»Sin embargo, él sabe a dónde yo voy; y cuando me ponga a prueba, saldré tan puro como el oro.» Job 23:10 (RV60)
Job no comprendía los motivos de lo que estaba viviendo, aún así podía reconocer a Dios como el autor de todo, reconocer Su soberanía y Su Omnisciencia. Él pudo reconocer que lo que estaba viviendo no era un juicio de Dios sino una prueba es que el oro se prueba con fuego y la fe también.
Sin embargo, a veces no es suficiente saber que estamos pasando una prueba, necesitamos sentir la cercanía de Dios para no decaer en medio de ella. Qué bueno que Jesús antes de partir nos dejó la promesa del Espíritu Santo para consolarnos y animarnos en medio de las diferentes batallas y pruebas. ¡Gracias Señor por amarnos tanto! El Espíritu Santo, a diferencia de los amigos de Job, no acusa, Él convence, nos confronta para llevarnos a arrepentimiento en caso de pecado; pero no solo eso, nos anima y fortalece cuando estamos en pruebas, Él nos guía y enseña en medio de ellas. ¡Aleluya!
Oración
Bendito Señor, gracias por la promesa del Espíritu Santo, gracias Padre por enviarlo como Regalo, como Don a nuestras vidas. Gracias por llenarme de poder a través de Él, poder que nos fortalece en medio del sufrimiento y las dificultades. ¡Gracias porque nunca nos abandonas! ¡Gracias por amarnos de tal manera! Solo puedo rendir mi vida en agradecimiento y adorarte en todo tiempo. Te amo mi Señor, mi Rey. Te adoro. ¡Amén!