En el mundo de las Organizaciones Inteligentes (OI) es común que los nuevos líderes de alta gerencia recurran a sus predecesores para beber de ellos sabiduría, experiencia, conocimientos, estrategias e incluso ‘atajos’ que les permitan hacer una mejor gestión. Esta acción ––pedir consejo a los veteranos–– es un hábito organizacional que permite no solo que “el nuevo haga bien el trabajo, sino que la organización en sí misma sea beneficiada”.
Me pregunto, ¿será que esto también ocurre en las denominaciones cristiano-evangélicas? Quiero ser más específico: ¿Será que en nuestra querida IDD los nuevos Obispos Administrativos (regionales, nacionales y territoriales) recurren a los antiguos Obispos ––me refiero a quienes estaban antes que ellos en el puesto–– para beneficiarse de la experticia acumulada? Imagínense las posibilidades de maximizar el liderazgo del nuevo Obispo si éste hiciera lo que los altos gerentes hacen en las OI…, las probabilidades de éxito se inclinarían a su favor.
Ya sé que la iglesia de Jesucristo no es una empresa ni tampoco una organización secular, pero una denominación sí lo es (no es una empresa con fines de lucro pero es una organización humana con un propósito divino, ¿me hago entender?). Entonces, ¿por qué no utilizar el ejemplo de las OI para ayudar a los nuevos obispos administrativos?
MENTE MAESTRA
Fue Napoleon Hill quien creó el concepto “Mente Maestra” (master mind) y lo acuñó en su libro “Piense y hágase rico” allá en 1937. Según Hill una mente maestra es un grupo de personas que trabajan por un objetivo final, que de una u otra forma están relacionadas y donde el beneficio de la otra persona será también el beneficio mío. La mente maestra se compone por especialistas, y entre más experimentados sean sus miembros más posibilidades de éxito habrá en la organización que posea dicha mente. Así por ejemplo una mente maestra compuesta de 4 individuos teniendo cada uno 10 años de experiencia en algún cargo-oficio-profesión, harán que ese grupo ––mente maestra–– tenga un total de 40 años de experiencia acumulada. ¡Cuarenta años que pueden ser aprovechados por el nuevo líder!
Las organizaciones que usan el modelo de Hill reportan sendas ganancias en sus metas planteadas; de hecho, el mismo Napoleon para crear este modelo recurrió a las 500 familias más ricas de los Estados Unidos (en la década de los ’30) a quienes hizo una sola pregunta: “¿Cómo lograron amasar su fortuna?”. Al final de las entrevistas (que le tomó más de dos años), Napoleon Hill tenía tanta buena información que le permitió escribir su best seller que hasta el día de hoy es citado por economistas y filósofos empresariales (Think and Grow Rich). Luego se dijo, “si esto de pedir consejo a los ricos funciona, ¿por qué no habría de funcionar en todo tipo de organizaciones?”. Y así fue como creó lo que hasta aquí les he presentado como MENTE MAESTRA.
Entonces, ¿por qué no formar en cada país una MENTE MAESTRA compuesta de los ex-obispos nacionales de la IDD para que el nuevo Obispo Administrativo recurra a ellos en busca de consejo? ¿por qué no formar esta mente maestra de manera permanente para que sea una especie de “mente mentor”, maestro, director técnico que asesore “al nuevo”? Les aseguro que si esto se diera nuestra realidad denominacional mejoraría considerablemente.
LOS ENTREVISTADOS
La Biblia enseña que “en la multitud del consejo está la sabiduría” (Proverbios 11:14). ¿Cuál es la interpretación de este verso? Una versión moderna parece darnos la respuesta: “Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros”. Nótese la segunda parte del versículo: ‘El éxito depende de los muchos consejeros’. El proverbista nos dice que si deseamos triunfar en nuestros proyectos, liderazgos, ministerios, gestiones organizacionales debemos liderar ‘no solos’, sino recurriendo a una abundante participación de consejeros que busquen el bien de la organización y del líder que está al frente.
Fue así que utilizando mi habilidad para hacer y mantener conexiones saludables con colegas de mi denominación, recurrí a varios ex-obispos nacionales a quienes pedí me ayudarán a elaborar una lista de 10 consejos que ellos le darían a los nuevos obispos administrativos de la IDD. Debo mencionar que sólo algunos de los entrevistados me enviaron sus respuestas ––de los cuales estoy muy agradecido––.
- El primero en responder al llamado de este servidor fue el Rev. Patricio Ramírez, quien fungió como Obispo del Territorio Norte durante 6 años y como Obispo Nacional de Chile durante 8 años. En total 14 años de administración obispal.
