Tabernáculo Prensa de Dios, tras una historia impactante del año 1965, relata a continuación un episodio que allí ocurrió como un ejemplo a seguir. Remembrando este relato a los tiempos de hoy, nos demuestra la importancia que tienen los hechos históricos que alguna vez en la vida nos han tocado vivir en forma distinta.
A prima noche del 24 de abril de 1965, el corazón de un joven arropado por el primer amor que sentía por su actual esposa, valientemente decidió enfrentarse al temor, el peligro y los obstáculos a los que se expone alguien por amor y que lo puede colocar entre la vida y la muerte.
Era la guerra que constituyó uno de los hechos más relevante de la historia de República Dominicana, un conflicto que se inicia cuando un grupo de hombres se propone restaurar el gobierno constitucional del destituido expresidente profesor Juan Bosch.
El miedo por la inseguridad social, el toque de queda y la oscuridad reinante en la nación en aquella época, producía una imagen de espanto. Ante las bombas, los enfrentamientos entre artillerías, tiroteos constantes, la falta de alimentos y de combustible, este heroico joven no vio esos obstáculos como un peligro que invadiera la pasión que envolvía el amor ardiente que sentía y que lo hacían arriesgar su vida para encontrarse con su amada.
La distancia, la militarización de las calles y la oscuridad reinante, no pudieron aniquilar aquel encuentro que se consumó en un sublime abrazo, acompañado con besos, logrando así su más anhelada conquista de volver a ver en sus brazos a quien siempre ha sido la reina que mantiene su corazón ardiente desde el primer día que la vio.
La reflexión tomada del libro de Apocalipsis del capítulo 2, versículos 1-al 7- nos revela el espíritu, los dones, los talentos, los ministerios que operaban en la Iglesia, que debe ser ejemplar ajustada a la justicia, misericordia y compasión.
La Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, debe y tiene que estar sujeta y dependiente de los principios y las leyes espirituales, de que debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, para que el gobierno de su Santo Espíritu nos dirija en todo y en cada una de nuestras decisiones, tanto en pensamientos, palabras, hechos, sentimientos, forma de ver y mirar las ordenanzas de la voluntad plena de Dios.
La historia que revela el testimonio en la experiencia basado de su propia vida, fue presentada por el ministro y pastor Pedro Piñeyro, de la Congregación Buenas Nuevas, en unos de sus más recientes sermones. Nos llama poderosamente la atención, ya que son reflexiones de cara a la realidad que debemos tener con Dios y en Dios, como una Iglesia victoriosa y triunfante, con un corazón valiente que lucha fervientemente por el primer amor de Cristo en la iglesia de hoy.
