Articulos

Oración de Liberación y Rompimiento de Ataduras 

Cuando vemos las cosas que están ocurriendo en este mundo, tales como la contaminación ambiental, que ha roto la capa de ozono, distorsionando el clima,  y produciendo sequías en distintas partes del mundo, incluyendo la que acabamos de sufrir nosotros en nuestro país, en los últimos dos años,  la corrupción moral, a todos los niveles,  el matrimonio de parejas del mismo sexo, así como el narcotráfico,  nos espantamos.

 Ahora mismo, se está sufriendo severas crisis económicas en Grecia, Portugal, Italia, Puerto Rico, Venezuela, Chile, China y en el mismo Estados Unidos, ya que en días pasados colapsó la bolsa de valores de Nueva York y de otras naciones, por lo que nos sentimos sumamente preocupados.

Algo terrible y aborrecible para Dios,  es la legalización del aborto  y el uso público de la marihuana, así como el aumento del  terrorismo, en el que mueren millares de personas inocentes.

La frecuencia de  los sismos, los tsunamis, los fuegos forestales, la ola de calor, la severidad de la corriente del Niño, que produce sequía e inundaciones, nos damos cuenta que estamos viviendo momentos difíciles, y que algo aún más grande viene a esta humanidad, que es el advenimiento de Cristo, quien juzgará al mundo.

 También es penoso,  ver y vivir,  la corrupción administrativa en gobiernos de Sudamérica, como en Guatemala, donde el pueblo pide la renuncia de su presidente, Oto Pérez Molina, por encabezar una banda de lavadores de activos, y las acciones de bandas de narcotraficantes en México y  en países de Centro América como El Salvador y Honduras, y en este último han asesinado a más de una decena de periodistas, de diferentes medios de comunicación, por denunciar el narcotráfico.

Pero lo peor de todo es ver como las naciones del mundo, incluso del Cercano,  Medio y Lejano Oriente, excepto Israel,  se han alejado de Dios y por consiguiente la inseguridad y la violencia se han apoderado de sus calles y la gente vive bajo un estado de gran temor, refugiándose en sus hogares, creyendo que allí estarán seguros, por miedo a la delincuencia y a los terroristas, que se valen de todo para robar, matar y destruir.  

La gente ya no cree en la política, ni en comicios,  y mucho menos en políticos demagógicos, que viven ofreciendo villas y castillos al pueblo, pero cuando ascienden al poder solo se ocupan de ellos mismos, apelando al manoseado populismo, que no contribuye en nada al desarrollo de un país.  Tampoco confían en los religiosos, especialmente aquellos que viven predicando una doctrina distorsionada, al margen de la verdad de la Palabra de Dios.

En esta situación que ahora vive el mundo que, de acuerdo a La Biblia,  está bajo el maligno, los verdaderos creyentes en Cristo tienen la  gran responsabilidad de orar y predicar el Evangelio de Salvación,  para liberar y romper las ataduras del diablo. Dios no se agrada de la muerte del impío, sino que su amoroso deseo es que  todos procedan al arrepentimiento, y por eso su Hijo Amado, Jesucristo, murió en la cruz del Calvario y derramó su sangre preciosa para redimirlos  del pecado y disfruten de la vida eterna.

Si los habitantes del mundo obedecen a Dios y su Palabra, Él sacará sus vidas del laboratorio del diablo y les dará la libertad a la cual los  ha llamado. Entonces las  almas, de los salvados, se gozarán  entre cánticos de liberación, pues el Señor Dios Todopoderoso ha roto los cerrojos y ha despedazado las puertas de bronce que los mantenían presa en celdas espirituales.

«Entonces hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Y el dragón y sus ángeles lucharon, pero no pudieron vencer, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.

Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama el Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.

Y oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado». (Apocalipsis 12: 7- 10).

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Botón volver arriba