TEXTO: Hechos 17:20-23 Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23 porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.
El apóstol Pablo se encontraba en atenas y rápidamente pudo darse cuenta que eran una sociedad muy religiosa, porque adoraban a Dios sin conocerlo verdaderamente, y eso es lo que pasa en la actualidad, podemos ver familias en la sociedad que “PARECEN CRISTIANAS” porque van a una iglesia, porque sus hijos estudian en colegios cristianos, porque sirven en ministerios cristianos, pero en realidad son FAMILIAS RELIGIOSAS, pues verdaderamente no han desarrollado una relación con Dios que les permita conocerle y crecer espiritualmente.
Entonces, ¿CÓMO PODEMOS RECONOCER A UNA VERDADERA FAMILIA CRISTIANA?
I) SE RECONOCEN POR QUE SON REALES, NO FINGEN ALGO QUE NO VIVEN
(2 TIMOTEO 1:3-5) Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; 4 deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; 5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.
Tenemos que saber que nuestro Señor Jesucristo atacó fuertemente a todos aquellos que solamente viven una espiritualidad de apariencia, para ser vistos por las personas, pero en la realidad son personas con un corazón lleno de maldad y pecado (MATEO 23:27-28) Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
Tenemos que comprender que el verdadero cristianismo no se vive solamente en la iglesia, sino PRIMERAMENTE EN NUESTRA CASA con nuestra familia (Mateo 5:14-16) Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
II) SE RECONOCE POR SU AMOR Y AMABILIDAD
(JUAN 13:34-35) Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Nuestro Señor Jesucristo dejó bien claro que la marca que distingue a sus discípulos, es decir, a los cristianos, a los hijos de Dios, es EL AMOR. Por lo tanto a la familia cristiana lo que debe distinguirla es el amor que hay entre sus miembros, el amor que hay entre los cónyuges y entre padres e hijos.
Ese amor que se manifiesta en un trato sin violencia, con respeto y con amabilidad
Entre los cónyuges (Colosenses 3:19) Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
Entre los padres hacia sus hijos (Colosenses 3:21) Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
Entre los hijos hacia sus padres (Colosenses 3:20) Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
Entre la familia, los abuelos y padres ancianos (1 Timoteo 5:4) Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan estos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.
III) SE RECONOCE POR SUS PRIORIDADES Y COMPROMISOS BIEN DEFINIDOS
(Josué 24:15) Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
Tenemos que comprender que congregarse en una iglesia es parte fundamental de la vida cristiana, no podemos decir que somos verdaderamente cristianos si no nos congregamos (Hebreos 10:25) no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Es por eso que una verdadera familia cristiana no solamente “VA A LA IGLESIA”, es decir, de manera eventual, esporádicamente,sino que “SE CONGREGA CON CONSTANCIA” en una iglesia, es decir PARTICIPAN DE MANERA ACTIVA, SIRVEN, AYUDAN Y COLABORAN CON AMOR Y COMPROMISO (1 Corintios 16:15-16) Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. 16 Os ruego que os sujetéis a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.
IV) SE RECONOCE POR SUS PRINCIPIOS Y VALORES DIFERENTES A LOS DEL MUNDO
(JUAN 17:14-16) Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Las verdaderas familias cristianas no son personas que se creen tan espirituales que no se relacionan con nadie, sino que viven en una sociedad llena de pecado, de tentaciones, de maldad, pero mantienen firmes sus valores cristianos.
NO VIVEN COMO VIVEN TODOS, NO CONSIDERAN ALGO NORMAL LO QUE PARA DIOS ES PECADO, son familias que muchas veces pueden ser criticados, vistos de menos o tenidos como locos, pero NO CAMBIAN SUS VALORES PARA AGRADAR AL MUNDO (Daniel 3:16-17) Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. 17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
Son personas que han comprendido una verdad espiritual muy importante: LA AMISTAD CON EL MUNDO ES ENEMISTAD CONTRA DIOS, es decir, tratar de vivir como vive el mundo para ser agradables al mundo es vivir vidas desagradables a nuestro Dios (Santiago 4:4) ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
CONCLUSIÓN: Una verdadera familia cristiana no se define por las apariencias externas ni las tradiciones religiosas, sino por su relación genuina con Dios, reflejada en autenticidad, amor, prioridades centradas en el Señor, y valores firmes que no se adaptan al mundo. Estas familias viven su fe en el hogar, en la iglesia y en la sociedad como un testimonio real del poder transformador de Cristo.