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Recibiendo el Poder Divino. Las llaves que Dios nos confía

¿Y quién puede ganar esta batalla contra el mundo? Únicamente los que creen que Jesús es el Hijo de Dios. 1 Juan 5:5 NTV

En el año de la “Puerta” Dios está poniendo las llaves en nuestras manos. Una llave es símbolo de autoridad y poder. Jesucristo es el cumplimiento de la profecía que se encuentra en Isaías 22:22 “Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá”. El abre puertas que nadie puede cerrar, y cierra puertas que nadie puede abrir. Esta es la llave de la casa/reino del rey David que fue transmitida a través de generaciones hasta el Rey Jesús. Él es quien abrió la puerta del Cielo, dándonos acceso al Reino de Dios. Esta puerta fue abierta en el Calvario y el diablo nunca podrá cerrarla. ¡Aleluya! Cuando tenemos una revelación de Jesús y vemos su propósito de cumplir su plan a través de nuestras vidas, no tenemos nada que temer. Estamos recibiendo llaves para abrir cosas en el Reino. Jesús está parado más allá de la puerta abierta de la salvación con la «llave de David» en su mano invitándonos a entrar en el corazón mismo de Dios. Además, como creyentes, ya tenemos libertad porque podemos “ver” la victoria que Jesús nos aseguró en el Calvario. Nos estamos despertando por completo a nuestra herencia y señalaremos el poder de la Cruz mientras caminamos cada día bajo esta victoria.

El Señor dice:
“Yo estoy liberando una nueva unción vencedora para Mi pueblo. Le estoy dando a Mi Cuerpo la capacidad de ver más allá de las puertas cerradas. Estoy soplando una nueva revelación acerca de su autoridad para usar la Llave de David. Esta llave es la que abre puertas que parecen cerradas y también cierra puertas para que el enemigo ya no pueda encontrar la entrada” (Sandie Freed)

DIA 11 ENFOQUE DE ORACIÓN
Lecturas bíblicas para hoy: Apocalipsis 3:7-13, Mateo 16:13-19, Lucas 10:18-24 Noten que cuando usamos las llaves de Mateo 16:13-19, sólo podemos atar legalmente en la tierra lo que ya está atado en el cielo, y lo que desatamos legalmente en la tierra ya debe estar desatado en el cielo. Me gusta decirlo de esta manera: la enfermedad no está en el cielo; por tanto, la enfermedad; ¡No tiene ningún derecho legal para estar aquí! O: No hay pobreza en el cielo; la pobreza ha sido liberada del cielo. ¡Por lo tanto, le impido que intente robarme mi avance financiero! Dios nos ha dado promesa tras promesa ya sea a través de Su Palabra, a través de un profeta, un sueño, una visión o mediante revelación acerca de nuestro futuro. Sin embargo, ¿cuál es nuestra respuesta cuando nos enfrentamos a un muro de oposición? ¡Debemos comenzar a levantarse y vencer! Debemos usar nuestras llaves, ver más allá de lo que parece cerrado e imposible y hablarle a cada montaña que intenta desanimarnos o hacernos dudar de lo que Dios ha prometido.

Tómate un momento y busca una de tus llaves, la que tengas a mano. ¿Alguna de ellas abre la puerta de tu casa? Toma la llave y proféticamente abre una puerta y mientras lo haces declara con valentía: Al abrir esta puerta, estoy realizando un acto profético y decretando que cada puerta que está cerrada ahora está abierta. Declaró que las promesas de Dios para mí y para mi familia son sí y amén. Hoy me fortalezco en el Señor. Lo que Él ha dicho se cumplirá. Declaro que tengo un corazón valiente como David y que como él lo hizo entrego completamente mi vida a Mi Dios. Alabaré a mi Dios en todo lo que haga. En el nombre de Jesús, ¡amén!

Con amor y oraciones

Fuente:
Magie de Cano

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