Muchos cristianos se preocupan por su situación económica y tienen el atrevimiento de decir que se sienten tristes porque no son bendecidos por Dios, pero, sin lugar a dudas, hay algo en sus vidas espiritual que lo impide.
Creen que la bendición de Dios consiste en que los creyentes sean colmados de cosas materiales, pero pensar así es un error. Porque hay personas que no son cristianos y poseen cuantiosos bienes, los cuales muchas veces los tienen mediante operaciones, no santa, al margen de Dios, y eso no quiere decir que sean bendecidos.
Nuestro Señor y Salvador Jesucristo dice en Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
Si un cristiano no es bendecido por Dios, que se revise, porque si esta en pecado y no se arrepiente, pues es imposible que reciba la bendición del Altísimo. Al respecto, la Biblia dice en Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperara; mas el que los confiesa y se aparta alcanzara misericordia”.
Apreciado y querido hermano en Cristo, ¿estás tú buscando primeramente a Dios y su justicia? Es una pregunta obligada que muchas veces tenemos que hacernos, y la respuesta es que contaríamos con sus bendiciones y tendríamos asegurado nuestro sostén diario.
A veces el Señor nos prueba para que pongamos en práctica nuestra fe en sus promesas. En el libro de los Salmos 37:25-26, el rey David dice: “Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiene misericordia, y presta; y su descendencia es para bendición”.
También el salmista dice: “Confía en Jehová, y has el bien; y habitaras en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y el te concederá las peticiones de tu corazón”, Salmo 37:3-4.
Es un error de personas que dicen creer en Dios, y que para obtener algún beneficio económico, acuden a los juegos de azar, lotería, loto y hasta juegan en casinos. Y para justificar su acción dicen que si ganan algún premio, consistente en dinero, lo compartirían con Dios, dando ofrendas a la entidad religiosa a la que pertenezcan.
Una de las cosas que el Señor Jesús nos enseña en su Palabra es a no afanarnos ni a estar ansiosos, por las cosas materiales, porque el suple todas nuestras necesidades, inclusive las espirituales.
Jesús dijo a los discípulos y a nosotros también: “No os afanéis por vuestra vida, que comeréis; ni por el cuerpo, que vestiréis. La vida es más que la comida, y el cuerpo que el vestido. Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis mucho más que las aves? ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo? Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿Por qué os afanáis por lo demás?
“Considerad los lirios, como crecen, no trabajan ni hilan; más os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. Y si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana echada al horno, ¿Cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?
“Vosotros, pues, nos os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas.
“Mas buscad el reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas”, Lucas 12: 22-28; 29-31.