Dios está usando el renacimiento de Asbury como catalizador para un derramamiento a nivel nacional.
A estas alturas ya habrás oído que los líderes de la Universidad de Asbury decidieron poner fin a las reuniones de resurgimiento continuo que estallaron en su campus No fue una decisión fácil: los estudiantes no querían dejar de orar y adorar, y las multitudes siguieron viniendo a la pequeña ciudad de Wilmore, Kentucky. Tanta gente hambrienta visitó Asbury de todo el mundo que las líneas a veces eran de media milla de largo para entrar en tres auditorios del campus.
Pero la realidad es que no todo el mundo puede ir a Kentucky, y no hay suficientes auditorios en Wilmore para retener a todas las personas que necesitan el fuego del Espíritu Santo. El Asbury Revival nunca fue sobre Asbury. Dios estaba usando esa escuela como catalizador para un movimiento nacional. Quiere que el resurgimiento se propague por todas partes.
Después del derramamiento inicial en Asbury, focos de fervor renacimiento comenzaron a extenderse a medida que los estudiantes visitantes regresaban a sus escuelas. Esto ha sucedido en la Universidad Lee en Tennessee, la Universidad Samford en Alabama, la Universidad de Cumberlands en Kentucky, así como en la Universidad de Georgia, Texas Tech y la Universidad Estatal de Iowa. Pero creo que este celo espiritual contagioso estaba destinado a extenderse a todos los campus, así como a todas las iglesias de los Estados Unidos. ¿Está tu iglesia abierta a tal movimiento de Dios?
Ustedes son bendecidos si su congregación desearía un renacimiento, porque muchos cristianos han puesto el Espíritu Santo en una caja. Preferimos lo normal. Tenemos miedo de lo sobrenatural. Y muchos creyentes están tan acostumbrados al habitual simulacro de domingo por la mañana que considerarían una visita del Espíritu Santo como una interrupción grosera. Estoy rezando para que el Asbury Revival haya abrido nuestro apetito por algo más profundo.
Aquí hay siete cosas prácticas que podemos hacer para animar un movimiento del Espíritu Santo en su iglesia o ministerio del campus:
1. No tengas prisa. Un servicio religioso no tiene que ser largo para ser ungido. Hace veinte años, los carismáticos éramos notorios por prolongar nuestras reuniones. Pero me temo que el péndulo ha oscilado demasiado lejos en la otra dirección. Estos días muchas congregaciones se apresuran a través de la rutina del domingo con la ayuda de un reloj de cuenta atrás, y no hay tiempo para cantar un estribillo extra o para saborear el momento. Si Dios quisiera interrumpir nuestro inflexible horario, ¿le dejaríamos?
2. Aprende a «anfitrión» la presencia de Dios. Una vieja inscripción aparece sobre el escenario en el Auditorio Hughes de la Universidad de Asbury, donde los servicios de capilla se han celebrado durante dos semanas seguidas. Dice: “SANTIDAD AL SEÑOR. «Me temo que hemos olvidado que la presencia santa de Dios está entre nosotros cuando nos reunimos corporativamente. El Salmo 22:3 dice: «Sin embargo, tú eres santo, tú que estás entronizado en las alabanzas de Israel. «Las personas que han asistido a las reuniones de Asbury describen un extraño sentido de reverencia en el auditorio. El lugar se siente como tierra santa. Si realmente creemos que Dios habita en medio de nosotros cuando adoramos, no vamos a hacer frívolamente lo nuestro. Vamos a pisar con cuidado y aprender a esperar sus directivas.
3. Deja de intentar hacer la adoración tan profesional. La adoración contemporánea se ha racionalizado y reenvasado en las últimas dos décadas. Agregamos efectos especiales de iluminación, gráficos en pantallas gigantes, producción de vídeo al estilo Hollywood, calidad de sonido increíble, y los músicos más geniales con los mejores instrumentos. Y sin embargo, si somos honestos, el factor guay a menudo se siente falso. Lo que anhelamos es autenticidad. Eso es lo que estaba en exhibición en el Asbury Revival: solo músicos con pasión desbordante por Dios pero sin trucos. Y esa humilde simplicidad es lo que atrajo a tanta gente al campus de Asbury que los funcionarios locales tuvieron que cerrar las carreteras al lugar.
4. Moja tu iglesia en oración. Ningún resurgimiento en la historia llegó sin una oración desesperada. La presencia de Dios viene cuando lo anhelamos como un ciervo que pantalones por agua. Si quieres la nube de la gloria de Dios en los servicios de tu iglesia, quema primero el incienso de la oración. Hay intercesores ungidos en tu congregación que están conectados para esta tarea.
5. Predica un mensaje sin compromiso que trae convicción. El renacimiento auténtico no es sólo adoración; debe ir acompañado de la predicación del evangelio. Pero debemos tener pan caliente. La predicación de renacimiento no es sólo un mensaje relevante entregado en un estilo hipster que se ve bien en cámara. Nuestras palabras necesitan ser nacidas en oración, empapadas en lágrimas de quebrantamiento y encendidas por las brasas calientes del cielo.
6. Deja tiempo para el ministerio del altar. Una iglesia sin altares es como un hospital sin una sala de maternidad. Una nueva vida a menudo comienza en el altar, ya sea salvación, sanación o oración por una unción fresca. Hoy en día, muchas iglesias que ofrecen múltiples servicios a menudo escatiman el tiempo del ministerio porque necesitan apresurar al grupo de las 10 a.m. fuera del santuario para prepararse para la próxima multitud. Múltiples servicios están bien, pero estamos sacando al Espíritu de la iglesia si no programamos tiempo para que la gente responda a Él.
7. Da tiempo para testimonios. Nada eleva el nivel de fe de una congregación como la cruda experiencia de alguien con Dios. Si un hombre fue sanado esta semana en tu iglesia, deja que lo cuente. Si una adolescente fue entregada de depresión, que comparta lo que pasó. Si una pareja infértil se queda embarazada, que lo griten desde las casas. Las historias de intervención sobrenatural desencadenan una expectativa sagrada en todos. El testimonio de Jesús es el espíritu de profecía, y los testimonios pueden desencadenar una erupción de santo asombro y alegría.
1 Tesalonicenses 5:19 lo dice claramente: «No apagues el Espíritu. «Abramos las puertas y permitamos que el Espíritu Santo tenga su camino. Permitamos que lo que estalló en Asbury se desborde en cada iglesia del país. En lugar de tener miedo de lo que Dios pueda interrumpir, o a quién podría ofender, nos preocupemos más por cómo sería la iglesia si su presencia manifiesta llena la casa.
