En estos tiempos cruciales, es vital que el pueblo de Dios en Cristo asuma su rol de intercesores por la paz en Israel y Jerusalén. La palabra nos instruye a orar por la paz en esta tierra bendita. El Salmo 122-6 lo deja claro: «Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.» Este llamado a interceder no es solo un acto de obediencia, sino una respuesta a la voluntad de Dios, quien tiene propósitos eternos con Israel y su pueblo.
Es necesario que nuestra oración sea limpia de prejuicios y que nos acerquemos con objetividad, reconociendo que no intercedemos por una nación desde una perspectiva política o cultural, sino desde la profunda realidad espiritual que esta tierra representa en el plan divino. Jesús mismo lloró por Jerusalén (Lucas 19:41), un símbolo del amor profundo que Dios siente por este lugar.
Un llamado a la intercesión con discernimiento
La referencia a Números 22, donde Dios interviene para detener a Balaam a través de un asna, es una advertencia sobre los obstáculos que pueden surgir cuando no caminamos en la voluntad de Dios. Balaam, cegado por sus propios intereses, no veía el ángel que le impedía avanzar. Así también, muchos hoy en día están cegados por conflictos, intereses personales o prejuicios. Pero nosotros, como pueblo de Dios, debemos clamar con un corazón limpio y alineado al plan de Dios.
Oración con propósito
Nuestra intercesión debe estar basada en la palabra, en la promesa de paz que Dios ha establecido para Su pueblo. Es momento de que los creyentes levanten un clamor unificado, sabiendo que nuestras oraciones pueden mover montañas (Mateo 17-20). Debemos pedir por la paz no solo en términos de césar conflictos, sino por la paz que sobrepasa todo entendimiento, la paz que solo Dios puede otorgar a través de Su Hijo Jesucristo, el Príncipe de Paz (Isaías 9:6).
La paz en tiempos de tribulación
Hoy, mientras miramos las noticias y vemos las tensiones que rodean a Israel, debemos recordar que somos llamados a ser luz en medio de la oscuridad. Nuestras oraciones pueden traer alivio, y más importante aún, pueden abrir puertas para que el evangelio siga siendo proclamado. No es momento de estar pasivos, sino de actuar en el espíritu, conscientes de que la paz de Israel y Jerusalén tiene un impacto en todo el mundo.
Oración de intercesión
Señor, Tú que eres el Dios de toda paz, nos postramos ante Ti para pedir por Israel y Jerusalén. Sabemos que tienes propósitos grandes para esta tierra y para su pueblo. Padre, que Tu paz reine sobre ellos, que los corazones se vuelvan a Ti y que seas exaltado por sobre todo conflicto y división. Te pedimos que despiertes a Tu iglesia para interceder sin cesar, con corazones puros y con la certeza de que Tú eres el Príncipe de Paz. Amén.