- El segundo en hacerse presente fue el Rev. Juan Manuel Castañeda, quien ejerce en la actualidad como Obispo Nacional en Guatemala. El pastor Castañeda se desempeñó como Obispo territorial durante 6 años, y desde el 2014 a la fecha lidera como Obispo Nacional. En total 12 años.
- El tercero en decir “cuenta conmigo” fue el Rev. Darío López quien ejerció obispado territorial (en Lima) durante 2 años, luego fungió como Obispo Nacional del Perú por un período de 6 años (en total 8 años); pero además ––y como es de conocimiento de todos––, el Dr. López tiene una amplia trayectoria académica que no mencionaremos aquí.
- Un cuarto hombre se hizo parte de esta entrevista, me refiero al Rev. Miguel Riquelme, de Chile, quien se desempeño durante 14 años como Obispo Territorial y luego 6 años como Obispo Nacional, en total 20 años de experiencia en el Obispado Administrativo.
- La quinta persona en responder a mi llamado fue el mentor Ricardo Ramírez Lohaus, también de Chile. El Rev. Ramírez ministró como Obispo Nacional durante 25 años, tiempo en el cual muchos de los actuales pastores chilenos se gestaron; y si bien en la actualidad se encuentra retirado lo cierto es que está más lúcido que nunca y muy activo en las redes sociales impartiendo allí sus conocimientos.
- Un sexto líder me bendijo con su experticia, el Rev. Expedito de Melo, quien se desempeñó como Obispo Nacional y también Territorial en Brasil durante aproximadamente 12 años. Los consejos brindados por él se repiten en varios de los anteriores lo cual muestra que “hay cosas que los Obispos antiguos ya vivieron y que están alertando a los nuevos”.
Cabe mencionar que fue un gusto conectar con los Obispos nacionales, todos se mostraron accesibles y dispuestos a transmitir su sabiduría (más de alguno me felicitó por esta iniciativa).
Los Años de Experticia
Ahora bien, si sumamos la cantidad de años que cada uno estuvo en el cargo (y que algunos aún desempeñan), llegaríamos a la suma total de: 91 años. ¡Wow! Noventa y un años de escuela…, casi un siglo de aprendizaje, aciertos, errores, logros, fracasos, metas conquistadas, metas pendientes, amistades, decepciones, consejos, consensos, reuniones de planificación, horas de oración, cientos de predicaciones, miles de millas de viajes…, y podríamos seguir enumerando lo que esta “mente maestra” tiene acumulada en su haber, ¡y eso que sólo 6 líderes respondieron a mi llamada!…, imagínense si todos los Obispos de A. Latina lo hubiesen hecho; habría sido una enciclopedia de conocimientos teórico-prácticos impresionante.
LOS CONSEJOS
Sin más preámbulos compartiré lo que “La mente maestra” compuesta por estos 6 Obispos me enviaron como respuesta a la pregunta: ¿Qué consejos prácticos le daría a un nuevo Obispo de la IDD que comienza su gestión o a uno que lleva pocos años en el cargo?
Debo destacar que mi intención era resumir los consejos de los 6 Obispos en solo 10 renglones, pero al leer las respuestas enviadas me di cuenta que hacerlo sería desperdiciar tan rico tesoro encontrado, así que compartiré todos los consejos obispales que me enviaron (he retocado apenas algunos muy levemente, por cuestiones de edición nada más):
¿Qué consejos prácticos le daría a un nuevo Obispo Administrativo de la IDD que está asumiendo el cargo o que lleva un par de años en la gestión?
1. El poner mucha atención a la hora de seleccionar su equipo de trabajo.
2. Hacerse rodear por un grupo de pacto que le ayude a corregir y enfocarse en sus asignaciones.
3. Tener un mentor de base con el cual esté en permanente relación.
4. Más que enfocarse en las tareas, que se enfoque en las personas, aunque las presiones corporativas lo exijan. Sabiendo que las personas son el elemento fundamental para llevar adelante la misión.
5. Que se enfoque en lo importante más que en lo urgente.
6. Que el cuidado que le exige el sistema administrativo no anule que su posición es para cuidar de los verdaderos ejecutivos del sistema, que son los pastores junto a sus familias.
7. Que tenga la capacidad de honrar a aquellos que lo precedieron con un trato deferente, entendiendo que “donde esta parado hoy”, es sobre los hombros de otros que abrieron camino.
8. Que su labor Obispal sea desde una pastoral, para que sea una fuente de inspiración a aquellos que está presidiendo.
9. Si el presupuesto lo permite, el Obispo debería ser acompañado por su esposa en cada uno de sus viajes y si esto no fuera así, debería hacerlo en compañía de uno de su equipo.
