Este testimonio es una muestra profunda de cómo la fe nos conecta con el poder de Dios, haciéndonos testigos de Su bondad incluso en los momentos más simples de nuestra vida. En Lucas 18-27, Jesús nos recuerda que lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios. Este versículo cobra vida en mi experiencia, donde un acto de fe, oración y unción se convierte en un testimonio del poder de Dios.
Tengo en mi habitación como sustituto un pequeño radio que me regaló mi compañero antes de partir con el Señor, no solo representa un objeto de valor sentimental, sino que también es un canal a través del cual experimentó el gozo y la paz de la alabanza y adoración. Es más que un aparato; es un símbolo de cómo Dios usa lo sencillo para acercarnos a Él. Durante muchos años, fue una fuente de alabanza,pero el seis de esté mes, al percibir que dejó de funcionar, mi fe no flaqueo. En lugar de resignarme, confié plenamente en que Dios, quien conoce el deseo más profundo de mi corazón, intervendría. porque no quería llevarlo arreglar mi corazón me decía que para Dios no hay nada imposible.Me puse a orar ese fin de semana.
La oración, junto con el aceite de unción, fue mi acto de entrega y confianza. En ese momento de comunión con Dios, sabías que Él escucharía mi clamor. Y así fue, el 8 de Septiembre domingo, amanecí con la radio funcionando de nuevo, y las alabanzas a Dios fluyeron a través de él como siempre.
Este acto, aunque para algunos pueda parecer insignificante, tiene un valor espiritual profundo. Nos enseña que la fe, cuando es genuina y ferviente, mueve la mano de Dios. Él escucha nuestras oraciones, incluso aquellas que parecen pequeñas a los ojos del mundo, y responde de maneras que nos recuerdan Su amor y Su poder.
Dios me regaló ese radio para que pudieras seguir adorándolo, y en mi fe, no sólo restauró el objeto, sino que también reafirmó que Su presencia es constante en mi vida. Este testimonio es una hermosa manifestación de cómo Dios cuida de sus hijos, hasta en los detalles más pequeños. Oro y clamo para que siempre yo siga adorándolo y confiando en Su poder, sabiendo que lo imposible para el hombre, es posible para Dios.