Seguramente en este tiempo de pandemia si algo hemos escuchado son mensajes de todo tipo, algunos de ellos han sido mensajes que han llenado nuestro corazón de preocupación, de desánimo y de desesperanza. ISAÍAS 57-19-
Algunas personas se sienten ya tan agobiadas por los mensajes que recibimos en las redes sociales, en los noticieros, en los periódicos, etc. que han dicho YA NO MÁS, pues su corazón y su mente está llenos de ansiedad y de angustia.
Pero tenemos que saber que hay un lugar en el cual SIEMPRE encontraremos mensajes de esperanza, de paz, y de ánimo para nuestra vida, y ese lugar es la Biblia, la palabra de nuestro Dios, aun en medio de los peores escenarios que pudiéramos llegar a enfrentar, en su palabra siempre encontraremos palabras de bendición y de poder de parte de Dios para nuestra vida.
En el texto que hemos leído encontramos un MENSAJE DE DIOS maravilloso para HOY, es un mensaje que fue escrito hace más de 2500 años, pero la palabra de Dios es viva, por lo tanto, ese mensaje es actual, es para hoy, para un año tan difícil como éste 2020 que estamos viviendo.
¿Cuál es el mensaje que Dios nos da a cada uno de nosotros hoy por medio de su palabra en el capítulo 57 del libro del profeta Isaías? Veamos cuál es ese mensaje para nosotros hoy:
I) SOLAMENTE ESTOY ESPERANDO UN ESPÍRITU HUMILDE Y UN CORAZÓN QUEBRANTADO (VS 15)
En este versículo encontramos palabras que son muy importantes en este tiempo de enfermedad y de muerte: HACER VIVIR Y VIVIFICAR.
Este dia el Señor nos dice que él no está lejos, él no es inaccesible, nuestro Dios está presente y manifiesta su poder para sanar y para vivificar donde hay personas que lo buscan con fe y con un corazón humilde y quebrantado.
El Señor nos hace entender que una de las claves principales para salir en victoria de esta crisis que estamos viviendo es la HUMILDAD, reconocer nuestra necesidad de Dios, reconocer que necesitamos el apoyo de nuestros prójimos y de nuestra familia de fe para que nos apoyen con sus oraciones, y cambiar nuestras actitudes de soberbia.
II) NO DESESPEREN ¡ESTO TAMBIÉN TERMINARÁ! (VS 16)
Si hay una pregunta que todos en el mundo nos estamos haciendo es ¿Cuánto faltara para que termine esta pandemia? Algunos hablan de meses, otros de años, o hasta que aparezca una vacuna verdaderamente efectiva.
Pero el Señor nos dice hoy que él sabe que no puede permitir que nuestro espíritu decaiga, es decir que no nos pondrá una carga tan pesada o una prueba tan dura que no la soportemos más, o que lleguemos a perder nuestra fe y nuestra esperanza.
El sabe lo que está haciendo y el tiempo perfecto en el que hará su obra, así como un agricultor necesita arar para romper los terrones duros de la tierra para sembrar y cosechar frutos, pero no arará todo el dia, sino que sabe cuándo ya es suficiente, así nuestro Dios con esta pandemia, está arando nuestras vidas y corazones, pero no arará siempre, él sabe cuándo dirá HASTA AQUÍ (Isaías 28:23-25) aunque aún quizás no aparezca una vacuna o una medicina, recordemos que Dios es el principio y fin de todo. Y esto también terminará, solamente tenemos que esperar en él.
III) NO TEMAS, EN MÍ HAY ABUNDANCIA DE MISERICORDIA (ISAIAS 15:17-18)
Así como lo hemos dicho anteriormente esta pandemia puede ser de parte de Dios disciplina para sus hijos o un castigo para el mundo, pero independientemente de lo que sea, el Señor nos dice: He visto tus caminos, pero te sanaré y te pastorearé. Y eso se llama MISERICORDIA.
Sí, hemos pecado, hemos fallado, hemos caído, pero nuestro Dios está aún dispuesto a perdonarnos, y a sanarnos, y guiarnos como ovejas de su rebaño en medio del valle de sombra de muerte que hoy estamos viviendo.
Su amor y su misericordia están disponibles en abundancia para darnos vida, para darnos salud, y para darnos consuelo si la muerte ha tocado la puerta de nuestra familia.
CONCLUSIÓN: (ISAÍAS 57:19) Aun en estos tiempos de angustia y de aflicción el Señor nos da una promesa para nuestra vida: Donde quiera que estemos, en el país que vivamos, hasta ahí nos alcanzará su misericordia, su amor y su poder para darle paz y sanidad a su pueblo, y si Dios lo ha prometido, ÉL LO HARÁ REALIDAD.