10. Existe un desafío permanente del cual el Obispo tendrá que hacer frente y es mantener una vida de integridad en todo los frentes de su vida.
11. Clarificar la visión que Dios les ha dado para la Iglesia nacional.
12. Socializar la visión con el equipo estratégico, para recibir retroalimentación.
13. Escribir la visión con claridad absoluta, para que sea comprensible a todos.
14. Comunicar la visión a los pastores hasta que la misma haya sido no sólo comprendida sino encarnada y arda en los corazones.
15. En función de la visión hacer el plan estratégico a largo plazo.
16. Permitir que cada iglesia local (pastor y feligresía) elaboren su propia proyección en función de la visión.
17. Dar libertad para que cada iglesia establezca sus propias estrategias para la ejecución de lo planeado.
18. Ofrecer todos los recursos disponibles a las iglesias para asegurarles éxito en su gestión.
19. Estimular sistemáticamente a las Iglesias y ministros que alcanzan sus logros.
20. Enfocarse en los procesos evitando el activismo improductivo y desgastante.
21. Conocimiento de primera mano de la realidad de las iglesias locales y de la manera cómo funciona la estructura denominacional en las distintas realidades en las que las congregaciones están localizadas. Este conocimiento permite que los planes operativos y los planes estratégicos estén basados en la realidad y sean más afectivos y eficaces.
22. Contacto cercano con la realidad pastoral y construcción de amistades que coadyuvan al fortalecimiento de la unidad en medio de la diversidad.
23. Uno pierde amigos y gana enemigos. Es una realidad dolorosa que da cuenta de la condición humana y de las luchas de poder presentes en el campo religioso.
24. La soledad del poder. Uno aprende que no siempre todos los que están a tu lado, o cercanos a ti, están interesados en una administración justa y transparente, sino en su propio beneficio.
25. Diferenciar la amistad del ejercicio del poder, es decir, nunca favorecer a los amigos o realizar acciones administrativas favorables para ellos.
26. Respetar y cumplir los acuerdos y nunca acomodar o violentar las normas institucionales en beneficio propio o para tenderle la mano a los amigos.
27. Pensar en la temporalidad del poder y trabajar para que, quien venga, encuentre un piso firme sobre el cual seguir construyendo institucionalidad. Es decir, dejar a un lado toda forma de personalismo, y pensar orgánicamente.
28. Nunca hacer con otros lo que no te gustaría que te hagan a ti. Esto implica ser justos, honestos, transparentes e íntegros en el ejercicio del poder delegado.
29. Ser horizontales en el ejercicio del poder o más democráticos. En otras palabras, comprender que no se trata de ser caudillos, sino de ser parte de un equipo o de un colectivo que tiene un horizonte de acción que apunta al bien común.
30. Comprender que ser una iglesia nacional exige, además de construir un equipo de trabajo y de elaborar un plan de acción producto del consenso, no ser dependientes y despojarse de toda forma de paternalismo. Dicho de otro modo, aunque somos parte de una familia internacional, la interdependencia antes que la dependencia (administrativa, teológica, económica) tiene que ser nuestra marca de fábrica.
31. Sea íntegro. Solo un carácter probado lo mantendrá en la cima. Los líderes íntegros cumplen lo que prometen y son confiables por ello.
32. Que haya aprendido a vivir. Que sepa como tener buenas relaciones interpersonales; que maneje bien sus finanzas; que su vida de intimidad sexual sea santa; que sepa hablar sin estridencias ni gritería; que sepa comportarse como hijo de Dios en su hogar; que ame al Señor; que sepa trabajar y administre bien su tiempo.
33. Que sea un discípulo, es decir: que haga lo que Dios hace; crea lo que Dios dice y obedezca lo que Dios manda.
34. Que su vida sea un modelo de inspiración para los demás por su piedad, pasión y entusiasmo.
35. Unción, nada puede reemplazar en el Liderazgo cristiano la falta de Unción del Espíritu Santo.
36. Poseer Inteligencia Contextual y Revelación. Los líderes que poseen este tipo de capacidades saben lo que hay que hacer, por ello son pertinentes y relevantes.
37. Que hayan sido Probados y Aprobados. Nada pone más en evidencia nuestras falencias y carencias como lo es el liderazgo, por ello todo lo que sucede en la vida de un líder es una Prueba que revela su Fe, Convicción y Propósito y que si finalmente sale airoso, será un líder Aprobado. Son tus frutos los que finalmente revelan tu liderazgo.
38. Que estén dispuesto a Dejar un Legado. Las grandes visiones no se agotan en un liderazgo, continúan después de éste, por ello los líderes que trascienden sirven para dejar un legado y preparan la siguiente generación. No se creen insustituibles más bien facilitadores de otros liderazgos.
