La República Dominicana ha pasado por muchos cambios y acontecimientos importantes, que sin duda alguna han marcado nuestra historia. Es importante destacar que la historia de nuestro país podemos dividirla en cuatro etapas relevantes, las cuales son llamadas las 4 repúblicas.
1- La Primera República que abarca desde el periodo de la proclamación de nuestra independencia nacional en 1844, hasta la pérdida de la soberanía nacional cuando se produce la anexión a España en 1861. Dentro de la misma hay dos sucesos notorios que me gustaría resaltar:
- A) La pugna entre la reacción anexionista y liberal, dicha pugna fue solo en los inicios, pues la burguesía no demoró en imponerse y consolidarse en el poder gracias al despotismo.
- B) La aparición del caudillismo; este surge por obra de la falta de preparación política del pueblo, consecuencia a su vez del subdesarrollo social y del afán de monopolizar el poder, alentado por las dos figuras políticas más sobresalientes dentro de la burguesía, Pedro Santana y Buenaventura Báez.
2-La Segunda República, comprende desde 1865-1916 y se caracterizó por:
- A) El surgimiento de los grupos políticos: Rojos, verdes, azules. Y la dictadura de Buenaventura Báez.
- B) La dictadura de Ulises Heureaux.
3-La Tercera República: Fragua nuestra contemporaneidad; este es el período comprendido entre 1924-1966, se destacan el gobierno de Horacio Vásquez, y más tarde la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo desde 1930 a 1961, y el gobierno democrático de Juan Bosch en 1963. La Cuarta República: comprende el período constitucional o democrático desde 1966 hasta la fecha.
SITUACIÓN ACTUAL DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
Para ofrecer una respuesta ante el reto de la iglesia en su labor de trasformar la nación es necesario que expongamos algunos de los problemas que nos afectan en la actualidad. Enriquecimiento de un pequeño grupo y empobrecimiento de la mayoría (1,300 mil dominicanos y dominicanas viven en la pobreza extrema), corrupción administrativa, desabastecimiento de los hospitales públicos, desamparo y marginación, ausencia de un plan de desarrollo nacional, inseguridad ciudadana, falta de una política de construcción de viviendas, violencia Intrafamiliar y social, ausencia de una política de medio ambiente, serios problemas morales, espirituales y emocionales, inseguridad ciudadana, alto costo de la vida, 14% de desempleo, alto costo de los combustibles, falta de oportunidades para la juventud, feminicidios, violencia intrafamiliar y práctica irresponsable de sexualidad en adolescentes.
Carencia de los servicios públicos. (Luz Eléctrica, Agua Potable, Recogida de Basura, dificultades en el área de salud, ausencia de medicamentos en los Hospitales públicos entre otros). Problemas en la construcción de vías para caminos vecinales, calles y avenidas sin condiciones para ser transitadas Estado de tensión con Haití debido al proceso de regularización migratorio establecido por la nación, en su legítimo derecho como nación soberana de aplicar una política migratoria coherente conforme a la Ley 285-04.
ACTITUD DE LA IGLESIA FRENTE A LOS PROBLEMAS NACIONALES
Luego de haber ofrecido este detalle acerca de las necesidades principales de nuestro país, hoy me pregunto…. ¿Cuál ha sido la actitud de la iglesia del ayer frente a los problemas de la nación?, y he concluido que la Iglesia por mucho tiempo ha estado encerrada en los templos, solo pendiente de sus propios problemas como entidad cristiana. Rodeada de una fuerte dosis de religiosidad, donde la espontaneidad espiritual ha quedado colgada en una pared en la mayoría de los casos.
La actitud que la iglesia ha proyectado a lo largo de los años es de auto-exclusión y aislamiento social, donde la indiferencia y la apatía ante la situación de la nación ha sido el mismo año tras año. (Con excepciones aisladas)
La realidad es que la iglesia del ayer se preocupó mayormente por sus miembros locales y por las familias, satanizando la participación de cristianos en la política, y obviando las situaciones de la nación que cada vez son más patentes sin poder minimizarse y ocultarse.
Hemos visto mucha falta de respaldo de la iglesia a aquellos cristianos, que incursionaban en el ámbito de la política social. A fin de ocupar cargos públicos para representar los mas sanos intereses de los valores nacionales.
Muchos en los años 70 y 80 usaron la teoría del escapismo escatológico como excusa, que porque Cristo venia no había necesidad de estudiar, ni de estar al día ante el acontecer nacional y mundial. Nuestra posición ante la venida de Cristo es y seguirá siendo una doctrina fundamental en la iglesia, que seguiremos proclamando sin desmayar, pero que de ninguna manera anula nuestra responsabilidad de seguirnos preparando en el presente para influir en la nación de manera positiva y transformadora.
