Estando yo meditando en la Palabra de Dios; llegó a mi mente el siguiente versículo bíblico que aunque lo he leído tantas veces esta vez me impactó como nunca antes, sintiendo una Unción poderosa mientras caminaba.
►12 Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer.
Filipenses 4:12Reina-Valera 1960 (RVR1960).
Luego se apoderó de todo mi ser una frase que insistió por mucho rato diciéndome: » Los hijos pobres de un Padre Rico», no entendiendo lo que me quería decir el Señor con esta experiencia que estaba viviendo.
Al comenzar a ordenar las ideas y poner en perspectiva esto que me dio el Señor la frase cambió por «Los hijos carentes de un Padre que lo tiene todo, dueño del oro y de la plata».
Mostrándome el Señor una franja enorme de creyentes que están en eminencia pero al mismo tiempo en grandes necesidades y carentes de cosas básicas para vivir.
«Todo obra para bien para los que aman a Dios» dice la Palabra en Romanos 8:28, lo sabemos, » a los que conforme a su propósito son llamados».
Esa escacez no es entendible por muchos, sobre todo cuando se mira a los impíos crecer y progresar, y hay testimonios de personas que han abandonados sus Ministerios para irse a hacer otras actividades para poder sostenerse ellos y sus familias, personalmente conocí a un pastor que abandonó el don de Dios porque no veía resultados de progreso ni de solución a los problemas de los creyentes que el Señor les había entregado para conducirlos a la Patria Celestial, los resultados no son nuestros, son de Dios, él se encargará cuando fuere el tiempo, a nosotros nos corresponde humillarnos ante Su Presencia.
Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Salmos 37:5. La paciencia para saber esperar el momento de Dios en estos casos es una arma poderosa a la que debemos darle el espacio para que haga su trabajo.
«Vi yo al impío sumamente enaltesido, y que se extendía como laurel verde». Salmos 37:35, «pero el pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no fue hallado. Salmos 37:36. Ese es el final, si no se arrepiente del impío. No hagamos nuestro ese camino, porque a los justos «Jehová los ayudará y los librará; los libertará de los impíos, y los salvará, por cuanto en él esperaron». Salmos 37:40.
Jesús le dijo al tentador: «No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios», Mateo 4:4.
Pongamos en práctica las promesas de Dios, como procedió en su testimonio el Apóstol Pablo, miremos el versículo nuevamente pero en esta ocación en la biblia Traducción en lenguaje actual: «Sé bien lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es tener de todo. He aprendido a vivir en toda clase de circunstancias, ya sea que tenga mucho para comer, o que pase hambre; ya sea que tenga de todo o que no tenga nada. Filipenses 4:12.
En otra referencia Pablo proclamó: «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» Romanos 8:18.
Este es el contexto de la realidad que una parte del pueblo de Dios está viviendo al día de hoy, acontecimiento que es parte de un proceso del cual el Señor nos sacará con un «mayor peso de gloria», de ahí que, lo mejor está por llegar. «Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes». Salmos 27:13.
» Amén; sí, ven, Señor Jesús.» Apocalipsis 22:20{B}.
MARANATHA
Pastor
Antonio Regalado