39. Sea un Visionario y un Pionero. Los visionarios ven lo que otros todavía no ven; son Pioneros porque inician acciones donde otros se han acobardado; son pensadores de imposibilidades.
40. Sea transparente en el manejo de las finanzas y estadísticas de la denominación.
41. El Obispo deber ser cercano a los pastores, pero principalmente al acontecer de la Iglesia, esto es muy importante.
42. No olvidar que el Obispo debe velar por el testimonio de los Pastores, pero también por el bienestar de las congregaciones.
43. Su mayor preocupación debe ser la salud de la Iglesia. No podemos aspirar a tener más y mejores iglesias si las que hay están enfermas por causa de liderazgos legalistas, dictatoriales y anacrónicos.
44. El Obispo debe haber sido exitoso en su gestión y en las diferentes funciones antes realizadas.
45. Entienda que cada país y cada región tiene necesidades distintas, por lo tanto la Visión que posee debe ser flexible para responder con pertinencia en cada situación y realidad.
46. Esto es muy importante: El Obispo debe tener muy clara la descripción de su tarea cargo.
47. Debe encajar con el “Perfil del Obispo” en función de la Visión y la Misión de la denominación.
48. Tener una declaración personal y pública de los valores que sustentan su vida y liderazgo.
49. Tener consciencia de que cada cierto tiempo será evaluado por su gestión y conducta.
50. El Obispo debe cultivar las habilidades blandas (como carácter, piedad, amor, sensibilidad) y las habilidades duras (estadísticas, decisiones, manejo financiero, etc.).
51. Demostración clara de disposición de recibir consejo de los que experimentaron el desafío.
52. Carácter afable sin marcar preferencias ni menos discriminar a colegas humildes o limitados.
53. Poner atención y respeto a toda sugerencia.
54.Demostrar carácter, seriedad y especialmente cumplimiento en todo plan o acuerdo.
55.No dejarse manejar por consejeros más cercanos o influyentes.
56. Elegir al equipo de consejeros con oración, pidiendo personas inteligentes y espiritualmente dotadas.
57. Mantener tiempo de oración para que el Espíritu Santo oriente el destino de la Iglesia.
58. Llamar a los líderes a proyectos de oración y avivamiento (hacer esto como prioridad uno).
59. Reconocer y premiar a los pastores que destaquen en su ministerio.
60. Revisar y darse cuenta si pastores y líderes manejan sus hogares y grupo familiar adecuadamente, como testimonio vital.
61. Procurar vivir como se fueses “un Pastor igual a los demás”. La vanidad cuesta dominar. Mantente humilde.
62. No apliques los estatutos de una forma rígida y radical. Las personas son más importantes que las reglas administrativas.
63. Prepárate psicológicamente para salir de la posición, a su tiempo, y también prepara a la familia “para cuando el cambio llegue”.
64. Siempre ten en mente que el Supervisor es un “facilitador de procesos”, y no un jefe.
65. Sé amigo de los pastores. Una conversación amigable tiene más fuerza que un memorando, o un decreto.
66. Administra con mayordomía genuinamente cristiana los bienes de la iglesia, especialmente las finanzas.
67. Mantén transparencia y honestidad total en tu administración y en tus relaciones interpersonales. Es necesario conquistar la credibilidad de todos.
68. Nunca procures agradar a nadie, con segundas intenciones, pero reconocer a quienes merecen ser reconocidos, sin humillar a otros, y nunca promocionar el fracaso.
69. Sabiduría y discernimiento al elegir su equipo de directores. Una buen equipo es indispensable para un liderazgo de punta.
70. Mantén una vida diaria de oración, adoración y meditación en la Palabra en Dios. Eso es más que fundamental para el líder cristiano que quiere ser ejemplo de los fieles, y que retrata la imagen de Cristo.
FINALMENTE…
Pido disculpas por lo extenso del artículo, la verdad no pensaba escribir tan largo pero los consejos de los obispos fueron tan certeros que no quise eliminar ninguno (de hecho algunos se repiten, usted se dará cuenta de inmediato “las tendencias”).
Considere este material como un valioso recurso que hombres de Dios le brindaron; a mí al menos me sirvieron todos ––y eso que nunca he fungido como Obispo Nacional––. Sigamos adelante con la expectativa de mejorar nuestras gestiones de liderazgo, una de las formas de hacerlo es recurrir a aquellos que ya recorrieron ese camino o que aún lo están caminando pero llevan años en eso.
Iglesia de Dios Misiones Mundiales, los mejores años están por venir. Extendámonos hacia el futuro bebiendo de la fuente del pasado.