ABDIAS 1:1-4 El versículo 1 es la única parte que nos indica que el profeta Abdías fue el escritor del libro, su nombre significa: Siervo del Señor, y su ministerio profético lo desarrollo en el año 840 A.C aproximadamente.
El mensaje de Abdías va dirigido al pueblo de Edom, es decir el pueblo formado por los descendientes de Esaú, el hermano de Jacob o Israel (Genesis 25:29-33) para señalar las injusticias que había cometido contra su hermano Israel a través de la historia:
Cuando Israel iba camino a la tierra prometida los Edomitas no quisieron dejar que ellos pasaran por su territorio (Numeros20:14-21)
Cuando el reino de Judá fue arrasado por el imperio Babilónico, sus hermanos de sangre, los Edomitas, en lugar de ayudar a los judíos ellos se hicieron del lado de los babilonios, se alegraron cuando vieron la tragedia que había venido sobre los judíos, y en lugar de ayudarlos ellos saquearon sus ciudades y se pusieron en las encrucijadas de los caminos para matar a los que venían huyendo o para delatar a los que estaban escondidos. (Abdías 1:11-14 / Salmos 137:7)
POR TODO ESO LA PRIMERA ENSEÑANZA QUE PODEMOS TOMAR PARA NOSOTROS DEL LIBRO DE ABDIAS SERIA: TENGAMOS CUIDADO CON GUARDAR RENCOR CONTRA NUESTRA PROPIA FAMILIA. (AMOS 1:11)
FRASE: Guardar rencor es como agarrar un carbón en brasa, el que se quema eres tú.
Edom hizo todo lo que hizo contra el pueblo de Judá, sus hermanos, sus parientes, porque no pudo perdonar que Jacob obtuviera la primogenitura y la bendición de su padre Isaac, pues recordemos que con engaños Jacob obtuvo la bendición de su padre disfrazándose de Esaú.
Dios había dado ordenes a su pueblo que ellos no podían aborrecer a los Edomitas porque eran sus hermanos (Deuteronomio 23:7-8) eso también nos hace un llamado a nosotros: No guardes rencor contra tu familia, porque te llevara a hacer cosas que desagradan a Dios como lo hizo Edom contra su hermano Israel.
A pesar de que ellos sabían que sus acciones contra el pueblo de Israel eran desagradables contra Dios, el pueblo de Edom se sentía muy seguro, se llegó a sentir prácticamente intocable.
Ellos vivían en una ciudad llamada Petra, la ciudad de piedra rosada, construida en medio de la roca en las montañas, una ciudad fortaleza, se decía que Petra era la ciudad mejor defendida del mundo antiguo por sus altísimas murallas.
Su ubicación, su altura, lo difícil que era atacarla, le dio a Edom y su ciudad Petra la sensación de ser inconquistable, le dio la sensación de ser intocables, y el corazón de los edomitas se llenó de soberbia, se llenó de falsa seguridad, es por eso por lo que por medio del profeta Abdías el señor les dice unas palabras muy duras: ¡la soberbia de tu corazón te ha engañado!
LA SEGUNDA ENSEÑANZA QUE PODEMOS TOMAR DEL LIBRO DE ABDIAS ES QUE LA SOBERBIA PUEDE ENGAÑAR A CUALQUIERA (ABDIAS 1:3)
Lastimosamente muchas personas al igual que Edom estan engañados, pues piensan que, por su dinero, por su posición económica, laboral o social, son intocables y que nunca serán derribados, que nunca serán humillados.
Satanás usa varios medios para elevarnos, para subirnos en una nube de soberbia y de engaño:
Nuestro propio corazón lleno de soberbia (Jeremias 17:9)nuestro corazón es engañoso, y satanás muchas veces lo usa para destruirnos.
Nuestros “amigos” (Abdías vs 7)el halago y la falsa admiración, hacen que nuestra mente se vaya inflando poco a poco, nos hacen llegar hasta los confines, hasta lo más alto, y nos llenamos de vanidad.
¿Cómo podemos reconocer cuando nuestro corazón está siendo engañado por la soberbia?
Cuando nuestros ojos se vuelven altivos (Proverbios 21:4)
Cuando nuestra boca solo habla grandezas (1 Samuel 2:3)
Cuando nos alabamos a nosotros mismos (Proverbios 27:2)
Cuando nos creemos indispensables (Isaías 47:10)
LA TERCER ENSEÑANZA QUE PODEMOS TOMAR DEL LIBRO DE ABDIAS ES QUE PARA DIOS NO HAY PERSONAS INTOCABLES (ABDIAS 1:4 / JEREMÍAS 49:16-17)
Como seres humanos tenemos que reconocer que con una simple enfermedad el Señor doblega la soberbia de cualquiera.
La Biblia nos declara que nuestro Dios humillara a cualquier persona altiva y soberbia (2 Samuel 22:28 / Daniel 4:37)
Pero tenemos que comprender que ser humillados por el Señor, aunque no lo comprendamos, es una bendición para nuestra vida (Salmo 119:67 y 71)
Lo mejor que podemos hacer es tomar para nosotros el consejo que nos da el apóstol Pedro: (1 Pedro 5:6)