JUAN 20 11-16 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; 12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. 14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).
En el texto que hemos leído para comenzar vemos el momento en el cual nuestro Señor Jesucristo ya había resucitado, y Maria Magdalena fue a la tumba a buscar al Señor pero no lo encontró, y por eso lloraba, pues ella pensaba que alguien se había llevado el cuerpo de Jesús.
Jesús se le apareció a Maria y al verla muy triste llorando le preguntó: Mujer ¿Por qué lloras? pero Maria no había reconocido que era Jesús quien le estaba hablando, ella pensó que era el hortelano, es decir la persona encargada de cuidar el huerto donde estaba la tumba donde pusieron al Señor.
Pero inmediatamente Jesús la llamó por su nombre ¡Maria! y en ese momento ella reaccionó y reconoció que era el Señor Jesús quien le hablaba.
Podemos ver en esta historia que Maria Magdalena estaba triste y llorando por DOS RAZONES:
- Primeramente porque había olvidado las palabras del Señor que había dicho que él iba a resucitar.
- Segundo, porque no había reconocido al Señor, no se había dado cuenta que Jesús estaba ahí junto a ella mientras lloraba.
TRASLADEMOS ESTA ENSEÑANZA A NUESTRA VIDA CRISTIANA: Querido hermano o hermana ¿POR QUÉ LLORAS? ¿Por qué estás triste y desesperado por la situación que estás enfrentando? La respuesta seguramente es la misma por la cual Maria Magdalena estaba llorando frente a la tumba del Señor:
- I) EN LA DIFICULTAD QUE ESTAMOS ENFRENTANDO SEGURAMENTE HEMOS OLVIDADO O HEMOS DEJADO DE CONFIAR EN LAS PROMESAS DEL SEÑOR (ISAIAS 44:21)Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides.
Tenemos que saber que el Señor quiere que siempre recordemos quien es él y que siempre recordemos y confiemos en sus palabras y en sus promesas pues en los momentos de necesidad, de aflicción y de dolor son esas palabras las que nos van a sostener.
Nuestro Señor Jesucristo dijo claramente que él iba a resucitar (Marcos 9:30-32) Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día. 32 Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
Pero lo maravilloso es que no solamente dijo que iba a resucitar, ¡ÉL RESUCITÓ! y eso tiene que llenar de confianza y esperanza nuestro corazón pues todas las promesas del Señor son respaldadas por ese mismo poder que hizo que nuestro Señor Jesucristo venciera la muerte y la tumba.
Es por eso que hoy el Señor Jesucristo nos preguntaría ¿Por qué lloras si todas mis promesas están disponibles para tu vida y todas se van a cumplir? hoy el Señor nos motiva a clamar confiados en sus promesas (Jeremías 33:3) Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.
- II) PORQUE NO HEMOS RECONOCIDO AL SEÑOR EN MEDIO DE NUESTRA ANGUSTIA
Muchos en los momentos de crisis, de angustia no reconocemos al Señor y nos sentimos tristes y desesperados porque nos sentimos abandonados y pensamos que nuestro Dios no está con nosotros.
Pero nuestro Dios siempre está ahí con nosotros, aunque no lo reconozcamos:
- Dios se está manifestando en nosotros por medio de las personas que nos ayudan (Salmo 118:7) Jehová está conmigo entre los que me ayudan; Por tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen.
- Dios se manifiesta en nosotros dándonos nuevas fuerzas cada día para seguir, para levantarnos aún en medio de las más grandes dificultades. (Isaías 40:29) Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
- Dios es quien aun en medio de la escasez, del desempleo o del abandono ha suplido siempre cada una de nuestras necesidades (Filipenses 4:19) Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
- Solamente por medio de nuestro Dios hemos podido tener paz en nuestro corazón aun en medio de los tiempos de dificultad que hemos enfrentado (Filipenses 4:7) Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
CONCLUSIÓN: El Señor hoy nos hace un llamado a confiar en sus promesas y a no dudar, a estar seguros que aunque no lo veamos o muchas veces no lo sintamos, ÉL ESTÁ SIEMPRE CON NOSOTROS, entonces ¡animó! .ya no llores, Dios está contigo.