Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor. Hechos 3:19
Dios está hablando a través del Avivamiento en Asbury. Estoy asombrada de lo que el Señor está haciendo. Cada mover de Dios es diferente y único para esta generación en particular. Nuestra generación necesita paz y esperanza en un mundo de caos. Lo que veo en este avivamiento es el corazón de Dios respondiendo al clamor de Su pueblo. Él nos ha escuchado. Él está con nosotros y tiene un plan para cambiar todo para bien.
Estos últimos años han sido algunos de los más difíciles para las personas en todo el mundo. Tanta pérdida, dolor, sufrimiento y pena. El enemigo tenía la intención de destruirnos, quebrarnos y dejarnos sin esperanza. Tenía la intención de tomar nuestra confianza en Dios, dejándonos atados y desgarrados. Pero Dios, Dios se está acercando para decirnos que no estamos solos. No estamos desesperanzados y que Él está aquí con nosotros y siempre lo estará. Ha venido y viene. Él siempre nos librará. Él enjugará nuestras lágrimas, sanará nuestros corazones y mentes, restaurará nuestras familias y nos devolverá más de lo que se perdió. Todavía tenemos los mejores años por delante y esto no ha terminado. Dios está aquí y Él está con nosotros.
Por cada vida que fue quitada, Él añadirá a Su familia. Por cada corazón quebrantado, Él restaurará aún más. Por cada año sin esperanza, golpeado por el miedo y la oscuridad, Él nos dará el cielo en la Tierra. Esto sólo se encontrará en Él y con Él. Los años de Su restauración y gloria superarán toda aflicción. Recién ha comenzado. Dios está en movimiento y tiene pasión por Su pueblo. Ha oído nuestro clamor y ha visto nuestro sufrimiento. Levanten su cabeza y vean que se ha acercado nuestra salvación. Es hora de volver sus ojos a Jesús. Vuelvan a su primer amor como nunca antes. ¡Entonces vendrán los tiempos de gran refrigerio!
Hemos estado pidiendo un mover de Dios, hemos ayunado y orado. Hemos dado todo por Él y Dios nos ha escuchado. Hemos tomado una posición para mucho más. Que Él restaure el gozo de vuestra salvación. Que Él derrame Su Espíritu sobre toda carne. Que rebosen en toda la bondad de Dios sabiendo en su corazón que nunca están sin esperanza. Que verdaderamente nada nos puede separar del amor de Dios. Viendo esto que ha sido probado y comprobado. Una cosa permanece. Se encuentra en este versículo de las Escrituras (Romanos 8:35-39). Como muchos de ustedes, me he aferrado fuertemente a esto en mi corazón en tormentas que nunca pensé que enfrentaría. Lugares de incertidumbre que no sabía que mi corazón podría atravesar. Y sin embargo, una y otra vez lo hice. No por la fuerza que tenía, sino por Aquel que se aferraba a mí. Aquel que prometió nunca dejarme ni abandonarme. Él ha cumplido esa promesa por más de veinte años y continuará cumpliendo esa promesa.
Dios está con nosotros y estamos viendo que ha llegado el tiempo del bb vvccmás grande derramamiento de Su Espíritu. No vendrá porque ya está aquí. Lo que viene a continuación se encuentra en nuestra respuesta a Su invitación. El avivamiento siempre comienza con nosotros, en nuestros propios corazones. Es la respuesta a las siguientes preguntas. ¿Le harás lugar a Dios? ¿Prepararás un lugar para que Él se mueva en tu vida? ¿Volverás a tu primer amor?
Dios está listo para responder al clamor de nuestro corazón con un derramamiento que no hay lugar para contener. La apertura de las ventanas de los cielos nunca se trató solo de las cosas naturales, sino de mucho más. Era la respuesta del alma sedienta por el agua viva que sólo viene de Él. Una sed que no se puede saciar de otra manera. Un amor que satisface y es profundo. Entendemos nuestra desesperada necesidad de Él como nunca antes. Él es el que necesitamos y el que verdaderamente queremos. Solo Jesús. Y Dios prometió que aquellos que tuvieran sed serían saciados. Estamos viendo esta promesa. Lo tendremos a Él, todo de Él. No nos detendremos hasta que lo hagamos. Porque Aquel que vive en nosotros, es la respuesta a todas las cosas. Finalmente podemos ver que es tiempo no solo de caminar en el amor de Dios sino de ser el amor. Como Él es, así somos nosotros y nuestra comisión es clara. ¡Sí, es hora! ¡Sí, ya está aquí! Nos conocerán por nuestro amor mutuo. Nada más importa. No hay nada más grande. ¿Estás listo?
1 Corintios 13:13 Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Romanos 8:35-39 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor. (Elizabeth Verver)
Con amor y oraciones,