El Apóstol Santiago en esta epístola, comienza diciendo: “…Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las 12 tribus que están las dispersión, salud…” Es un saludo que él da antes de comenzar su carta, esa era una costumbre muy típica del mundo antiguo donde al principio es como decir, querido fulanito, te envío esta carta esperando que estés bien y que doña Mohanita y los hijos también estén bien, etc.
Este es un saludo de parte de Santiago.
Santiago era hermano de Jesucristo, hermano de carne y hueso de Jesús. Sin embargo, qué interesante, dice:
“Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo.” Él se identifica como siervo de Jesucristo, a pesar de que es su hermano. Me hace pensar en lo que dice Segunda de Corintios 5:17, creo que es, “ y si alguien conocimos en la carne, ya no lo conocemos así.” Si alguno está en Cristo, nueva criatura es. He aquí todas las cosas son hechas nuevas. Dice:
[pull_quote_center]“…De aquí en adelante a nadie conocemos según la carne y aún si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así…”[/pull_quote_center]Es decir, aquí Santiago, la identidad que él le asigna a Jesús no es de su hermano carnal, de carne y hueso, sino de su Señor y así nosotros tenemos siempre que identificar a Jesús, como nuestro Señor, y nosotros como siervos de él. No importa cuán importante usted sea, sea pastor, sea evangelista, sea pastor de una congregación muy grande o muy pequeña, todos somos siervos de Dios y del Señor Jesucristo.
Y esta carta fue escrita a los judíos cristianos que se encontraban en la dispersión. Es una carta que tiene uno toques hebreos, en realidad, y vamos a ver eso más adelante. Es una carta que está escrita a las 12 tribus que están en la dispersión, refiriéndose a los hebreos que habían sido dispersos de Jerusalén y que se encontraban en todas las partes del mundo que pudieran leer su carta. Dispersión, la diáspora, todos los hebreos que habían sido llevados a diferentes partes de la tierra que se llamaba la dispersión, la diáspora, es decir, la esparción, fueron esparcidos los judíos por todas partes.
Pero, específicamente, Santiago dirige su carta a judíos creyentes, cristiano que se encuentran en estas diferentes partes y dice salud, es decir, bendición, sanidad, etc., prosperidad.
Entonces aquí el primer punto de los muchos temas que trata Santiago, y quizás voy a continuar en la próxima vez que estemos juntos el miércoles, quizás el próximo miércoles, pero vamos a hablar de una palabra que está aquí, versículo 2 dice:
“… Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando halléis en diversas pruebas…”
Yo quiero hablar un poquito acerca de eso, del deseo del Señor de que entendamos las pruebas. Cuántos han pasado por alguna prueba o están pasando por alguna prueba? Yo creo que todos, verdad que sí?
Yo creo que tenemos que aprender cómo encarar las pruebas. No se habla lo suficiente a veces en las iglesias, sobre todo en las iglesias pentecostales, carismáticas, como nosotros, acerca de las pruebas. Hablamos más bien de triunfo, de victoria y es precioso, necesario, pero también es bueno enfocar el rol de las pruebas en la vida del creyente.
Dice,”… gócense sumamente cuando se hallen en diversas pruebas sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, más tenga la paciencia su obra completa para que seáis perfectos y cabales sin que os falte cosa alguna…”
Que interesante que Santiago comienza hablando acerca de las pruebas. Lo primero que él escribe. Por qué? Porque muchos de estos cristianos se encontraban en diferentes partes del Medio Oriente, de Palestina, de Siria, Grecia, Roma, y se encontraban perseguidos, a veces perseguidos por sus propios hermanos judíos, que los veían a ellos como traidores de la religión mosaica. Otros estaban en pobreza, otros estaban padeciendo por ser cristianos en diferentes maneras, y otros simplemente estaban luchando con la vida, una vida difícil que me imagino que se vivía en el primer siglo.
Y Santiago, dirigido por el Espíritu Santo, lo primero que les escribe es a esta gente que necesita consuelo y fortaleza, es… y les dice algo que podría ser sorprendente si lo usted lo mira bien, tenga por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas.
Es que Santiago era masoquista o qué? Él da un consejo bien raro. Si usted se encuentra en una prueba, considérelo una razón para gozarse y no gozarse en cualquier forma sino gozarse en extremo, gozarse grandemente. O él sabe algo que nosotros no sabemos o algo hay metido aquí en esto, o está loco. Pero sí hay algo bien importante.