Lo cierto es que las iglesias del ayer no tenían un plan acabado y una visión espiritual trabajada, sobre cuál era su objetivo y cómo podían lograr esto. Se concentró en una teología folklórica con fuerte dosis de religiosidad, legalismo rancio y ritualismo inoperante.
La iglesia actualmente está despertando en cuanto al rol que debe jugar ante los problemas de su realidad social, y es por ello que tiene que tomar la decisión de ser usada por Dios como punta de lanza para promover una transformación genuina en esta tierra que nos vio nacer.
El llamado que Dios hace a la iglesia comprende:
Que la iglesia tiene que tener un plan a desarrollar. ( No es un asunto de sentimientos, emociones o pasión superficial, sino se trata de un plan organizado basado en la palabra de Dios, la guianza del Espíritu Santo y la unidad espiritual de la iglesia, y las necesidades múltiples de la República Dominicana.
Comprende en acciones bien enfocadas, a fin de cosechar resultados eficaces. Bajo una visión clara y definida de como vamos a lograrlo y hasta donde queremos llegar. Evaluar y trabajar las causas de los problemas para cambiar los efectos presentes.
Activados absolutamente por la voz de Dios en su palabra cuando dice: En el Salmo 2:8 Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra. Pídele al Señor que quieres ser un agente de cambio para que nuestra nación pueda ser transformada por él, tenemos la certeza en la fe que él lo hará por cuanto lo ha dicho en su palabra. Nosotros como iglesia de Dios, tenemos un llamado a las naciones y es para transformarla, siendo luz para ella en medio de la oscuridad.
Jesús dice a sus Discípulos en la gran comisión de Mateo 28:19-20; “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del padre, y del hijo y del Espíritu Santo. Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amen”.
Visión y acción de Dios para que la iglesia transforme la nación
Utilizar las mismas estrategias que uso Jesús y los Apóstoles para impactar la generación de su tiempo. Salieron de las sinagogas y se fueron a las calles, se acercaron a la gente, establecieron su ministerio entre las multitudes. (Sin importar condición social, no haciendo acepción de personas, sino predicando el mensaje de salvación a todo aquel que creyera en Jesús). Pasar mucho tiempo de conversación con Dios para que el Espíritu Santo nos use.
Actitudes llenas de compasión y misericordia para que a través de éstas testifiquemos con nuestros hechos a los que no conocen al Señor. Entrega total y pasión en la obra que nos ha sido encomendada. Compañerismo y unidad cristiana. Uso de recursos humanos, de dones y capacidades en lo financiero. Penetración en la educación, la familia, la política, el sector gubernamental, economía, artes, y religiones diversas; no verlos como competencia sino como blancos de evangelización. Penetración a los medios de comunicación masivos. Apoyo y respaldo de las iglesias a los hermanos con vocación de servicio a la comunidad y la nación. Hacer guerra espiritual contra fuerzas espirituales de la oscuridad.
En conclusión
Iglesia Dios te da la autoridad para transformar nuestra nación, recuerda que el Espíritu Santo ha puesto sobre tí su unción para impactar esta generación de forma poderosa con lo que has recibido de parte de él.
Valentía y Audacia es lo que el Espíritu imparte a su iglesia para poder llevar a cabo este proyecto de transformación, solo pídele al Espíritu Santo que por amor a Jesús haga que la iglesia pueda cumplir el papel que le corresponde. Hoy mas que nunca necesitamos ver la mayor demostración del poder transformador del Espíritu Santo obrando sobre nuestra nación. Como pueblo de Dios tenemos que admitir que somos la única vía para que nuestro país tome un destino diferente, del que hasta ahora ha estado llevando. Ahora es el tiempo de la transformación y de la visitación del Espíritu Santo para la República Dominicana. Dios es el único que puede cambiar el corazón del hombre y por consiguiente la sociedad.
Antorcha de fuego que ilumina el camino debe ser la iglesia de hoy, para la ardua labor cargada de responsabilidad que le tocara llevar a cabo. No estamos solo en esto, la respuesta de Dios ante nuestro pedido se hace real ante nuestra mirada.
La iglesia en su generalidad no se encuentra al grado máximo de lo que puede dar espiritualmente hablando, quizás un poco de fuego por allá y otro acá, pero con eso no es suficiente. Necesitamos aumentar nuestra temperatura espiritual y desatar para nuestra nación un derramamiento del Espíritu que sea histórico y sin precedentes, algo jamás visto. Para que entonces nuestro país sea impactado por el poder transformador de Cristo Jesús, para que las naciones conozcan que algo glorioso está pasando en esta nación y que esta tierra ha sido sanada y conquistada para Jesús.
2do Libro de Crónicas 7:14 dice: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonare sus pecados, y sanare su tierra.
Que nuestra petición sea ante el Señor, ver una sociedad transformada en todos sus ámbitos y a un país doblegado ante su poder. Bendiciones.
Pastor Luís Reyes