Si había una enfermedad que cambiaba totalmente la vida de las personas que la padecían era la lepra, una persona leprosa era considerada prácticamente un muerto en vida. LEVITICO 13-45-45-
Tenía que vivir aislado, no podía estar con su familia, ni participar en ninguna actividad religiosa ni social, médicamente era un leproso, pero para la religión era un inmundo.
Una persona leprosa era apartada primeramente para evitar contagiar a otras personas de la comunidad, según la ley judía no podían estar a menos de dos metros de alguien, pero llegaron a ser tan menospreciados y abandonados que nadie quería estar a ninguna distancia de ellos.
La lepra era una enfermedad que, por ser tan contagiosa, por deteriorar tanto a las personas, por la soledad que sufren las personas que la padecen, es comparada perfectamente con el pecado en nuestra vida.
Dios en su gran amor a pesar de nuestros pecados, a pesar que otros por nuestro pecado nos dieron la espalda, a pesar de estar literalmente muertos en vida, y a pesar de que muchas veces nuestra vida estaba totalmente destruida el Señor nos amor, nos perdonó y nos salvó.
Pero lastimosamente muchos de nosotros no somos conscientes del gran amor de Dios por nosotros, no somos conscientes de lo que Dios ha hecho por nosotros por amor, y no somos conscientes de eso porque no reconocemos la gravedad de nuestro pecado y sus efectos en nuestra vida, tanto física como espiritualmente.
Pero posiblemente Dios está utilizando esta pandemia para que nosotros podamos darnos cuenta de la gran obra de amor que Dios ha hecho en nuestra vida, por medio de su amor y su perdón.
Por medio de este virus para el cual actualmente no existe una vacuna o un antídoto, podamos ver reflejada como era nuestra vida sin la salvación de Dios, podemos ver la soledad, la desesperanza, el temor, el recha que a causa del pecado hemos sufrido y para lo cual nadie podía ayudarnos, SOLAMENTE NUESTRO DIOS, por medio de su amor, su misericordia, su gracia y su perdón.
Como podemos comprender la obra de amor de Dios por nosotros como pecadores, podemos verlo hoy en nuestra realidad por medio de esta pandemia.
I) POR EL VIRUS TENEMOS QUE ESTAR AISLADOS, PERO JESÚS NOS BUSCÓ Y SE ACERCÓ A NOSOTROS A PESAR DE NUESTRO PECADO (MATEO 8:1-3)
El virus que estamos enfrentando hoy en el mundo nos hace que estemos en cuarentena, distanciados, y si salimos tenemos que estar distanciados, a no menos de dos metros, pero ¿qué pasa cuando hay alguien que sabemos que es covid positivo? Seguramente no queremos acercarnos ni siquiera a dos metros, a menos que tengamos un traje de protección especial como el que usan los médicos llamado nivel 3.
Eso es exactamente lo que el pecado hace en nuestra vida, primeramente, nos aleja de Dios, nos lleva poco a poco a alejarnos de las personas que amamos y que nos aman, por nuestros vicios, nuestro mal carácter, nuestra amargura, nuestras compulsiones, nuestras adicciones, etc.
Muchas personas a causa de nuestro pecado se alejaron de nosotros, pero Jesús NO, él nos buscó y se acercó a nosotros, él nos demostró su amor estando cerca de nosotros cuando muchos nos dieron la espalda.
II) HOY POR EL VIRUS VAMOS A HOSPITALES BUSCANDO SANIDAD PERO MUCHAS VECES NO NOS RECIBEN O PODEMOS MORIR AHÍ, PERO JESÚS A PESAR DE LA GRAVEDAD DE NUESTRO PECADO NOS RECIBE Y NOS DA VIDA. (JUAN 6:37)
Hay una palabra que se está escuchando mucho en la actualidad, y esa palabra es “colapsado” es la dura realidad de los hospitales de muchos países a causa de esta pandemia, están sobrepasados en su capacidad, no hay cupo, no hay camas.
Las personas gravemente enfermas llegan y no hay cupo para ellas, y muchas veces aquellas personas que logran un lugar en el hospital en lugar de salud lo que han encontrado es la muerte a pesar del esfuerzo de los médicos ya que no hay una medicina contra este virus.
Esto nos debe poner en perspectiva el gran amor de nuestro Dios, para nosotros los pecadores siempre hay cupo, nadie es rechazado, siempre hay un lugar para un pecador arrepentido, y cuando somos recibidos por el Señor nunca encontraremos la muerte, pues en él SIMPRE HAY VIDA, y VIDA ETERNA.
III) POR ESTE VIRUS CUANDO ALGUIEN MUERE NI SUS FAMILIARES PUEDEN ESTAR AHÍ, PERO CUANDO MORIMOS NUESTRO DIOS NOS ACOMPAÑA AÚN MÁS ALLÁ DE LA MUERTE (SALMOS 48:14)
Qué triste es ver las imágenes del protocolo para aquellas personas que mueren por causa del virus, NADIE puede estar con ellos, solamente las personas que se encargan del funeral, ningún familiar está ahí.
Toda persona que muere en su pecado sin haber recibido la vida eterna que Dios nos da por medio de Jesucristo muere igual, en soledad eterna, sin esperanza, separados de Dios para siempre.
Pero qué maravilloso es saber que nosotros cuando muramos nunca estaremos solos, aunque llegásemos a morir por Covid19, porque la palabra de Dios nos dice que nuestro Dios nos acompañara aún más allá de la muerte.
CONCLUSIÓN: Verdaderamente en esta pandemia podemos darnos cuenta del gran amor de Dios para nuestra vida, porque el virus del pecado nadie lo podía quitar de nuestra vida, solamente Cristo Jesús.