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La Señal de los Tiempos. Discerniendo la Presencia de Dios en los Acontecimientos del Mundo

Jesús ocupó la expresión «La señal de los tiempos», cuando en polémica con sus enemigos, les dijo que ellos sabían discernir si era época de lluvias o de sequedad a partir de los colores rojizos o amarillentos del firmamento, pero que no eran capaces de comprender la presencia del Mesías, basándose en los sucesos que estaban aconteciendo en ese tiempo. Ellos le pidieron señal de los cielos. Pero Jesús se enoja y les dice que son capaces de distinguir la señal de los cielos pero no pueden distinguir la señal de los tiempos.

Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis! La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue. Mateo 16:1-4

Escuchar la voz de Dios que habla a través de los acontecimientos es discernir su presencia en el mundo, basándose en la historia de cada individuo, de cada comunidad, de cada nación.

Y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive. Deuteronomio 5:24

Porque ¿qué es el hombre, para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva? Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos. Y oyó Jehová la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho. ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temieran y guardaran todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! Deuteronomio 5:26-29

Pero no debemos limitarnos a la vida de cada cristiano sino que debemos oír la Palabra de Dios en los suce­sos que atañen a la vida de los pueblos. El teólogo ale­mán Karl Barth decía que los dos libros más importan­tes para el predicador eran la Biblia y el periódico de cada día. Aquella trae la Palabra Revelada y éste la Pa­labra existencial en cada acontecimiento. Por eso es bue­no, al tomar nuestro desayuno de periódico cada día, preguntarnos: qué significa, en nuestra oración, una gue­rra. una huelga, un accidente aéreo, la muerte de un niño, el invento de una vacuna, una ca­rretera que se inaugura, un desastre financiero, una boda…

Hasta los avisos clasificados pueden ser como un teléfono por donde nos llegue la voz de Dios: a través de ellos presentimos las angustias de mucha gente, sus sueños, sus ideales, sus trabajos y sus limitaciones.

Es interesante preguntarnos cómo conduce Dios al mundo. Pero no nos confundamos creyendo que todo cuanto ahora pasa es obra del demonio, porque entonces parecería que Jesús perdió la batalla. Pero al contrario Él es el Señor de señores y Rey de reyes y valdría la pena tratar de discernir cómo Dios tiene el control de todo, y como Él interactúa con el hombre a través de su soberana voluntad y de su trato con el hombre.

 

Fuente:
Elsie Vega

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