Articulos

Soy lo que no quiero ser

“He descubierto el siguiente principio de vida: que cuando quiero hacer lo que es correcto, no puedo evitar hacer lo que está mal”. Romanos 7:21

El Pecado mas oculto y nunca antes descubierto en tu vida es el que diariamente te acusa. Esa situación o habito que te esta amargando la vida y te ha convertido en lo que no quieres ser.

Satanás se aprovecha de ello y diariamente pone su dedo sobre la yaga, se burla de ti y te dice:

“¿Y dices que eres cristiano?”.

Sinceramente te sientes mal, porque aunque muchas veces lo has querido dejar, por alguna razón vas y lo buscas nuevamente. En ocasiones has pasado mucho tiempo alejado de eso y te has sentido un súper hombre o una súper mujer, pero por alguna extraña razón vuelves y nuevamente te empapas de lo que no quieres ser.

Es triste sentirse atado por algo que sabes que no es correcto, es terrible todos los sentimientos y sensaciones que trae consigo esa atadura, quisieras vencerla, quisieras salir adelante, quisieras pasar la hoja y por una vez por todas ser libre de eso que te causa tanto dolor.

Y es que una persona que realmente ame a Dios no se sentirá a gusto practicando ciertos hábitos que lo único que hacen es acusarte y hacerte sentir indigno de llamarte su hijo.

Si hay incomodidad de tu parte para realizar eso que sabes que no es bueno, es porque todavía hay esperanza para ti, si te sientes culpable, si has llegado a sentirte indigno del Señor por eso que quizá a diario practicas, es porque aun hay algo por hacer.

El mayor problema es no sentir nada, el mayor problema es practicar cosas desagradables a Dios y no sentir la mínima culpa, ¡Eso si es un problema!

Y es que mientras en ti haya un sentimiento de arrepentimiento, eso significa que todavía no has sido vencido, que hay posibilidades de que salgas de eso y de hecho así será.

Conozco personas que me han dicho: “Soy lo que no quiero ser”, y no porque se sientan orgullosos de lo que hacen, sino porque se sienten decepcionados y enojados consigo mismos, por la forma tan fácil en las que son atraídos hacia el mal.

“Soy lo que no quiero ser”, ¿Cuántos de nosotros hemos dicho eso o por lo menos hemos sentido que estamos haciendo lo que no queremos o lo que no deberíamos hacer? ¡Yo soy el primero!

A veces nuestros instintos pecaminosos nos arrastran al pecado, a veces nuestros deseos nos llevan a realizar acciones que NO QUEREMOS HACER, pero que terminamos haciéndolas.

¿Cuántas veces no has querido dañar a alguien con alguna palabra y lo has terminado haciendo?, ¿Cuántas veces dijiste que ya no harías eso y volviste a hacerlo?, ¿Cuántas veces prometiste dejar de asistir a ese lugar y hasta el día de hoy sigues asistiendo?, ¿Cuántas veces propusiste evitar esa mala amistad, pero sin embargo sigues apegado a ella?, ¿Cuántas veces has querido hacer las cosas bien y terminas haciéndolas mal y sintiéndote mal contigo mismo?, eso es decir: “Soy lo que no quiero ser”.

Hoy te tengo una noticia que quizá te alegre, creo que sé la solución para ello, yo mismo en algún momento me he dicho: “Soy lo que no quiero ser”, ¡Sí!, a veces he sentido que necesito mejorar en eso o en aquello y lejos de mejorar termino empeorando, a veces no me reconozco ni yo mismo y solo puedo terminar diciendo: “Soy lo que no quiero ser”.

Hoy es día de dejar de ser lo que no quieres ser, hoy es el día que Dios tenía preparado para ti y para mí, este día Dios quiere que dejemos de ser lo que no queremos ser y comencemos a ser lo que Él quiere que seamos.

