Job 23:3-4 En el texto que hemos leído vemos como Job tiene un anhelo: Saber dónde está Dios para ir a su silla y exponer su causa delante de él.
Nosotros los cristianos sabemos dónde encontrarnos con Dios y sabemos donde están las sillas donde podemos hablar con él y escuchar su voz y ese lugar es la iglesia.
Y aunque sabemos que Dios está en todo lugar pero él Señor nos ha dicho que donde estén dos o tres personas reunidas en su nombre ahí estará él, su presencia estará ahí donde su pueblo se reúne para buscarlo y adorarlo.
Al sentarnos en las sillas de nuestra iglesia podemos oír la voz de Dios, podemos comprender su voluntad, podemos ser edificados espiritualmente, podemos ser restaurados por medio de su palabra y de su poder, entonces ¿Porqué hay tantas personas que no le dan importancia a venir y sentarse en una silla de la iglesia? ¿Porque hay tantas personas que semana tras semana dejan su silla vacía en la casa de Dios?
Es por eso que es muy importante comprender sobre qué nos hablan la sillas de la iglesia, y este día vamos a comprenderlo por medio de la palabra de Dios, ¿De qué hablan las sillas de la iglesia?
LAS SILLAS DE LA IGLESIA HABLAN DE NUESTRAS PRIORIDADES (MATEO 6:31-33)
Cuantos cristianos en un día domingo que tienen él tiempo, los medios y la oportunidad de congregarse en su iglesia pero no lo hacen porque tienen otras prioridades en su vida, porque ese día van de compras al mercado, porque ese día lo dedican a jugar fútbol, porque ese día lo dedican para pasear con la familia, porque ese día lo utilizan para ordenar la casa, etc.
Verdaderamente si queremos saber cuales son nuestras prioridades la silla de nuestra iglesia tiene mucho que decirnos, pues no podemos decir que Dios es lo primero en nuestra vida si nosotros no nos congregamos para adorar al Señor y para recibir su palabra.
¿Quieres saber cuales son tus prioridades? Piensa ¿cuántas veces has dejado vacía la silla donde te encuentras con tu Señor?, ¿cuántas veces has dejado al Señor esperando porque tienes otras cosas que hacer?
LAS SILLAS DE LA IGLESIA HABLAN DE NUESTRA HUMILDAD (ROMANOS 12:15-16)
Venir a la iglesia y sentarnos en las sillas es un acto de humildad, significa reconocer nuestra necesidad de Dios, significa reconocer que necesitamos su sabiduría, reconocer que necesitamos su ayuda y su poder.
Pero hay muchas personas que dejan su silla vacía en la iglesia porque su corazón está lleno de soberbia, porque se sienten superiores a los demás, porque menosprecian la enseñanza del pastor, porque se sienten tan llenos de conocimiento que piensan que no necesitan las enseñanzas de la palabra de Dios.
La silla vacía habla de nuestra soberbia, de nuestra autosuficiencia, habla de que somos sabios en nuestra propia opinión y no queremos aceptar para nuestra vida lo que dice la palabra de Dios ni queremos doblegar nuestros propios argumentos.
LAS SILLAS DE LA IGLESIA HABLAN DE NUESTRO AGRADECIMIENTO (SALMO 100:4-5)
Cuando venimos a la casa de Dios tenemos que venir con un corazón agradecido, no con los hermanos o con él pastor, sino con nuestro Dios porque él es bueno y misericordioso con cada uno de nosotros.
Más que la necesidad o la enfermedad o las dificultades, lo que nos debería de motivar a venir a la casa del Señor es nuestro agradecimiento por todo lo que Dios nos ha dado, y lo principal por la salvación.
No solamente tenemos que venir cuando hemos recibido un milagro o una gran bendición pues muchos cristianos van a la iglesia solamente cuando han recibido un milagro del Señor, pero solamente llegan a dar gracias y ya no vuelven, pero la palabra de Dios nos dice que nosotros tenemos que estar agradecidos con el Señor por todo (Tesalonicenses 5:18)
Esto quiere decir que siempre tenemos motivos para sentarnos en nuestra silla en la iglesia para darle gracias y glorificar el nombre de nuestro Dios.
Seguramente habran dias que nos podamos sentir cansados y quizás desanimados, días en los cuales podamos decir “Hoy no quiero ir a la iglesia” pero es en esos días en los que en el agradecimiento de nuestro corazón encontramos nuestra motivación para levantarnos e ir a la casa de Dios.
LAS SILLAS DE LA IGLESIA HABLAN DE NUESTRA SABIDURÍA (LUCAS 10:38-42)
En nuestra vida cristiana a quien nos parecemos ¿A Marta o a Maria? el cristiano sabio reconoce que a pesar de los afanes de la vida, lo principal es sentarse a escuchar la palabra de Dios.
El cristiano sabio busca a Dios, el cristiano sabio comprende que todo puede ser urgente e importante pero una cosa es necesaria: Sentarse a oír la voz del Señor.
Hay cristianos que se creen tan sabios que se vuelven necios tratando de resolver los problemas de su vida lejos de Dios y se les ha olvidado que separados del Señor nada podemos hacer.
Ahora que sabemos de lo que nuestras sillas hablan, ya no las dejemos vacías, vengamos y adoremos juntos siempre a nuestro Dios, ese tiene que ser nuestro anhelo como hijos de Dios (Salmo 27:4)