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Jesús es la puerta de entrada y también de salida

JUAN 10:9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

Las palabras de nuestro Señor Jesucristo nos podrían parecer contradictorias, ¿Como es posible que el que entre por él va entrar y también va a salir? pero no es contradictorio, sino que es la verdad, nuestro Señor Jesucristo es la puerta por medio de la cual cada uno de nosotros tenemos entrada a las bendiciones del Señor y también la salida para todo aquello que destruye nuestra vida

Veamos lo que nos enseña la palabra de Dios para que veamos porque nuestro Señor Jesucristo es la puerta de entrada y también de salida para la vida de cada uno de nosotros:

I) JESÚS ES LA PUERTA DE SALIDA DE LA CONDENACIÓN Y LA PUERTA DE ENTRADA A LA VIDA ETERNA (JUAN 5:24) De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida

Para salir de la condenación y poder entrar a la vida eterna solamente hay una puerta, no hay otra, no son varias, no existen puertas alternativas y esa puerta es única y exclusivamente nuestro Señor Jesucristo (Hechos 4:12) Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Es así exactamente como en los tiempos de Noe, cuando iba a comenzar a caer el diluvio que mataría a todos los seres vivientes, solamente había una puerta que los podía librar de la muerte y salvarlos del juicio de Dios sobre la tierra (Génesis 7:15-17) Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida. 16 y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta. 17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra.

Tenemos que tener bien claro que no hay ninguna otra puerta por la que podamos salir de la condenación,

No es la puerta de la religión (Hechos 17:22-23) Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.

No es la puerta de las filosofías (Colosenses 2:8) Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.

No es la puerta del conocimiento (Efesios 3:19) y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

No es la puerta de las buenas obras (Efesios 2:8-9) Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe.

Solamente hay una puerta que nos permite ser parte del rebaño de Dios, y esa puerta es nuestro Señor Jesucristo (Juan 10:7) Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.

II) JESUS ES LA PUERTA DE SALIDA DE LA ESCLAVITUD Y LA PUERTA DE ENTRADA A LA VERDADERA LIBERTAD (JUAN 8:35-36) Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Todo pecador, aunque no quiera reconocerlo es esclavo del pecado (Juan 8:34) Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. y no tiene la capacidad de liberarse a sí mismo, a pesar de que satanás ofrece libertad por medio de la vida mundana de libertinaje, de vicios y de placeres, pero eso no es verdadera libertad sino esclavitud disfrazada de diversión, disfrazada de placeres (2 Pedro 2:19) Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. Porque el que es vencido por alguno es hecho esclavo del que lo venció.

La única puerta para poder salir de la esclavitud del pecado, de la esclavitud de los vicios, de la esclavitud de las adicciones, es nuestro Señor Jesucristo, pues él ha pagado nuestro precio, él nos ha comprado con su sangre, y eso se llama redención (Colosenses 1:13-14) el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Pero nuestro Señor Jesucristo no solamente es la puerta de salida de la esclavitud, sino que es la puerta para entrar a la verdadera libertad, a la libertad que nos permite ser hijos de Dios, ya no somos esclavos sino hijos y parte de la familia de nuestro Dios (Romanos 8:15-16) Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre! 16 el Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Ahora lo que tenemos que procurar de todo corazón es mantenernos firmes en la libertad que Cristo nos ha dado y no volver atrás para estar nuevamente en la esclavitud del pecado (Gálatas 5:1) Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

III) JESÚS ES LA PUERTA DE SALIDA DE LAS TINIEBLAS Y LA PUERTA DE ENTRADA A LA LUZ VERDADERA (1 PEDRO 2:9) Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;

Cuando caminamos en tinieblas podemos sufrir caídas peligrosas y quizás hasta mortales, y toda persona que no tiene la luz de Dios anda siempre tropezando y cayendo por todo el camino de su vida, por eso la vida de esas personas es una historia de tropezar, levantarse y volver a caer en lo mismo o en algo peor.

Por caminar en tinieblas tropezando y cayendo en el camino de la vida es que venimos a Cristo muy destruidos (Isaías 1:6) Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. y mientras más una persona se tarda en venir a la luz de Cristo más destruida esta su vida.

Una persona que anda en tinieblas no se da cuenta del desorden y de la suciedad que hay en su vida, no reconoce su pecado, no puede ver sus cadenas, solamente cuando la luz de la palabra de Dios nos ilumina podemos darnos cuenta de lo mal que nuestra vida está para poder ordenarla y limpiarla (Génesis 1:1-3) En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Vemos que cuando la tierra estaba desordenada y vacía Dios no comenzó a ordenarla y llenarla de toda su creación, sino que lo primero que hizo fue quitar las tinieblas por medio de la luz, es decir que lo primero que se necesita para ordenar es la luz.

Antes de que Cristo viniera a nuestro corazón, nuestra vida era un desorden, moral, espiritual, sexual, económico, sentimental, etc. y muchos lastimosamente nos acostumbramos tanto al desorden en nuestra vida que ya no lo notamos, creíamos que eso era gozar la vida, pero cuando la luz de cristo vino a nuestra vida nos dimos cuenta del desorden y la suciedad en la que vivíamos.

Pero tenemos que comprender que solamente Cristo es el único que puede sacarnos de las tinieblas, él es la puerta para salir de las tinieblas y entrar a la luz verdadera (Juan 12:46) Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.

¿Cómo podemos saber si ya no andamos en tinieblas? toda persona que ha entrado por la puerta que es Cristo ya no anda en tinieblas pues el amor de Dios está en su corazón (1 Juan 2:9-11) El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han segado los ojos.

CONCLUSIÓN: Para terminar, solamente quiero hacerte una pregunta, ahora que ya has comprendido que nuestro Señor Jesucristo es la puerta de entrada y de salida, ¿Ya entraste tú por esa puerta? (Mateo 7:13-14) Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Fuente:
Pastor Oscar Flores | EL SALVADOR

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