En 1 Corintios 15-52, la palabra nos recuerda que «en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.» Este versículo nos impulsa a reflexionar sobre la inminencia del regreso de Cristo y el llamado evangelístico que todos debemos abrazar con fervor.
Dios extiende Su amor infinito incluso a esta generación que ha caído en caminos de perversidad. Su deseo es rescatar a tantos como sea posible antes de que la «nave» de esta humanidad se hunda en la destrucción eterna. Ahora es el tiempo del toque final, un llamado de alerta para que el evangelio resuene con fuerza y lleve esperanza y salvación a cada rincón del mundo.
Esta trompeta divina no solo es un anuncio del retorno de Cristo, sino también una invitación para arrepentirse y volver al Creador. El tiempo es ahora. Debemos alzar nuestras voces como instrumentos de Dios, proclamando Su verdad con amor y autoridad. Que no quede nadie sin escuchar este mensaje de redención, porque el deseo de Dios es que todos sean salvos (1 Timoteo 2:4).