No hay duda que hay muchísimas personas que tienen la buena intención de seguir y de servir a nuestro Señor Jesucristo, pero lastimosamente también muchas de esas personas no pasan de la intención a la acción. LUCAS 9-57-62
Son personas que tienen el deseo o el anhelo de seguir a Cristo y de servirle, pero la palabra de Dios nos enseña que falta algo más que solamente la intención.
Primeramente, tenemos que comprender que seguir y servir a Cristo trae grandes bendiciones a la vida de un cristiano:
Seguir a Cristo trae muchas bendiciones a nuestra vida (Mateo 19:27-29)
Servir a Cristo igualmente trae grandes bendiciones a nuestra vida (Malaquías 3:17-18 /Juan 12:26)
Por medio de estos textos nos queda claro que verdaderamente hay beneficios, hay bendición para nuestra vida al seguir y servir a nuestro Señor Jesucristo, entonces debemos hacernos una pregunta: ¿Por qué nos cuesta tanto hacerlo?
El mismo Señor Jesucristo nos enseña en el texto que hemos leído para comenzar qué es lo que necesitamos para poder seguirle y servirle:
NECESITAMOS EL VALOR DEL COMPROMISO (LUCAS 9:57-58)
El compromiso es lo que transforma una intención en realidad, es la valentía de hacer tiempo cuando no lo hay, es cumplir con lo prometido aun cuando las circunstancias se ponen adversas,
Comprometernos con algo o con alguien significa que conocemos las condiciones que estamos aceptando y las obligaciones que éstas nos conllevan. La ausencia de compromiso convierte nuestras intenciones en una simple trivialidad, en algo sin valor.
Nuestro Señor Jesucristo conocía el corazón de ese hombre que le dijo que lo seguiría donde quiera que fuera, sabía que sus palabras eran palabras llenas de emoción, pero sin un verdadero compromiso.
En una relación el compromiso viene por causa del amor, si nosotros amamos al Señor nos comprometemos con él, estaremos dispuestos a lo que sea necesario para seguirle y para servirle. En nuestra sociedad la ley del mínimo esfuerzo se va imponiendo poco a poco, y eso significa obtener las cosas de la forma más fácil, cómoda e inmediata, pero esto no puede definir nuestra relación con Dios.
NECESITAMOS TENER PRIORIDADES BIEN DEFINIDAS (VS 59-60)
Para poder aceptar el llamado del Señor en nuestra vida para seguirle y para servirle tenemos que comprender que nuestro Dios debe ser lo primero o lo más importante en nuestra vida.
Cuando hablamos de prioridades nos estamos refiriendo a aquello que es más importante en nuestras vidas, para un cristiano lo más importante en su vida debería de ser agradar a Dios, hacer su voluntad, buscar lo espiritual, es decir nuestra comunión con el Señor.
Muchos de nosotros decimos que Dios es lo más importante en nuestra vida, pero la realidad de esas palabras solamente puede ser medida por el tiempo que invertimos en las cosas de Dios, en comparación con el tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos.
FRASE: Cuando las prioridades están claras, las decisiones se hacen fáciles.
FRASE: Para cambiar tu vida necesitas cambiar tus prioridades.
NECESITAMOS SER CONSTANTES Y PERSEVERANTES (VS 61-62)
Tenemos que comprender que la clave en la vida cristiana no solamente se trata de comenzar a caminar, o de comenzar a servirle, sino de mantenernos haciéndolo pase lo que pase, a pesar de las críticas, a pesar de las dificultades, a pesar de las debilidades y errores de nuestros prójimos.
Ser perseverantes y constantes significa no volver atrás, no rendirnos en el camino del Señor ni en el ministerio en el cual le servimos y para eso necesitamos poner nuestra mirada en Jesús, no en las debilidades y pecados de nuestros hermanos, ni en las circunstancias, ni en lo atractivo que puedan parecer los caminos del mundo sino en Señor, en sus bendiciones y en sus galardones para nuestra vida.