La Biblia dice: “Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes…” Santiago 4:7-8a (Nueva Traducción Viviente)

Lo primero que tenemos que hacer es RENDIR nuestra voluntad por completo, sí, yo se que lo has escuchado miles de veces, pero no hay otra fórmula, no hay otra forma en la que el proceso pueda comenzar. Rendir tu voluntad tiene que ver con reconocer que ya no puedes más, con reconocer que necesitas ayuda porque quieres dejar de ser lo que actualmente eres.

Cuando nosotros nos rendimos a Dios, cuando reconocemos nuestra impotencia frente a lo que estamos experimentando y dejamos de creer en nuestras propias fuerzas para creer en las fuerzas de Dios en nosotros, el panorama cambia.

Quizá tu digas: ¿Cómo rindo mi voluntad?, rendir tu voluntad también tiene que ver con buscar más de Dios. Mientras más intimidad con Dios tienes, tu voluntad se someterá a Él.

¿Qué es tener intimidad con Dios?, es buscarlo en oración, es apartar un tiempo de tu día para hablar con Él, es leer su Palabra diariamente, es llevarlo contigo todo el día, a tu trabajo, a tu universidad a todas partes. Platica con Él donde este, piensa en Él, habla de Él, que todo lo que gire a tú alrededor y todo lo que salga y entre a ti que tenga que ver con Él. De esa forma estarás tan empapado de Dios, que te será fácil rendirte a su voluntad.

Lo segundo, tiene que haber CONSTANCIA y eso tiene que ver con DETERMINACION Y VOLUNTAD. De nada sirve que venzas eso durante un mes, si luego al creer que está controlado descuides tu relación con Dios y comiences a ser sensible a la voz del pecado. La constancia es importante, por esa razón en ti tiene que haber la DETERMINACION de querer vencer para siempre ese hábito que tanta frustración te ha causado. La VOLUNTAD que tengas será esencial para no rendirte. Quizá en algún momento dejaras de tener intimidad, pero la voluntad de querer mantenerte firme te hará retomar nuevamente la senda que te llevara a la victoria, no solo de esa área de tu vida, sino a la victoria en todos los ámbitos de la vida.

Recuerda: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” 2 Timoteo 1:7 (Reina-Valera 1960).

A veces quisiéramos que con una oración que alguien hiciera por nosotros todos nuestros problemas y adicciones desaparecieran, ¿Quién no quisiera eso?, pero a veces las cosas no son tan fáciles como las quisiéramos, a veces Dios quiere que nosotros pongamos voluntad para lograr vencer aquello que tanto estorbo nos hace.

Por esa razón hoy Dios quiere recordarte lo que eres: TÚ ERES SU HIJO, un hijo de Dios.

El enemigo ha querido distorsionar la imagen de Dios en tu vida, por lo que envía diariamente dardos de fuego para hacerte sentir mal, indigno y el peor hijo de Dios que pudiera existir, la pregunta es: ¿Dejaras que siga burlándose de ti?, ¿Dejaras que te siga atando a cosas que con la ayuda de Dios puedes vencer?, ¿Cuánto más esperaras para salir de ese lodo cenagoso?

Hoy tienes que volver a ser lo que Dios quiere que seas, un hijo legitimo de Él que le de batalla diariamente al enemigo, jamás rindiéndose, jamás dejándose manipular por sus engaños, sino que creyendo a las promesas de su Padre Celestial y confiando que Él está de su lado todo los días de tu vida.

Quizá la has pasado muy mal todos estos días, semanas, meses o años, pero es hora de volver a ser lo que Dios quiere que seas y dejar de ser lo que no quieres ser.

¡Tú eres imagen suya! Por tal razón, permite que Él trabaje en ti.

Isaías dijo: «Ahora, pueblo de Israel, Dios tu creador te dice: “No tengas miedo. Yo te he liberado; te he llamado por tu nombre y tú me perteneces. Isaías 43:1 (Traducción en lenguaje actual)

Fuente:
Pastor Enrique Monterroza | El Salvador, Centroamérica

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba