ROMANOS 6:1-5 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.f
Este día continuamos con el estudio temático de la carta a los romanos, en el cual estamos reflexionando en las principales enseñanzas que encontramos en cada capítulo de esta carta tan importante para la doctrina cristiana.
El capítulo 6 de la carta a los Romanos el apóstol Pablo expone uno de los temas más importantes de la vida cristiana: LA NUEVA VIDA EN CRISTO Y LA RELACIÓN ENTRE EL CREYENTE Y EL PECADO. Pablo hace una reflexión: Si somos justificados por la fe y no por las obras, ¿SIGNIFICA ESTO QUE PODEMOS CONTINUAR PECANDO SIN CONSECUENCIAS?.
Pablo explica que la gracia de Dios no es una licencia para pecar, sino una liberación del poder del pecado sobre la vida del creyente, VEAMOS ENTONCES CUALES SON LAS PRINCIPALES ENSEÑANZAS QUE ENCONTRAMOS EN ESTE CAPÍTULO:
I) LA NUEVA VIDA EN CRISTO SIMBOLIZADA POR MEDIO DEL BAUTISMO CRISTIANO
(VS 1-5) ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
La nueva vida que hemos recibido por medio de la justificación por fe significa ya no seguir perseverando en el pecado, es decir, dejar nuestros caminos antiguos desagradables a Dios llenos de mundanalidad, enredados en placeres pecaminosos, motivados por la envidia y la avaricia y con el corazón lleno de rencor y amargura.
Podemos decir entonces que la vida cristiana es caminar en VIDA NUEVA en la cual decidimos ya no vivir para nosotros mismos, es decir, morimos para nosotros y vivimos para nuestro Dios (Gálatas 2:20) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Esta nueva vida tiene un símbolo que demuestra la decisión de nuestro corazón de morir para nosotros y vivir para nuestro Dios, ese símbolo es EL BAUTISMO (Romanos 6:4) Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
EL BAUTISMO SIMBOLIZA NUESTRA IDENTIFICACIÓN CON LA MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCIÓN DE CRISTO. Al ser sumergidos en el agua nos identificamos simbólicamente en la muerte de Cristo, y al salir del agua, participamos en su resurrección y esto representa el comienzo de una vida nueva en Cristo.
El bautismo representa la muerte de nuestra antigua naturaleza pecaminosa, pues cuando somos bautizados, declaramos PÚBLICAMENTE que el poder del pecado ha sido roto en nuestras vidas por medio de la muerte y la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Podemos decir entonces que EL BAUTISMO ES MÁS QUE UN SÍMBOLO; ES UNA DECLARACIÓN PÚBLICA DE QUE HEMOS DECIDIDO VIVIR EN NUEVA VIDA, muertos al pecado y vivos para Dios, es por eso que el bautismo no requiere un proceso de mejora, de un proceso de santificación pues representa el inicio de la vida nueva que tenemos en Cristo Jesús por la fe (Hechos 8:36-38) Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó.
II) LA NUEVA VIDA EN CRISTO SIGNIFICA ESTAR MUERTOS AL PECADO Y LIBRES DE SU ESCLAVITUD
(ROMANOS 6:6-11) sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Estos versículos declaran una verdad espiritual muy importante y muy poderosa la cual debe ser conocida y comprendida por cada uno de nosotros: NUESTRO VIEJO HOMBRE HA SIDO CRUCIFICADO, es decir, NUESTRO VIEJO HOMBRE HA MUERTO CON CRISTO.
Pero ¿Qué significa el término VIEJO HOMBRE? El «viejo hombre» se refiere a la identidad y la naturaleza del ser humano antes de la conversión a Cristo. Es la persona que éramos antes de experimentar la salvación y la regeneración por medio del Espíritu Santo. ESTE «VIEJO HOMBRE» ESTABA ESCLAVIZADO AL PECADO Y VIVÍA BAJO SU DOMINIO.
EL «viejo hombre» fue crucificado con Cristo, lo que significa que CUANDO CONFESAMOS A CRISTO COMO SEÑOR DE NUESTRA VIDA NUESTRA ANTIGUA IDENTIDAD PECAMINOSA FUE TOMADA Y CRUCIFICADA Y MURIÓ JUNTO CON CRISTO. Esto nos da libertad de la esclavitud del pecado, y nos permite vivir una vida nueva en Cristo.
Entonces, si nuestro viejo hombre ha sido crucificado y murió, ¿Por qué seguimos pecando? ¿Por qué seguimos cayendo en tentación y haciendo lo que no agrada a Dios? y la respuesta es POR CAUSA DE NUESTRA CARNE.
LA «CARNE» se refiere a la inclinación pecaminosa que aún existe y persiste en los creyentes, incluso después de la conversión. Aunque el «viejo hombre» ha sido crucificado, la «carne» sigue siendo la tendencia hacia el pecado que habita en nuestro cuerpo y en nuestra mente ES LO QUE NOS HACE ESCLAVOS DEL PECADO DE NUEVO.
La «carne» es el motivo de la lucha interna que experimentamos cada día todos los creyentes, la lucha entre vivir según el Espíritu o dejarnos dominar por los deseos pecaminosos. El apóstol Pablo describe perfectamente esta lucha personal que cada cristiano tiene (Romanos 7:18-25) Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.
La diferencia entre el «viejo hombre» y la «carne», es que el viejo hombre ha muerto con cristo, pero la carne no es erradicada de nuestra vida, es por eso que los creyentes deben vivir en luchando con los deseos de la carne y venciéndolos por medio del poder del Espíritu Santo (Romanos 8:13) porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.
Ya que nuestro viejo hombre ha sido erradicado de nosotros pues ha sido crucificado por la fe juntamente con Cristo, ya no somos esclavos del pecado, SOMOS LIBRES EN CRISTO, pero por causa de la carne que aún existe en nosotros es que la palabra de Dios nos hace un llamado a cada cristiano: (Gálatas 5:1) Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.
III) LA NUEVA VIDA EN CRISTO SIGNIFICA VIVIR EN LIBERTAD, PERO NO EN LIBERTINAJE
(ROMANOS 6:15-19) ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
Desde el momento que confesamos por la fe a Jesucristo como Señor y salvador de nuestra vida, nuestro viejo hombre es crucificado, somos libres de la esclavitud del pecado y de la condenación eterna, pero eso NO SIGNIFICA TENER LICENCIA PARA PECAR no significa que podemos vivir en LIBERTINAJE (Vs 15) Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
La palabra de Dios nos dice que no debemos confundir la gracia de nuestro Dios con vivir una vida de libertinaje (Judas 1:4) Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
Tenemos que comprender que vivir en libertinaje significa VIVIR OTRA VEZ EN ESCLAVITUD (Romanos 6:16) ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?.
Ahora en Cristo, siendo libres del pecado y de la esclavitud podemos decidir poner nuestra vida al servicio del Señor, es decir, poner nuestros miembros al Servicio del Reino de Dios ya que antes con nuestros miembros servíamos a la injusticia y a la iniquidad (Romanos 6: 17-19) Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
Para no vivir en libertinaje y no volver a la esclavitud tenemos que hacernos una pregunta muy importante: ¿QUE FRUTO TENIAMOS DE ESE ESTILO DE VIDA QUE HOY NOS CAUSA VERGUENZA? (Vs 20-21) Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
Pero por la gracia de nuestro Dios hoy somos libres y en lugar de consecuencias tenemos bendiciones y la más grande de esas bendiciones es la VIDA ETERNA (Vs 22-23) Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.