Pero, me interesa esto que dice, cuando halléis en diversas pruebas. Por qué diversas? Porque son muchas. Porque la vida tiene muchas pruebas. Qué dijo el Señor Jesucristo? Dijo, en el mundo hallareis aflicción. Esa es la naturaleza de la vida humana. Vivimos en un lugar minado de pruebas y de dificultades. La naturaleza del mundo es así, es difícil, es peligroso. El mundo yo cada día me convenzo más, yo más camino en él, más me convenzo que es peligroso y somos como animales indefensos caminando en un bosque llenos de fieras que nos están mirando desde la maleza, y vemos sus ojos fosforescentes en medio de la noche asechándonos y queriéndonos destruir. Es un mundo difícil y peligroso.
Eso no quiere decir que nos llenemos de una negatividad y que vivamos todo paranoicos, siempre viendo asechanzas en todo. No, yo creo que el cristiano se puede gozar grandemente, no hay nadie que tenga más razón para disfrutar de la vida que un hijo de Dios, pero tenemos que saber también que el mundo es peligroso y que hay dificultades y hay peligros de todo tipo.
Por eso yo entiendo cada día más y más la oración de Jesús, más líbranos del mal, o líbranos del malo. En realidad lo que el Señor dijo es del malo, que es el diablo, que produce mal. Yo estaba predicando en Puerto Rico este fin de semana y Dios me dio una palabra para la congregación a la cual predicamos, Meche también estuvo allá y predicó el sábado, de paso, les cayó muy la predicación de Meche, me sentí muy celoso, pero, oré y Dios me dio sanidad.
Me gocé mucho, la gente disfrutó mucho de su enseñanza. Yo hablé acerca de Jabes el viernes en la noche. Jabes también oró y dijo, oh, si me diera bendición, si ensanchara mi territorio y si tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal para que no me dañe. Librarse uno del mal.
El mundo es peligroso, el mundo está lleno de aflicciones, pruebas, dificultades, peligros, ese es el mundo en que vivimos. Y el cristiano tiene que saber cómo encarar esa naturaleza del mundo en que vivimos. Las pruebas van a venir a tu vida quieras o no, en algún momento, por más bien que tu estés caminando, por mejor que te comportes, por más que tu ores, por más que tu ayunes, nunca te vas a ir de este mundo sin haber gustado de tiempos de dificultad. Acostúmbrate a eso desde ahora y toma ánimo de ese hecho.
Porque lo importante es que en medio de todas esas cosas, Dios te sacará adelante. Por eso es que Pablo dice, antes en todas estas cosas somos más que vencedores. No por encima de, o a pesar de, no, en todas estas cosas somos más que vencedores. El cristiano necesita entender y armarse del conocimiento y del entendimiento claro de que antes de que salgamos de este mundo vamos a pasar unos 10 ó 20 buenos sustos y nos vamos a ver con el agua al cuello.
Y la pregunta es cómo vamos a salir de ello? Creyendo que Dios siempre nos sacará de todos nuestros aprietos, todas nuestras luchas. 7 veces cae el justo pero de todas ellas se levantará, dice la palabra del Señor.
Así que, no es cuestión, si somos guerreros, somos soldados, estamos en un mundo minado por el mal, las pruebas van a venir, la cuestión es que la palabra del Señor tiene muchas enseñanzas para darnos sobre cómo atravesar las dificultades y las pruebas y las tribulaciones que vienen en el mundo.
Yo me voy a tomar un tiempo para trabajar esto y lo voy a cortar donde lo corte, donde me caiga el tiempo, pero quiero seguir.
Así que lo primero que mire es eso, en diversas pruebas, muchas pruebas diferentes van a venir y lo importante es que la palabra del Señor siempre nos llama a una postura de esperanza y una expectativa de victoria en todas las tribulaciones en las cuales nosotros…
Las pruebas tienen un propósito y tienen una utilidad y tienen un fruto que pueden producir y muchas veces Dios las diseña para efectuar en nosotros un resultado positivo. Y yo voy a hablar un poco más acerca de eso más adelante, de que las pruebas son muchas veces el bisturí de Dios para sacar algo de nosotros que no le conviene a él, porque quiere usarnos, ni nos conviene a nosotros porque nos van a causar daño.
Entonces las pruebas son a veces intervenciones de Dios en nuestra carne, en nuestra mente, en nuestras emociones, que provocan un resultado en nosotros. Cómo opera Dios en el alma humana? Yo no creo que Dios necesariamente viene, a veces sí, él puede operar soberanamente y por medio de su gracia hacer un cambio en nosotros, pero muchas veces Dios obra a través de las circunstancias, a través de las relaciones humanas, a través de experiencias que nos van formando. Porque es que Dios no viola la naturaleza humana, la manera en que nos ha constituido.
