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Jesús el verdadero pan de vida

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás”, Juan 6:35.

En la antigüedad y especialmente en los tiempos que el Hijo de Dios, Jesucristo, se manifestó a este mundo el alimento normal era el pan que se confeccionaba en todos los hogares de Israel a base de harina de trigo, un importante nutriente para los seres humanos.

También las panaderías, en esa época, al igual que ahora, tenían una importante clientela, ya que consumían ese producto todos los días, alimento que es asequible y esencial a pobres y ricos, que solo satisface nuestro cuerpo, pero no nuestro espíritu.

Cuando el pueblo de Israel, guiado por Moisés, Dios en su infinita misericordia los alimento con mana, tras protestar en el desierto, porque no tenían alimentos y murmuraron a su Creador.

Entonces Dios, en su infinita misericordia, les hizo llover mana sobre la faz del desierto, una cosa menuda, como una escarcha sobre la tierra.

“Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? Porque no sabían que era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová ha mandado”, Éxodo 16:14-17.

Moisés dijo: “Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno, según lo que pudiere comer, un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomareis cada uno para los que están en la tienda”, Éxodo 16:14-16.

Traigo esto a colación para recordar que un grupo de personas que había participado y fue testigo del milagro que Jesús hizo de multiplicar los panes y los peces, y dio de comer a mas de cinco mil personas, le preguntaron ¿Qué señal, pues haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué haces tú? Nuestros padres comieron el mana en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer”, Juan 6:28-31.

Al respecto, Jesús les respondió: “De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo”.

Estas personas le pidieron a Jesús: “Señor, danos siempre de este pan” y este le respondió: “Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre, y el que en mi cree, no tendrá sed jamás”, Juan 6:32-35.

Nuestro Señor que tuvo que lidiar con los judíos religiosos que no creían en el, dijo: “Mas os he dicho, aunque me habéis visto, no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y al que a mi viene no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y añadió: “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. Y esta es la voluntad del Padre, el que me ha enviad o: Que todo el que ve al Hijo, y cree en el, tenga vida eterna, y yo lo resucitare en el día postrero”, Juan 6:37-39.

Apreciado y querido amigo, si tu quieres satisfacer tu hambre espiritual, cree en el Señor Jesucristo, porque él es el verdadero pan que descendió del cielo y vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, cuando murió en una cruz de maldición, para darte vida y vida en abundancia.

Dios te bendiga mucho.

Fuente:
La Biblia.

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