JUAN 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia
Cada uno de nosotros queremos y anhelamos las bendiciones del Señor en nuestra vida, y seguramente cuando esas bendiciones no llegan o se pierden al primero que señalamos como culpable es al ladrón, a satanás, pues se nos dice que el ladrón viene para hurtar, matar y destruir.
Pero si bien es cierto satanás es el principal enemigo y ladrón que está en contra de nuestra vida, tenemos que reconocer que también hay otros ladrones que nos están robando nuestras bendiciones, y esos ladrones no están a nuestro alrededor acechandonos esperando una oportunidad para atacarnos, sino que muchos de esos ladrones están EN NOSOTROS MISMOS.
FRASE: Leyendo la Biblia ayer, encontré muchos errores… Todos ellos en mí.
VEAMOS POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS CUÁLES SON ESOS LADRONES DE NUESTRAS BENDICIONES QUE ESTÁN EN NOSOTROS:
I) PRIMER LADRON: MI INCREDULIDAD (MATEO 13:53-58) Aconteció que cuando terminó Jesús estas parábolas, se fue de allí. 54 Y venido a su tierra, les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Que palabras más duras “No hizo allí mucho milagros, a causa de la incredulidad de ellos…” Podemos ver en el texto que fueron los habitantes de Nazaret los que no creyeron en el Señor, en lugar de creer en él lo cuestionaron (Vs 54 B -56) ¿De dónde tiene este esta sabiduría y estos milagros? 55 ¿No es este el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene este todas estas cosas?.
Posiblemente muchos de nosotros tenemos la misma actitud para con Dios que las personas de Nazaret, no creemos en sus promesas o lo cuestionamos y murmuramos contra él, y lastimosamente esa actitud de duda o incredulidad nos está robando las bendiciones, los milagros y maravillas que nuestro Dios tiene para nosotros, pues nuestro Señor Jesucristo ha sido claro : (Mateo 21:22) Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Marcos 9:23) Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Verdaderamente podemos reconocer que por nuestra incredulidad nos estamos robando a nosotros mismos la oportunidad de recibir las maravillas del Señor en nuestra vida.
II) SEGUNDO LADRÓN: MI DESOBEDIENCIA (JEREMÍAS 17:23) Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección.
El Señor es maravilloso y siempre nos habla, nos muestra su voluntad, nos enseña el camino que debemos seguir por medio de su palabra, a través de una predicación, por medio de la oración, etc.
Al hacer su voluntad, aunque el camino pueda ser difícil, al final habrá bendición para nuestra vida, y tenemos que saber que nuestro Dios se siente agradado cuando nosotros obedecemos su voz (1 Samuel 15:22) Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros.
Pero lastimosamente muchos de nosotros tenemos un corazón duro, obstinado, y por eso no queremos obedecer, y no queremos recibir la corrección de parte de nuestro Dios.
Sabemos lo que Dios quiere de nosotros, sabemos lo que a él no le agrada de nuestra vida, pero no queremos obedecer al Señor, nos encaprichamos y queremos hacer nuestra propia voluntad y no la del Señor.
Al final esa desobediencia lo que traerá a nuestra vida en lugar de bendiciones es quebrantamiento. (Proverbios 29:1) El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.
III) TERCER LADRÓN: MI SOBERBIA (PROVERBIOS 21:24) Escarnecedor es el nombre del soberbio y presuntuoso Que obra en la insolencia de su presunción.
La diferencia entre el desobediente y el soberbio es que el desobediente reconoce lo que tiene que cambiar, lo que tiene que dejar o mejorar de su vida, pero no hace caso, endurece su corazón y no hace caso.
Pero el soberbio ni siquiera quiere reconocer su error, no reconoce que está equivocado, sino que toma una actitud de burla y menosprecio, como lo dice el versículo que hemos leído, “Escarnecedor es el nombre del soberbio…” ¿Qué significa la palabra ESCARNECEDOR? Es una persona que se burla de manera cruel, que rechaza, ofende, ultraja, o ridiculiza a otras personas.
Es decir que un soberbio toma una actitud de burla, de rechazo y de menosprecio cuando se le quiere hacer entender que está equivocado, o que está tomando una actitud que no es correcta.
Lastimosamente la soberbia nos roba principalmente las mayores bendiciones de nuestra vida: La armonia de nuestra familia, la paz de nuestro matrimonio, y nuestra relación con nuestro Dios (Salmos 138:6) Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.
IV) CUARTO ENEMIGO: MIS EXCUSAS (PROVERBIOS 26:13) Dice el perezoso: El león está en el camino; El león está en las calles.
FRASE: Las excusas son una forma cómoda de eludir nuestras responsabilidades y justificar nuestra mediocridad.
FRASE: Cuando quieres puedes, el resto son excusas.
La palabra de Dios nos declara que él tiene planes buenos para nuestra vida, pero ¿por qué no se hacen realidad en la vida de muchos de nosotros? no es que Dios no pueda o no quiera darnos sus bendiciones, de hecho, él quiere y puede.
Pero el problema es que muchos cristianos no queremos esforzarnos, no queremos salir de nuestra comodidad, nos hemos acomodado en vivir en la mediocridad y no en la vida nueva que el Señor nos ha dado.
Lastimosamente para todo tenemos una excusa, para no hacer lo que tenemos que hacer, para no cambiar nuestro estilo de vida, para no tomar retos que implican esfuerzo, y poco a poco se van perdiendo las oportunidades que Dios tenía para nosotros.
Tienes que preguntarte de manera muy sincera: ¿CUÁNTAS OPORTUNIDADES HAS PERDIDO EN TU VIDA POR SIEMPRE PONER EXCUSAS? El Señor nos abre puertas de bendición, pero tenemos que confiar y esforzarnos para poder aprovecharlas (Josué 1:3-5) Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. 4 Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar donde se pone el sol, será vuestro territorio. 5 Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
Dejemos ya de poner excusas, dejemos ya de perder las bendiciones que el Señor quiere darnos, hoy el Señor nos dice: ¡ESFUÉRZATE Y SÉ VALIENTE!
CONCLUSIÓN: Si ya reconocimos algunos de los ladrones de las bendiciones del Señor en nuestra vida, ¿que debemos hacer? ya no darles oportunidad que nos sigan robando, pero la decisión la tenemos que tomar CADA UNO DE NOSOTROS.