Una de las cosas que el mundo ha tratado de hacer, es hacernos creer que estamos mal si deseamos prosperar y progresar. El mundo pretende hacernos sentir mal si aspiramos a cosas más grandes. Pero, a través de toda la Palabra, cada vez que Dios llamó a un hombre o a una mujer, su llamado tenía que ver con progreso, aumento, incremento, con ver cosas más grandes. Dios nunca llamó a nadie para hacerlo peor, menor, pequeño o que no experimentara las grandezas de Dios. Todo lo contrario; Dios llamó al hombre para que progresara, para que creciera progresivamente, tampoco de un día para otro necesariamente. Esta promesa sigue vigente hoy, y tú debes apoderarte de ella.
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” Génesis 12:1-3
Esta es la promesa de Dios. Lo que impulsa a Abraham a salir de casa de su padre es que Dios le dice: Voy a hacer de ti algo más grande de lo que eres hoy. Créele a Dios que tú puedes ser más grande de lo que eres hoy. Tiene que haber progreso en tu vida. La promesa es tan grande, que tiene que ser generacional, pero alguien tiene que dar el primer paso para que entonces tus hijos comiencen en una dimensión mejor que la que tú estabas, y tus nietos, mejor que tus hijos. Es una bendición generacional progresiva, pero tú tienes que comenzar creyendo que Dios te puede hacer mil veces más de lo que hoy eres.
Dios promete varias cosas a Abraham, y nosotros somos parte de esas promesas y podemos reclamarlas para nuestra vida y participar de la bendición de esas promesas. Lo primero que Dios le promete es tierra. Todos debemos poseer un pedazo de tierra. Debemos creerle a Dios por nuestras propiedades, por nuestras casas, por el aumento, por el progreso. A veces pensamos tanto en el cielo, que nos olvidamos de la promesa terrenal. Esta tierra tenemos que conquistarla y dominarla. Y Dios le dice a Abraham que le daría una nueva tierra. A través de estos mensajes, Dios va a comenzar a mostrarte que Él quiere que tú poseas. Tal vez comiences con un pequeño pedazo de tierra, pero tus hijos mejorarán, e igual tus nietos; tu familia podrá decir: Hemos prosperado; tenemos tierra en nuestra manos. Vas a cancelar esas deudas y vas a tener el título de propiedad de ese pequeño pedazo en tu país, y le vas a comenzar a creer a Dios por cosas más grandes.
Lo segundo que Dios le promete a Abraham es que haría de él una gran nación. Tú no te vas a convertir en una gran nación, pero eres parte de la gran nación de Dios y de todo lo que eso implica.
En tercer lugar, Dios le da a Abraham una bendición de pacto. Dios le dijo a Abraham que esto era un pacto, que estaba atando su palabra, que se estaba comprometiendo con él, a tal grado que todo el que se metiera con Abraham, Dios se encargaría de él. Le dice: El que te bendiga, yo lo voy a bendecir; y esto va a ser un pacto perpetuo.
En cuarto lugar, Dios le dice que le daría un gran nombre. Una de las promesas que Dios nos hace en el Nuevo Testamento, es que nos va a cambiar el nombre. Ese cambio de nombre es darnos la nueva naturaleza, pero aun en lo natural, una de las cosas que más hace que progresemos es la grandeza de nuestro nombre. Siempre hablamos de engrandecer el nombre de Dios, pero de manera recíproca, Dios quiere que tu nombre se oiga en los lugares correctos, que tu nombre tenga peso, que la gente lo reconozca. Dios quiere darte testimonio, que tu nombre esté en boca de la gente correcta para que lleguen las oportunidades necesarias para progresar, para crecer.
Y lo próximo que Dios le dice a Abraham es: Tú serás una gran bendición. Qué maravilloso cuando tú puedes entender que la multiplicación de mil veces más no es tan solo para tú ser bendecido, enriquecerte y tener abundancia en todas las áreas, sino para que tú te puedas convertir en la bendición de otra persona. Una de las satisfacciones más grandes que puedes alcanzar en tu vida es en algún momento dado proveer a otro, ayudar a alguna persona. Cuando tienes empresa, por ejemplo, gozas de ciertos resultados, pero una de las mayores satisfacciones es poder proveer empleos dignos, poder aumentar y asegurar a un grupo de personas. Dios quiere hacerte una bendición. ¿Querrás tú esa unción de mil veces más para ser una bendición?
Otra promesa que Dios le da a Abraham es en cuanto a las relaciones; que habrá una conexión especial, que hay gente que se le va a unir, que se va a conectar con él. Y una de las bendiciones más grandes que tú tienes en tu vida cuando aumentas a mil veces más es que vas a tener relaciones maravillosas.
Dios promete, además, defender a Abraham. Una de las cosas más grandes que debes entender es que cada vez que una persona progresa, prospera, al enemigo le molesta. Va a haber gente envidiosa. Es imposible prosperar y progresar, y no tener enemigos. Es imposible crecer y no crear envidia en ciertas personas. Es la naturaleza del hombre. A Caín le dio tanto coraje lo que Dios hizo con Abel, que terminó matando a su hermano. Es muy triste, pero cuando comenzamos a progresar, levantamos envidia, la gente se molesta. Y Dios te va a defender.
Por último, Dios promete a Abraham, no tan solo que sería bendición, sino que sería bendición a todas las familias de la tierra. Estamos creyendo que en este tiempo Dios va a levantar a un grupo de hombres y mujeres que los va a llevar a ese nivel de mil veces más y van a poder impactar no tan solo su familia y su comunidad, sino también al mundo. A través de lo que Dios va a poner en tus manos, de lo que Él va a hacer en tu vida, vas a poder generar bendición y transformar los pensamientos de aquellos a tu alrededor.
Cuando tú progresas y llegas a ese nivel, tienes influencia en la cultura, en la sociedad. Y es ahí a donde Dios quiere llevarte. Tienes que estar expectante de lo que Dios va a hacer. No va a ser un camino fácil, pero vas a progresar, aun en medio de dificultades.