La realidad que vivimos hoy es la consecuencia de habernos separados del Señor mediante un acto de desobediencia. Cristo es la Dádiva de Dios que descendió del cielo para volver a unir lo que se había separado; a través de Perdonarnos y Salvarnos por Su Gracia y Misericordia.
Cuando nos humillamos abrimos puertas que por alguna razón permanecían cerradas; sin ningún acceso de comunicación de ninguna clase.
El Señor hoy quiere acercar separaciones, sanar enemistades, superar frustraciones, pasar un bálsamo para rehabilitar nuestras heridas abiertas y superarlas, producir bonanzas en nuestras tormentas, no importando sus fuerzas, en fin, cortar de raíz todo
lo que nos separa de ÉL, de Su Amor, Perdón y Misericordia.
Dediquemos hoy un tiempo a solas con ÉL y en oración, digámosle: -Señor, quiero acercarme al Trono de tu Gracia, une en mí lo que se ha separado de ti-
Su Palabra:
“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,” Romanos 3:23-24 RVR1960.
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8 RVR1960.
“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.” S. Juan 15:5 RVR1960.
“Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23 RVR1960.
La Roca de Misericordia está en la Brecha, “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Hebreos 4:16 RVR1960
¡Bendiciones!