2 REYES 5:1-8 Cuando una persona que ha sido diagnosticada con una enfermedad muy grave, o una enfermedad crónica o terminal, cuando esa persona es declarada sana la primera pregunta que todos le harán es: ¿Cómo hiciste para sanarte?
La mayoría de las personas quieren saber cuál es la medicina, cual es el tratamiento que esa persona una utilizo para ser sanada y así poder usarlo también ellos en sus propias enfermedades.
Pero tal como los médicos lo dicen, los tratamientos son individuales, es decir que lo que le funciono a una persona posiblemente no funcione de la misma forma en otra.
Pero esta noche vamos a reflexionar en algo que sí funciono para Naamán, el general de Siria, para ser sanado de su lepra y que también funcionara para cada uno de nosotros, esta receta si funciona para todos y lo mejor que no solamente podemos aplicarla para nuestras enfermedades sino también para todos los problemas de nuestra vida.
Pero antes de reflexionar en la receta que sí funciono para Naamán, vamos a reconocer primeramente aquellas cosas que no le funcionaron a Naamán para sanar su enfermedad para que nosotros tampoco pongamos nuestra confianza en ellas.
A NAAMAN NO LE FUNCION SU POSICION NI SU RANGO (vs 1) Naamán era una persona de alto rango en el ejército de Siria y también en el reino, así como lo dice el versículo él era “Varón grande” pero leproso.
Podemos darnos cuenta de que existen situaciones en la vida que ni la posición económica, ni social, ni académica, ni política, podrán hacer absolutamente nada para resolverla.
A NAAMAN NO LE FUNCIONO SER UNA PERSONA MUY ESTIMADA POR EL REY (VS 2) Naamán tenía el cariño del rey de Siria, como se dice popularmente en nuestro país, Naamán “las podía con el rey” pero eso de nada le sirvió.
Las personas pueden tener muy buenas amistades y contactos, y ser muy estimadas y queridas por sus amigos, pero en las situaciones críticas de la vida muchas veces nadie puede ayudarnos, solo Dios.
A NAAMAN NO LE FUNCIONO EL DINERO (VS 2-7) El rey de Siria oyó que en Israel podían sanar a Naamán y le dio mucho dinero, diez talentos de plata y seis mil piezas de oro, pero de nada sirvió.
Como bien lo dice la frase: “El dinero puede pagar un medico y comprar medicinas, pero no puede comprar la salud” Hay enfermedades que no hay dinero que las pueda sanar, y nuevamente decimos: Solamente Dios puede.
ENTONCES ¿Qué LE FUNCIONO A NAAMÁN? VEAMOS CUAL FUE LA RECETA PARA NAAMAN Y PARA NUESTRA VIDA TAMBIEN.
ESTA ES LA RECETA DE NAAMAN PARA SU SANIDAD:
BUSCAR A DIOS (VS 8-10)
Naamán fue a la casa de Eliseo, el profeta del Dios verdadero, el profeta de Israel, su sanidad no tenia nada que ver con el rey de Israel, como lo hicieron al principio, su sanidad la tenia que buscar con el Dios de Israel, el todopoderoso.
Quizás nosotros hemos buscado la sanidad o la solución a nuestros problemas donde no nos pueden ayudar, donde no pueden hacer nada por nosotros.
Tenemos que buscar a Dios, el tiene el poder, el tiene misericordia, para Dios no hay nada imposible, y tenemos que notar que Naamán no mando a traer a Eliseo, el personalmente vino a buscarlo, ¿quieres ser sano? ¿quieres salir de esta situación crítica? BUSCA A DIOS, tú personalmente.
HUMILLARSE ANTE DIOS (VS 11-14)
Naamán se fue enojado porque el profeta Eliseo lo mano a zambullirse siete veces en el rio Jordán, ese río que para el era poca cosa, Naamán menosprecio las palabras de Eliseo, pero sus criados lo hicieron entrar en razón, y volvió con humildad.
Quizás en tu vida estas acostumbrado que las personas hagan como tú dices, quizás estas acostumbrado a que las cosas se hagan como tu quieres, y en tu enfermedad, en tu problema, también quieres que las cosas se hagan como tu piensas, como tu quieres, pero Dios hoy quiere que te humilles y hagas como el dice, porque el Rey es el, no nosotros.
CREER Y OBEDECER A DIOS (VS 14)
Naamán creyó en la palabra de Dios dada por el profeta Eliseo, pero no solo creyó, sino que también obedeció, y se zambullo las siete veces al Jordán.
Posiblemente crees que Dios tiene poder para sanarte y muchas veces tal como lo dice la palabra eso es suficiente para recibir un milagro, pero hay situaciones en la vida en las cuales Dios quiere que nos zambullamos siete veces en el Jordán, es decir que Dios nos ha mandado a hacer algo, y cada uno de nosotros sabemos cuales son nuestras siete zambullidas.
Quizás las siete zambullidas de Naamán en el Jordán para nosotros sean el perdonar a una persona, el pedir perdón a alguien que hemos ofendido, el aceptar el llamado a servirle, el dejar algo de nuestra vida, etc.