Hay diferentes formas de hablar con Dios, nos comunicamos con nuestro Señor por medio de la oración, cuando hablamos con el Señor como nuestro Dios y como nuestro Padre, lo alabamos y le pedimos. ISAÍAS 63-7-9-
Pero cuando hablamos con el Señor como nuestro amigo platicamos con él, hablamos con respeto y adoración, pero nos sentimos en confianza.
Posiblemente eso es lo que necesitamos muchos de nosotros, hablar con Dios no solamente para pedirle y reclamarle, sino para expresarle nuestro amor y nuestro agradecimiento.
Esas pláticas con Dios nos permiten recordar y reconocer:
I) TODO LO BUENO QUE DIOS HA SIDO CON NOSOTROS, NOS PERMITE RECONOCER SU BONDAD Y MISERICORDIA EN NUESTRA VIDA (VS 7A)
Que maravilloso es poder decirle a Dios, ¡Que bueno has sido conmigo! A pesar de mis errores, siempre me diste una nueva oportunidad.
A pesar de mis malas decisiones siempre me diste una salida, a pesar de mis errores y de mis debilidades abriste puertas de bendición que yo no podía abrir.
Aunque muchas veces estuve muy enredado en pecados, en vicios, en deudas, en malas amistades y relaciones tóxicas, me diste libertad y me devolviste el mañana que yo desperdicie.
II) TODO LO BUENO QUE DIOS HA SIDO CON NUESTRA FAMILIA (VS 7B)
Que precioso es reconocer lo que el Señor le ha dado a nuestra familia y todos los beneficios que como familia hemos recibido de él.
Es maravilloso y también muy necesario recordar nuestros comienzos como familia para tener un corazón agradecido, quizás muchos menospreciaron nuestros pequeños comienzos, quizás muchos menospreciaron él día de las pequeñeces de nuestra familia (Zacarías 4:10) pero, aunque muchos no creyeron en nuestros inicios, aunque quizás muchos nos pronosticaron fracaso, nosotros creímos la palabra de nuestro Dios (Job 8:7)
Qué bueno es decirle al Señor, gracias por todo lo que nos has dado, y para eso tenemos que ver con agradecimiento lo que Dios ha hecho por nuestra familia, para poder decirle de todo corazón; QUE BUENO HAS SIDO CON NOSOTROS SEÑOR.
III) TODO LO FIEL QUE DIOS HA SIDO EN NUESTRA VIDA (ISAIAS 63:9)
Platicando con Dios podemos decirle: SIEMPRE HAS ESTADO CONMIGO SEÑOR, en todas mis angustias has estado conmigo, has llorado a mi lado y me has consolado.
Y cuando caímos, cuando ya no podíamos más, NOS LEVANTASTE TODOS LOS DÍAS, aunque muchas personas fueron infieles, nos fallaron, no estuvieron cuando los necesitamos, TU SIEMPRE ESTUVISTE PARA NOSOTROS, POR TU FIDELIDAD.