Son varios los factores a considerar a la hora de medir la salud emocional de una persona. Tú debes procurar tu sanidad emocional. ¿Por qué?
Es indispensable para trabajar con las dificultades de la vida. Nunca podrás trabajar con el caos de tu vida, sino hasta que vivas en un estado de salud emocional. Es más común el caos que el orden. Aquel que no acepta eso en la vida, vive siempre en ansiedad y desesperación. Lo normal no es el orden, sino el caos. Aquel que es capaz de poner orden en medio del caos, esa persona es la que prospera.
Te asegura relaciones satisfactorias y sanas. No es que no vaya a haber problemas, dificultades, pero te permite tener esas relaciones en un estado de sanidad y de salud donde traen satisfacción a tu vida.
Permite el desarrollo, involución y evolución. Una persona sana emocionalmente, ve desarrollo en su vida. Crece internamente, progresa.
Establece la base para las decisiones inteligentes y espirituales.
Cierra la brecha entre la creencia y la experiencia. La gente abandona la iglesia porque creen algo que no experimentan. Mientras más se abra la brecha entre lo que tú dices creer y tu experiencia, viene frustración. Si crees en prosperidad, pero no la experimentas, se separa la brecha entre lo que crees y lo que vives, lo que existe es frustración. Y lo único que te permite unir tu creencia con tu experiencia, es un estado emocional sano.
Esa es la frustración de la gente con la iglesia. No es que no crean en Dios, sino que la experiencia de las creencias que han tenido se han separado demasiado. Y le echan la culpa a la iglesia o a alguien porque les falló, sin darse cuenta que el problema ha sido la poca salud emocional en nuestra vida, en nuestras iglesias, que nos separa la brecha. Un ejemplo de esto es el que cuestiona que, si la iglesia debe expresar amor, entonces por qué no se siente amado por la gente. No reciben el amor como deberían, por lo que la creencia que tienen se separa de su experiencia, y ahora se frustran. Pero una persona que está sana, sabe lo que es recibir amor, lo que es dar amor; sabe procesar la experiencia que tiene en la iglesia, sabe que nadie es perfecto, sabe trabajar con los estados de cada uno, con las diferentes etapas. Y la gente lo que está es herida porque lo que están es tratando de encajar en un lugar donde su experiencia sea más cónsona con lo que cree. Pero realmente lo que están es tratando de acercar la brecha entre creencia y experiencia de forma externa y no interna. Y entonces, se vuelven personas enfermas emocionalmente hablando. Una vida emocionalmente sana es un indicador de madurez espiritual. Solo los maduros espiritualmente hablando tienen un equilibrio y balance emocional. Y ahí es donde tenemos que llegar.
Hay varias ideas de lo que es estar emocionalmente sanos. Estar emocionalmente sano no tiene que ver con no experimentar ciertas emociones. No es que no te entristezcas, no es que no te deprimas o que nunca te enojes; es más, si no te enojas por las razones correctas, estás enfermo emocionalmente; igual si no te entristeces por las razones adecuadas. Una persona emocionalmente sana es aquella que sabe regular todas las emociones que experimenta; sabe subir o bajar la intensidad de sus emociones de acuerdo a lo que sea necesario, sabe ponerles freno.
Una persona emocionalmente sana:
Hace la diferencia entre la situación y lo que está sintiendo.
“7 Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, 8 que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; 9 perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos;” 2 Corintios 4:7-9
Aquí vemos dos listados, y tú escoges en cuál estás. Tú no puedes escoger que no te persigan, pero puedes escoger no sentirte desamparado. Te van a perseguir; lo que no puedes es sentirte desamparado. Identifica lo que estás viviendo, y no permitas que altere tu estado. Puedes estar atribulado, pero no angustiado. Tienes dolor, pero decides no sufrir.
Acepta la experiencia de la humanidad. Eres humano; no te creas superhéroe. La Biblia dice que Jesús lloró, y él no se escondió para llorar. Jesús durmió, le dio coraje, quiso renunciar; experimentó la humanidad. Y tú tienes que aceptar tu parte humana. Dios no tan solo vino a restaurar tu espíritu, sino también tu humanidad.
Regula sus emociones sin reprimirlas. No reprimas el miedo o el coraje; regúlalos. Controla su intensidad. Aun si das rienda suelta a la alegría, te vuelves indulgente porque entonces necesitas ciertas experiencias; tienes que regularla también. Si la reprimes, vienen enfermedades, corajes, dolores, amarguras, venganza, rebeldía.
Tiene la disciplina de tener sueños, visiones, metas y expectativas, y trabajar constantemente para ellas. No puedes tener emociones positivas, si no existen dos factores en tu vida: Reto y progreso. Esto es cualidad de una persona sana porque una visión, un sueño, una meta producen varias cosas en tu vida; entre ellas, principalmente: Reto y progreso. Toda persona que no tiene retos en su vida, termina en depresión. El reto es necesario. La gente se aburre en un trabajo por falta de reto. Matrimonios se pierden emocionalmente por falta de retos. Tenemos que retarnos, algo te tiene que retar; tienes que mirar siempre hacia el futuro. Cuando te retiras, debes buscar algo que hacer porque no hay vida si no hay reto en algo. Siempre tiene que haber algo que te rete para tú medir progreso. Si no hay reto, no hay progreso. El problema es que hay quienes se estresan por los retos. Pero si no te retas no hay progreso. Si no hay progreso, eventualmente, te enfermas. Por eso es que la vida de una persona emocionalmente sana, es una vida con sentido; siempre están trabajando algo, buscando algo, persiguiendo algo.