Él no viene y se mete a manipular los alambres de la personalidad humana. Él lo que hace es que obedeciendo a la naturaleza que él nos ha dado, obedeciendo a las leyes que él ha infundido en nosotros, en nuestro sistema nervioso, nuestro sistema espiritual, él entonces nos pone, a través de una serie de dramas o psicodramas, como usan los psicólogos, los psiquiatras, que muchas veces ponen a uno a jugar y a elaborar un drama frente a uno, o en un grupo ponen a uno a decir una cosa y otro a otra para que uno como que ensaye ciertas situaciones y que la mente pase a través de ellas y eso haga que haya un cambio por dentro. Porque el psicólogo no se puede meter, o el psiquiatra dentro de usted, y con una cucharita o una tijera, cortar algo. No, no, él lo que hace es que opera a través de esos psicodramas.
Bueno, Dios hace lo mismo, lo que pasa es que Dios tiene mucho más recursos delante de él. Él puede elaborar todo un drama a través de su vida y permitir que vayan ciertas cosas sucediendo y a veces también el diablo viene y quiere hacer daño en su vida y destruir a usted y Dios está allí viéndolo y lo deja… pero entonces él toma eso y lo dirige.
Puede haber situaciones en su vida también, el mundo tiene sus propias leyes, sus propias dinámicas y Dios está allí también, yo creo, en una manera misteriosa. Y él usa todas esas diferentes dinámicas y leyes y circunstancias y experiencias de la vida, y todo lo va encausando hacia un propósito beneficioso para usted.
Diga amén aunque sea para dejarme saber que usted está ahí. Por eso es que la palabra dice que a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien. Esto es, a los que conforme a sus propósitos son llamados.
Eso es lo maravilloso, que todo lo que sucede en la vida de un hijos de Dios, todo, en alguna forma, está trabajando y Dios lo encausa, son como diferentes ríos, diferentes movimientos, todo Dios lo toma y lo lleva hacia un final. El final de Dios, dice la Biblia, que siempre es bueno. Eso está en Hebreos, no recuerdo el pasaje, pero después lo puede buscar. En Hebreos dice que el final de Dios siempre es positivo, siempre es bueno. Y ahora está obsesionado dónde es que dice eso. Ese es el problema conmigo, que a veces uno se mete en estas cosas y hasta que no las encuentra… pero créame que lo dice, que el final de Dios es bueno.
Entonces, así son los procesos, al principio los sufrimientos de los hijos de Dios son serios, pero Dios lo usa todo, Dios lo encamina todo hacia el bien. Dios usa todas estas cosas para guiarnos y por eso Santiago está tratando, aquí en código, yo quiero hacer un recorrido a través de todos estos diferentes momentos que nos indican eso.
Tenemos que tener por sumo gozo, porque hay un propósito en ello, Dios permite todas estas cosas porque él tiene un final positivo. De alguna manera, él no está hablando de que nos gocemos emocionalmente, él está diciendo que tengamos… Señor qué puedo yo aprender de esto? Cuando usted pasa por alguna situación difícil, alguna prueba, siempre pregúntese, Señor, qué cosa buena tu tienes detrás de esto? De qué tu me estás salvando? Para qué tu me estás preparando? Qué me estás enseñando? Qué estás cortando en mí? Qué estás fomentando en mi vida a través de este psicodrama, a través del cual tu me estás poniendo en este momento? Y cómo puedo yo encontrar gozo en medio de esa dificultad?
Lo último que les voy a decir en este proceso, es que el primer experto en padecimiento, pruebas y tribulaciones es nuestro Señor Jesucristo. A veces nosotros creemos que si una persona es muy poderosa y muy sabia, y muy santa, no va a pasar por tribulaciones, y tenemos que entender que el gran, gran experto en sufrimientos y dolores se llama Jesucristo.
Por eso es que Pablo decía que él quería llegar a conocer a Jesús en su resurrección y en sus padecimientos. Mucha gente quiere conocer a Jesús solamente en su resurrección, su poder, en su momento más victorioso que fue cuando Dios lo levantó de entre los muertos. Pero y qué de sus padecimientos?
Pablo sabía que él no podía conocer a Jesús íntegra, profunda, totalmente si no lo conocía en esa dimensión oscura de su personalidad y de su ministerio, que eran sus padecimientos y sus sufrimientos.
Y si nosotros queremos tener verdadera intimidad con Jesús, tenemos que pasar nosotros también por nuestras propias pruebas. Por eso el Señor dijo, tome su cruz cada día y sígame si quiere.
Mire, y le dejo con esto, Isaías, capítulo 53:7. De nuevo, recuerde, cuando usted pasa por situaciones de tribulación y de dificultad en alguna manera misteriosa, usted está estableciendo comunión con el Hijo de Dios que padeció tanto en el mundo por nosotros, por nuestros pecados, por tribulaciones, y que dice que fue perfeccionado. Dios lo perfeccionó por medio de aflicciones, en su naturaleza humana, o sea, la parte humana de Jesús, él fue perfeccionado por medio de diferentes aflicciones y dificultades.
