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Inteligencia emocional en la docencia eclesial

La investigación realizada a nivel mundial por “El Consorcio para la Investigación sobre Inteligencia Emocional en las Organizaciones”, arrojó un resultado sorprendente y vinculado a nuestra capacidad para lograr el éxito en la vida (en las relaciones, en la empresa, en la iglesia, en los estudios): El 23% depende de nuestras habilidades intelectuales, mientras que un 77% a nuestras aptitudes emocionales. Por esta razón entrenar tu alma es la principal tarea para adquirir inteligencia emocional.

La Biblia es el mejor manual para entrenarte, de eso se trata la vida cristiana, de tener conciencia que tu vida emocional ––o tus reacciones del alma––, dependen de tu vida espiritual. Los frutos del Espíritu son el resultado de los cambios que Dios hace en tu vida, cuando la entregas a Él y dejas que obre en ti. Tu vida ‘con y en’ Dios te asegura el éxito, y te habilita para ser una persona sabia ó “inteligente emocional”.

“Los tontos fácilmente se enojan, los sabios perdonan la ofensa” (Proverbios 12:16 TLA).

Este versículo nos quiere decir que los inteligentes emocionales han aprendido a manejar sus emociones y no al revés… ¿qué tan inteligente eres tú?

ALGUNAS PREGUNTAS COTIDIANAS. ¿Por qué a algunas personas les va mejor en la vida que a otras? ¿Por qué algunas, con alto coeficiente intelectual y que se destacan en su profesión, no pueden aplicar esta inteligencia en su vida privada, que va a la deriva, del sufrimiento al fracaso? ¿Y por qué otras con un alto coeficiente intelectual terminan trabajando para otras que tienen un CI más bajo? ¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia? ¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina siendo el más exitoso? ¿Por qué unos son más capaces que otros para enfrentar contratiempos, superar obstáculos y ver las dificultades bajo una óptica distinta?

La respuesta está en las emociones y en la capacidad para entenderlas y manejarlas: la Inteligencia Emocional es parte de nuestra inteligencia global, una parte a menudo negada y desdeñada, opacada por el brillo de la razón y del Intelectualismo Académico, más fácil de definir y medir. Las personas con una inteligencia emocional desarrollada saben conectarse, influir y relacionarse mejor con las personas, de ahí que logran triunfar en casi cualquier empresa que se propongan.

Definición: ¿Qué es la Inteligencia Emocional? “Es la capacidad para entender y aceptar los sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos (autocontrol)”. El término fue popularizado por Daniel Goleman, con su célebre libro: Emotional Intelligence (Inteligencia Emocional), publicado en 1995.

¿CÓMO FUNCIONA ESTO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL? Nuestras emociones fluyen todos los días de manera distinta: alegría, tristeza, paz, enojo, miedo, tranquilidad, armonía, inestabilidad, etc. Para quienes tienen la habilidad de entender sus emociones (aceptarlas y manejarlas) éstas pueden favorecer su capacidad para pensar y planificar, para llevar a cabo el entrenamiento, para conseguir una meta, para resolver problemas y conflictos, para relacionarse con otras personas, para enfrentar las irritaciones diarias, los inconvenientes y los imprevistos de la vida, entre otros. En cambio para quienes sus emociones son algo incontrolable ocurre todo lo contrario. Dichas personas terminan solas ––enajenadas o apartadas por sus pares––, frustradas, enojadas con el sistema y/ó la Organización, disgustadas con sus superiores, incapaces de triunfar y esto mismo las distancia cada vez más de su entorno social (se vuelven personas “grises”, “complicadas”, “enojonas”, “tristonas” o incluso…, “idiotas”). A fin de cuentas… ¿quién querría estar al lado de una persona que se  enoja todo el tiempo, de alguien que llora a mares en la mañana y de pronto ríe a carcajadas por la tarde, o de líderes que no saben dominar sus sentimientos y hieren con sus palabras y actitudes, o estar cerca de personas que todo encuentran mal? La inteligencia emocional nos ayuda a comprendernos y dominarnos a nosotros mismos facilitando la habilidad para cultivar relaciones interpersonales sanas y duraderas.

¿Cómo reconocer a una persona Emocionalmente Inteligente?

Una persona emocionalmente inteligente es aquella que tiene conciencia de sus virtudes y de sus áreas débiles.

Es aquella que trabaja en esas áreas para fortalecerlas y perfecciona sus virtudes aún más.

Una persona emocionalmente inteligente sabe cuáles son las emociones que lo hacen sentir bien y altamente productivas (procura generarlas), y cuáles son dañinas para sí y para los demás (procura evitarlas).

Una persona emocionalmente inteligente se domina a sí misma y se relaciona con los demás con empatía, cordialidad y respeto.

Una persona cuya inteligencia emocional es superior destaca entre sus pares convirtiéndose en un líder sin siquiera ocupar un cargo en la Organización, a esto los expertos  en coaching organizacional llaman “Liderazgo Horizontal”. Es más, según Bill Hybels (pastor fundador de Ministerios Willow Creek), el poseer una inteligencia emocional desarrollada nos dará un 85% más de probabilidades de consolidar nuestro liderazgo en comparación a quienes no la han desarrollado.

INTELIGENCIA EMOCIONAL Y DOCENCIA ECLESIAL La “Teoría de las inteligencias múltiples” sostiene que administradores, docentes, sicólogos, terapeutas, sacerdotes y capellanes deben poseer un alto nivel de inteligencia emocional, de lo contrario ––afirma Howard Gardner––, autor de la teoría, su desempeño en el trabajo será deficiente, y por tanto frustrante para él y sus dirigidos. Esto por supuesto también incluye a los pastores y líderes cristianos.

