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La Iglesia tiene la solución a los problemas de nuestras naciones

Aunque nuestra situación parezca sin esperanza, los hijos de Dios siempre tenemos esperanza porque tenemos a nuestro Dios a nuestro favor. Y aunque la situación de la Iglesia de Jesucristo en el mundo en este tiempo de la historia parezca tan extremada y casi desesperada, donde el mundo parece que se va más y más hacia la maldad o hacia el secularismo y el rechazo de la Palabra de Dios, todavía podemos decir que hay algo que Dios quiere hacer en nuestro tiempo para cambiar esa situación. Los hijos de Dios nunca estamos desamparados.

En este pasaje quiero continuar con el relato de esta historia y hablar acerca de una escena que nos presenta este texto donde se nos dice que el hambre era tan grande, para ilustrar lo que estaba pasando de hecho, que cuando el Rey de Israel Joram pasa por una calle una mujer lo llama y creyendo que ella va a obtener justicia por medio de la pregunta que le hace al Rey le relata una historia macabra donde le dice al Rey que ella y otra mujer habían hecho un pacto. Esto se encuentra en el versículo 26 de Segundo de Reyes.

Dice que: «Pasando el Rey de Israel por el muro una mujer le gritó: Salve Rey, señor mío y él le dijo: Si no te salva Jehová ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿del granero o del lagar? Y le dijo el Rey: ¿Qué tienes? Esta mujer me dijo: da acá tu hijo y comámoslo hoy y mañana comeremos el mío. Cocimos pues a mi hijo y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá a tu hijo y comámoslo, mas ella ha escondido a su hijo. Y cuando el Rey oyó las palabras de aquélla mujer rasgó sus vestidos y pasó así por el muro y el pueblo vió el silicio que traía interiormente sobre su cuerpo.»

Entonces vemos aquí hermanos esta historia terrible donde estas dos mujeres hacen un pacto verdaderamente horripilante y acuerdan entre ambas comerse el hijo de cada una pero la segunda mujer viola su promesa y no le da su hijo a comer a la otra y por eso ella se siente tratada injustamente y apela al rey para que supuestamente el rey le haga justicia y el rey se escandaliza ante esta situación que le describe esta primera mujer y se da cuenta de lo terrible de la situación que ellos están viviendo en este momento.

¿Y sabe lo que más me impacta acerca de ese pasaje? Es esta idea de estas dos mujeres en un pueblo como Israel haciendo un pacto que es casi podríamos decir diabólico y que revela la ignorancia espiritual total, las tinieblas espirituales en que estas dos ciudadanas de Israel viven. Entonces vemos también aquí la impotencia del mismo rey para resolver la situación, cuando esta mujer lo llama y le dice: Salva Rey de Israel el rey le dice: ¿Pero qué tengo yo que darte si yo estoy en una situación tan difícil como la tuya? no tengo comida para darte así que ¿de qué te voy a salvar?

Entonces lo que yo veo aquí es como una situación de tanta impotencia donde los ciudadanos por una parte están completamente ignorantes de las cosas morales, espirituales, éticas, religiosas y el rey que se supone que sepa mucho más de las cosas del espíritu y que pueda ofrecer una solución está tan impotente como los ciudadanos para resolver la situación difícil en que se encuentran sus ciudadanos.

Entonces vemos aquí esta situación. Lo que el Espíritu me dice es que esta situación se parece mucho a la situación en que estamos viviendo en los tiempos actuales donde las ciudades del mundo están atacadas por el crímen, la violencia, sabemos que en Latinoamérica ahora mismo hay países enteros que están poseídos por la droga, por el narcotráfico, por las maras y hay una violencia terrible en nuestros países, hay una injusticia increíble, hay pobreza, hay hambre, hay ignorancia y los dirigentes de las naciones, los gobernantes están impotentes totalmente para resolver los problemas de nuestras ciudades, nuestros países.

Y no solamente eso sino que hay una inmensa cantidad de individuos en nuestras sociedades que están totalmente desprovistos de cualquier enseñanza espiritual, ignorantes en extremo de las cosas de Dios; descuidados por los poderosos, gente que vive totalmente al margen de la sociedad sin ningún tipo de sentido de integración a la vida de sus países y sus sociedades y que yo creo que es una de las cosas que fomenta tanta criminalidad, tanta violencia, tanta crueldad en ciertos jóvenes y ciertos miembros de nuestra sociedad porque no se sienten que pertenecen a la sociedad, no se sienten cuidados ni atendidos ni tomados en cuenta por los gobernantes que simplemente se hacen más ricos y explotan y se corrompen y les sacan dinero a los pobres.

Y entonces vemos que tanto los poderosos como los débiles están en una situación totalmente sin esperanza como estas dos mujeres que llegan al punto de comerse a sus propios hijos y creen que no están haciendo nada incorrecto al hacer eso. Ese es el estado en que se encuentran muchas de nuestras naciones.

Por eso es que es tan importante que la Iglesia de Jesucristo encuentre la manera de anunciar la Palabra de Dios a nuestras ciudades, a nuestros pueblos, nuestras naciones porque es la única esperanza para un mundo que está totalmente corrupto, totalmente perdido.

Me recuerda a las palabras de Dios al profeta Jonás cuando le habló de Nínibe y habló de que en esa ciudad habían cientos de miles de ciudadanos y que esos ciudadanos no sabían reconocer su mano derecha de su mano izquierda, estaban en completa ignorancia y Dios tiene misericordia, Dios tiene compasión de nuestras ciudades. Dios quiere hacer algo, quiere resolver los problemas de nuestras ciudades y se requiere una Iglesia iluminada, una Iglesia que tiene el poder de Cristo, que tiene la Palabra de sabiduría, que tiene la iluminación y la revelación del Espíritu Santo.

Yo creo que en este tiempo de la historia Dios quiere tornar el curso de la historia y tomar a estas personas totalmente sumidas en la ignorancia, en las tinieblas, hablarle a los dirigentes de las naciones y decirles que Cristo es la solución a sus crisis urbanas y que en Él hay esperanza, en Él hay solución.

La solución ahora mismo no está en los políticos, la solución no está en los gobernantes, la solución no está en la gente rica de recursos, la solución la tiene la Iglesia de Jesucristo por medio de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo.

Y tenemos que estar anunciando el mensaje del Evangelio, tenemos que estar trayendo esa Palabra de esperanza y sabiduría enseñándole a las naciones cómo quiere Dios que vivan y cómo Dios quiere que se tornen de nuevo a Jesucristo para que entonces Dios pueda sanar a nuestras ciudades y nuestros países y sacarlos del agarre férreo en que las tiene el poder del diablo y del infierno.

La Iglesia tiene la solución a los problemas de nuestras naciones, no es el gobierno y nosotros tenemos que vivir y movernos con esa seguridad de que Dios nos ha dado esa Palabra de liberación para nuestras sociedades. Que el Señor les bendiga y hasta nuestro próximo estudio, me despido de ustedes en el Nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Fuente:
predicas.org

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