apropiados. Además, intercede en oración, es pacificador, cuida su devoción, adora a Dios, ora por necesidades, ministra en el culto, cuida el balance de la iglesia, es líder en la comunidad, representa la obra de Dios.
Según el profesor Jorge Caleb Moore, un pastor eficiente y fiel debe tener:
La fortaleza de un buey, la tenacidad de un perro de cacería, la audacia de un león, la paciencia de un burro, la adaptabilidad de un camaleón, la visión de un águila, las melodías de un ruiseñor, la mansedumbre de un cordero, la piel de un rinoceronte, la disposición de un ángel, la resignación de un enfermo incurable, la lealtad de un pastor, la fidelidad de un profeta, la ternura de un pastor de ovejas, el fervor de un evangelista, y la abnegación de una madre. Si algún aspirante al pastorado se ve incapaz de conseguir estas virtudes, se le ruega encarecidamente que busque otras ocupaciones.
CLAVES DEL MINISTERIO PASTORAL
Todo pastorado es el mismo (solo que un pastor de una iglesia grande tiene mas trabajo, y demanda de una mayor devoción diaria con Dios). Comenzar por el principio es la mejor manera de encaminar un pastorado. Lo más importante en un pastorado es la estabilidad en la iglesia, la paz, el balance y el logro de metas. Las metas se proponen de manera gradual para mantener la firmeza. Siempre es bueno mantener un proyecto, porque el dinero de la iglesia tendría otros destinos, y el avance no se alcanza sin dinero. El Señor les da crecimiento y madurez a pastores que están en pleno ejercicio ministerial, que crecen con las congregaciones. La madurez en el pastorado lleva a los hombres y mujeres de Dios a no escandalizarse por los problemas que se generan en la iglesia local. Mantienen la mesura y la serenidad; porque el Señor es el dueño de su obra y es quien la sustenta, nunca caerá. Con la paz de Dios y paciencia, se enfrentan los problemas que se producen en la iglesia local. Y si se trata de pecados, en Proverbios 16:6 dice:” Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal”. La percepción de un pastor de madurez se concentra más en las intenciones reales de las actitudes de los hombres, que en sus palabras.
El pastor debe nutrir a los creyentes con trigo y no con paja, predicar a Jesucristo bien predicado, de manera entendible y clara, con profunda fidelidad, disciplina y amor a la Biblia y a sus sanas enseñanzas. Resultará en que la iglesia local sea estable, balanceada y de buen fundamento, donde los cristianos crecen en fe y carácter, en procura de alcanzar una estatura espiritual, que tiene como modelo y dechado a Cristo. La unidad con el Espíritu Santo es crucial para la iglesia local y los pastores, lo sabemos. Necesitamos la unción de Dios para ser avivados, para ser luz en medio de las tinieblas, para vencer las tentaciones de la vida diaria y vivir una vida de obediencia y de integridad delante de Dios, y fluir en los dones que hemos recibido de Él. Cada creyente le debe una gratitud a su congregación por predicarle el evangelio, discipularlo, bautizarlo y organizar su fe. Pero es un agradecimiento que no anula el derecho que cada creyente tiene de hacer una transferencia a otra congregación de forma organizada y ética. La generalidad de cristianos que se mueven de sus congregaciones a otras, no es que se lo llevan amigos o relacionados, sencillamente ellos se van. Y ese grupo que cambia de iglesia como de ropa, no se acabará; porque eso es producto, muchas veces, de las carencias espirituales y emocionales de creyentes desorientados, otras veces de fallos en la iglesia local y sus oficiales, pues no existe la iglesia perfecta, ni oficiales perfectos.
El alcanzamiento de metas revive al pueblo, y da certeza y confianza en Dios. El pastor deber amar mucho, pero como la mujer alegre, cuidar sus sentimientos, para que si un miembro se va, no le afecte en lo personal. Es bueno no constituirse en perseguidor de nadie, ni involucrarse de manera personal en situaciones con miembros de la iglesia local. El ministerio y sus problemas no se toman personal, el ideal es ejercer el pastorado en el reposo de Dios. El manejo transparente de los recursos económicos de la congregación creara confianza en la administración pastoral de la iglesia.