Así las cosas, ya que un pastor tiene como función principal “cuidar, alimentar y guiar a un grupo de personas hacia la excelencia de la vida cristiana”, la inteligencia emocional será crucial en la pastoral de las iglesias, lugar que  alberga a las personas de una nueva sociedad, la sociedad de las emociones, la sociedad actual (Rogelio Nonini, en  su libro “Tarea Pastoral”, Buenos Aires).

Pero, ¿qué hay de los maestros de teología, centros de formación ministerial o profesores de escuela dominical? ¿Será que la IE (inteligencia emocional) es importante para ellos?

Un maestro que no sepa desarrollar su inteligencia emocional estará condenado al fracaso (Roberto A. Rivera, educador y escritor  cristiano, Puerto Rico). “¿Por qué?” ––le preguntó un alumno ávido de respuestas: “Porque un maestro trabaja con personas, y las personas son emocionales, las iglesias son emocionales, los líderes también lo son e incluso las denominaciones” ––respondió el maestro. “¿Quiere decir que un maestro no debe mostrar sus emociones?”. Muchacho bobo ––replicó Roberto riendo––, “claro que puede mostrarlas y sentirlas, pero debe ser hábil para manejarlas y utilizarlas en su beneficio y el de su comunidad” (Semisud, Quito, clases de Hermenéutica Contextual, año 2002).

¿Cómo enseñan los Maestros Emocionalmente Inteligentes?

“Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6).

Una versión parafraseada de este mismo verso diría así: “Ocúpate de enseñar correctamente a tu niño (*hijo, sobrino, nieto, alumno) y cuando sea adulto siempre se acordará de tus enseñanzas”.

Todos tenemos en la memoria algún docente que nos ha marcado especialmente para bien, ¿recuerda a alguno? Ya sea profesores de colegio, liceo o universidad, pero también de Escuela Dominical. ¿Por qué creen que estos “maestros especiales” tiene un lugar preferente entre todos aquellos que nos han enseñando a lo largo de nuestra vida? Porque ellos hicieron mucho más que enseñarnos, nos afectaron positivamente.

La realidad es que los maestros que tuvimos en nuestra infancia nos marcaron (para bien o para mal). Sin que nos demos cuenta son modelos que vamos imitando y de los que vamos aprendiendo (esto incluye a aquellos maestros que voluntariamente enseñan domingo a domingo en las muchas iglesias cristianas a lo largo y ancho del mundo).

¿Hay diferencias entre los profesores con inteligencia emocional y aquellos que no la tienen? Sí, la hay:

«La mayoría de nosotros no tenemos más de cinco o seis personas que nos recuerdan. Los maestros tienen miles de personas que les recuerdan por el resto de sus vidas» ––Andy Rooney.

«El maestro mediocre cuenta. El maestro corriente explica. El maestro bueno demuestra. El maestro excelente inspira» ––William A. Ward.

Características de la docencia emocional inteligente en las clases de Escuela Dominical o Centros de formación Teológico-Ministerial.

Un profesor/a Emocionalmente Inteligente…

Asume su rol formador de personas, y la importancia de ser un modelo fundamental de IE, para sus alumnos.

Ama y valora a sus discípulos, como personas en desarrollo, crecimiento y evolución.

Es capaz de realizar un autoanálisis de sus estados emocionales predominantes, decidiendo cambiar lo que no es correcto ni adecuado, desarrollando nuevas habilidades.

Entiende que debe desechar viejas estructuras y modelos, adaptándose a las necesidades de los nuevos tiempos.

Reconoce que el rol de un educador autoritario, dominante, castigador, está pasado de moda.

Reconoce la importancia de sus estados de ánimo, verbalizaciones y conductas, en el estado emocional, en el rendimiento escolar y en la formación de la personalidad de sus alumnos.

Ocupa situaciones de conflicto entre sus discípulos, no para castigar, sino para enseñar.

Averigua acerca de la problemática familiar de sus discípulos, que presentan bajo rendimiento o problemas de conducta. Orienta y apoya a los padres (cuando sea posible).

Sabe y reconoce las fortalezas de sus alumnos para desarrollarlas y estimularlas, así como también sus debilidades para trabajar y mejorarlas.

Impone normas y límites claros de acuerdo a la edad y capacidades, estimula, refuerza, corrige y exige con firmeza y cariño.

Acoge y entiende las emociones de sus discípulos, tratando de ponerse en su lugar.

Respeta el ritmo del discípulo, sus características y riqueza individual. Lo ayuda a crecer, brinda espacios, herramientas y posibilidades, está disponible para él o ella.

CONCLUSIÓN.

La inteligencia emocional se refiere a una estabilidad emocional, no solo en tiempos normales o estables en la vida, sino sobre todo en tiempos de crisis. Cuando los arranques de ira, los impulsos violentos, la depresión, o la incapacidad de relacionarse con los prójimos dominan la vida de una persona, él o ella carece de inteligencia, emocionalmente hablando. Estos sentimientos negativos no son malos, son comunes en personas normales, lo anormal es no poder manejarlos o controlarlos. Por esa razón a lo largo de toda la Palabra de Dios se nos aconseja buscar la sabiduría y adquirir la inteligencia: “Hazte cada vez más sabio y entendido” (Proverbios 4:5).

“La inteligencia emocional es útil en tiempos de bonanza, imprescindible en tiempos de crisis” ––Dr. Hendrie Weinsinger.

TODO LÍDER necesita desarrollar su inteligencia emocional, eso incluye por supuesto a los maestros de Biblia quienes son los primeros líderes de los futuros líderes.

Fuente:
Gabriel Gil. Pastor, Coach-mentor, escritor.

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