“Es sin duda el libro más importante conservado en Gran Bretaña”, destaca Neil MacGregor, al hablar de ese libro escrito en griego, a mediados del siglo IV, en un pergamino de cuero vacuno, destinado a los monjes del monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.
El ejemplar de la Biblia más antiguo del mundo es una de las atracciones de la exposición sobre la evolución religiosa de Egipto en los 1,200 años consecutivos a la muerte de Cleopatra, que se inaugura el viernes en el Museo Británico de Londres.
Los 200 objetos de la exposición “Egipto: la fe después de los faraones” permiten explorar la sucesión y el entretejido de las tres religiones monoteístas en el país de las pirámides.
La exposición apuesta a contar 12 siglos de historia religiosa desde la integración de Egipto al imperio romano (30 a.C) hasta la caída del califato fatimí en 1171.
Durante ese largo período se sucedieron y entrelazaron judaísmo, religiones politeístas, cristianismo e islam.
“De un lado vemos las relaciones entre el estado y la religión, la mayoría de la población se hace cristiana en el siglo V y luego musulmana en el siglo X, siguiendo la religión adoptada por la élite”, explica Elisabeth O’Connell, comisaria de la exposición.
“Por el otro, vemos las acciones ordinarias de la gente de todos los días”, agrega, poniendo como ejemplo un contrato de alquiler de dos religiosas cristianas a un judío, que muestra las diferentes comunidades no vivían aisladas entre sí.
Cada nueva religión dominante debía tener en cuenta el pasado. “La idea de que una religión es algo con fronteras claras que distinguen a la gente de sus vecinos no es lo que sucedía allí. Era un mundo donde mucha gente creía en muchas cosas”, explica el director del British Museum, Neil MacGregor. “Se parece mucho al mundo en que vivimos”, agrega O’Connell.
Entre los 200 objetos expuestos figuran verdaderos tesoros como unas cortinas de los siglos VI y VII decoradas con símbolos cristianos y greco-romanos o el Codex Sinaiticus, de caligrafía uncial, considerado como el ejemplar más antiguo de la Biblia.
“Es sin duda el libro más importante conservado en Gran Bretaña”, destaca Neil MacGregor, al hablar de ese libro escrito en griego, a mediados del siglo IV, en un pergamino de cuero vacuno, destinado a los monjes del monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí.
“Es una excelente oportunidad para verlos en el contexto del mundo en el que fue redactado”, agrega.