El pastor del siglo XXI debe ser abierto, con don de gente, sencillo, conversador, sin exclusivismo, identificado con el dolor ajeno, que escuche, que ame y respete, justo, sin prejuicio, ser humano, consciente de que es imperfecto, sensato, comprensivo, preparado en todo, practico, no religioso, ni legalista, espontáneo y creativo.
PERCEPCIÓN SOBRE EL PASTOR EN LA IGLESIA LOCAL
En toda congregación hay un grupo mayoritario que ama y apoya a su pastor, pero hay un pequeño grupo que no es tan solidario; son críticos constantes de las ejecutorias pastorales y pocas veces están conformes con su visión. Generalmente, ellos tienen siempre una opinión que expresar del pastor, su familia y su ministerio.
Para ese pequeño grupo, si el pastor se ríe mucho es un charlatán; si se ve muy serio, es un pastor seco. Si come mucho es un glotón; si come poco es un pastor refinado. Si predica largo, es demasiado latoso y cansón; si toma pocas oportunidades, eso es que está en pecado. Si el pastor habla de dinero, es un mercader; si no habla de dinero, no enseña la Biblia como es. Si es prudente y cauteloso, le falta fe; si es ágil en la toma de decisiones, es un emocionalista. Si es misericordioso con los que han pecado, apoya el pecado; si aplica la disciplina, es duro, malo e injusto. Si ora mucho, solo se la pasa orando, es un santo varón; si ora poco, es un pastor vago y no tiene espiritualidad.
Si tiene un buen carro, no piensa en los pobres de la iglesia; si anda en un cacharro cayéndose, está atado a la miseria. Si corrige lo mal hecho, es un pastor metiche; si no corrige, dicen que es una momia, es muy flojo. Si vela por su familia, solo se preocupa por ella; si no le dedica tiempo, dicen que es un desordenado. Si el pastor viaja mucho, no calienta el pulpito; si viaja poco, es un pastor estancado, sin iniciativa ni emprendurismo. Si viste bien, se la da de jevito siendo viejo; si viste como quiera, es un pastor tirado. Si visita mucho a los hermanos, dicen que no salen de sus casas; si no visita con frecuencia, no cuida las ovejas. Si el pastor es barrigón, es como una ballena; si es flaco, como un bacalao. Si tiene mucha cultura, es un sábelo todo; si tiene poca cultura, es un pastor medio bruto. Si conoce la Biblia, es un pastor muy teológico y de palabra; si es de poco conocimiento bíblico, le falta capacidad. Si el pastor no hace lo que algunos quieren, no tiene visión; si los complace, es débil de carácter, se deja llevar de la gente. Si vive llamando a los hermanos, quiere controlar; si solo llama en casos especiales, no tiene amor. Si le responde al grupo que le expresa amor, se parcializa; si alienta a los débiles, tiene preferencias en la iglesia. Si le gusta el color maméis, es muy feo; “a mí me gusta el verde, que es más bonito” dicen. En cosas de la iglesia los culpables son: el diablo o el pastor.
Si se preocupa por los ricos, lo que busca es dinero; si no, es porque no ha entendido que el evangelio es para todo el mundo. Si el pastor toma vacaciones, el diablo no toma vacaciones nunca; si no toma vacaciones, ese pastor se va a explotar. Si no es consejero, no oye a los hermanos; si es consejero, solo se la pasa en eso. Si la esposa del pastor es activa, la califican de mandona; si es pasiva, es una mujer poco espiritual. Si tiene cualquier diferencia con el marido, ¡ahí hay problemas! ¿Cuál es el origen de su ropa? ¿El color que le va o no le va? ¿Es ella la mujer de la visión de la sombra negra?, qué dijo.., qué no dijo.., qué opinó… ¡Qué suprimió! Bueno, somos los malos pastores. Gracias al Padre, Jesús es el Buen Pastor, el hombre perfecto. Gloria a Dios!
Pastor Luis Reyes