La modernización de los nuevos tiempos comprenden grandes retos que debemos alcanzar como metas requisitoria para ser parte de la grandiosa civilización del futuro de hoy.
Pero no que eso implique la implacable desaparición de metas no lograda. Existen otros retos sobrenaturales que comprenden el poder, la paz, la eternidad y la riqueza, que son mayores que cualquier reto de la humanidad.
Cito al Presidente Ronald Reagan en la Universidad de Harvard, enfocada en la educación científica y cristiana, valorando la educación cristiana como el mayor potencial que el ser humano pueda tener en la tierra.
Nuestras familias, la célula de nuestras sociedades estructurada en sus distintos niveles: económico, religioso, político y social son el común denominador de la humanidad, donde también debe incluir la seguridad en la salud, la educación y la paz mundial.
Esos son los estándares de la esperanza que anuncian las necesidades del hombre. Es por ello que esforzarse en estructurar el ideal de un futuro mejor debe tener como visión principal quiénes somos, a qué hemos venido a esta tierra, qué estamos haciendo y hacia dónde vamos.
La trilogía humana está comprendida en alma, cuerpo y espíritu, por lo tanto, la visión humana que no esté amparada en la base central de la composición humana del hombre estaría totalmente divorciada de la verdad.
¿Cuál es la verdad existencial en la paz y seguridad para el hombre?: Dios, Padre hijo y Espíritu Santo.
GÉNESIS 1:1 En el Principio creo Dios los cielos y la tierra.
Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Génesis 1:24
Dios es el dueño del oro y la plata, es el dueño de la sabiduría que recibió Salomón para dirigir a Israel, es dueño de los cielos y la eternidad, dueño del majestuoso e incomparable universo no explorado por el hombre.
La verdad escrita en la santa Biblia nos revela una de las profecías de Jesús cuando dice en el nuevo testamento: “Yo soy la vida, vosotros los pámpanos, el que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer: Juan 15:5.
Por lo tanto el poder de Dios nos asegura la paz, la seguridad, el futuro, la salvación, la gloria, la eternidad en cuerpos de ángeles, es por ello que sobre la capacidad humana existe el poder del bien y el mal.
La Biblia dice que la luz y las tinieblas no pueden estar juntas, de modo que para elegir el futuro, el hombre tiene dos opciones: el camino del bien o el camino del mal. La Biblia dice que por el camino del bien el hombre ha de encontrar el principio de la sabiduría, que es el temor a Jehová en el corazón del hombre, o sea que el temor hace referencia al amor, la pasión y la obediencia al gobierno soberano del Dios Todopoderoso, a quien debemos rendirle culto y honor por la vida y la salud ante otros beneficios como hijo de Dios, herederos y coherederos de su gracia.
Es por ello que, como factores de riesgo tenemos la crisis de la inseguridad social y familiar, por la falta de una buena educación cristiana que exhiba las mejores normas y principios para la vida presente, futura y eterna, para la vida del hombre con Dios.