Pero Isaías 53:7 nos habla dice:
“…Angustiado él, ese es el siervo sufriente, el famoso retrato del siervo sufriente, proféticamente el profeta Isaías, cientos de años antes de Jesús, habló de la naturaleza de su vida y su ministerio. Es más, mire el versículo 3 dice:
“… Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores…” era como que su naturaleza misma era el dolor. “… varón de dolores, experimentado en quebranto… − entonces en el versículo 7 dice, − … angustiado él y afligido no abrió su boca, como cordero fue llevado al matadero y como oveja delante de sus trasquiladores enmudeció y no abrió su boca, por cárcel y por juicio fue quitado, y su veneración quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes y por la rebelión de mi pueblo fue herido y se dispuso con los impíos su sepultura, más con los ricos fue en su muerte, aunque nunca hizo maldad…”
Sus sufrimientos no fueron porque él estuvo en pecado, porque hizo algo malo, no, aunque nunca hizo maldad… hay gente que dice, tú estás pasando por problemas porque alguna sinvergüencería hiciste por ahí y te está cobrando ahora. Ah, esta enfermedad, sí, tú te lo buscaste, esta enfermedad que tienes, algo no estás orando lo suficiente o algo hay que Dios te está… hermanos, déjese de tonterías. Muchas veces en los momentos de mayor bendición y crecimiento de nuestra vida puede venir una prueba, una dificultad, en los momentos de mayor seguir al Señor correctamente, puede venir la prueba.
“… aunque nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca, con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo…”
Ese no fue el diablo que llevó a Cristo a la cruz y su sufrimiento, no, por alguna razón Dios en su señoría, su soberanía, su conocimiento de quién era Jesús, quiso quebrantarlo. Claro, porque había un drama muy grande, cósmico, que Dios estaba llevando a cabo.
“… sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma y quedará satisfecho…”
No ve aquí usted también una implicación para nosotros mismos. Cuando pasamos por prueba, Dios nos pasa por el trapiche y salimos oliendo a humo, 20 libras menos por el susto tan grande que pasamos y la sequía y el hambre y el temor, y las dificultades. Óigame, salimos que la piel está más fresquecita, más lozana, nos sentimos más livianos. Hemos aprendidos unas cuantas cosas, y entonces Dios nos da bendición.
“… verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada…”
Muchas veces las pruebas y las dificultades redundan en bendición para nosotros. Si las pasamos como Dios quiere que las pasemos, vivimos por largos días, vemos linaje, el propósito de Dios es prosperado en nuestras vidas. Así que, como Cristo, nosotros también vamos a tener nuestras dificultades, el primer maestro, nuestro santo patrón se llama Jesús en estos asuntos.
Si tú eres joven ármate porque vienen varios momentos. Si eres mayor, vas a mirar hacia atrás y vas a ver tiempos en que Dios te ha pasado y todavía quizás nos quedan unas cuantas. Pero sea como sea, nosotros tenemos que saber que las pruebas juegan un papel, son parte.
Ahora, lo bueno es que cuando nosotros estamos en los caminos del Señor, y estamos en su administración, todo lo que pasa, el diablo no se sale con nada. Dios lo obliga a hacer el trabajo de Dios a favor de sus hijos, todo va a resultar para bien. Así que confía en el Señor. Nadie quiere pasar por prueba, y cuando estamos en medio de la prueba tenemos que pedirle, Señor, que mi fe no falte, que yo te bendiga, que yo bese tu mano, que aunque yo no entienda por qué, yo sepa que algo tu tienes entre manos en este proceso que yo estoy viviendo y si yo me mantengo y me sujeto y me tomo ese trago amargo y te bendigo, a la larga yo saldré fuerte y bendecido y más lozano y más poderoso que nunca. Amén.
Así que, hermanos, en esta noche vamos a recibir esa bendición del Señor y que Dios nos ayude a considerar algo de gozo misterioso, el encontrarnos en diferentes tribulaciones y creer que Dios tiene un propósito para ello y que si le damos tiempo veremos el fruto, veremos el resultado. Dios nunca se duerme ni se adormece. He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Él nunca está dormido.
Cuando nosotros estamos pasando por tribulaciones él está ahí con nosotros en la prueba, en la dificultad. Él dice, no te preocupes, yo estoy contigo todos los días, yo soy el que te fortalezco, yo te levanto, yo te defiendo. Vamos a pasar esto junto y vamos a salir más fuertes que nunca. Que Dios te bendiga en esta noche y que esa seguridad esté con nosotros en todo momento. Amén.