Señor, ¡haz que volvamos de nuestra cautividad, y que corramos libres como los arroyos del desierto! ¡Haz que los que siembran con lágrimas cosechen entre gritos de alegría! ¡Que los que entre sollozos esparzan la semilla, vuelvan alegres trayendo sus gavillas! Salmo 126:4-6 RVC
Para muchos el tiempo de cosecha ha tardado en llegar, pero Dios ha visto el sacrificio. El ha visto lo que les ha costado a muchos ser obedientes; Nada ha pasado desapercibido ante Sus ojos. Aquellos que han sembrado con lagrimas están a punto de cosechar con gozo, mucho sentirán como si estuvieran viviendo un sueño. ¡Prepárense! Porque la razón de la disciplina de la última temporada está a punto de ser manifestada, era necesario que fueran como una semilla sembrada en la tierra para que pudieran comprender, murieron espiritualmente y fueron afligidos con gran luto, Se sometieron al proceso y siguieron con fe y obediencia siguiendo a Dios con todo su corazón, ahora, el tiempo de su cosecha llegó.
Juan 12:24 NTV Les digo la verdad, el grano de trigo, a menos que sea sembrado en la tierra y muera, queda solo. Sin embargo, su muerte producirá muchos granos nuevos, una abundante cosecha de nuevas vidas.
El Señor dice:
“Hace 20 años planté en ti semillas que entonces no podías manejar más que en forma de semilla. Las semillas que planté eran pesadas y magníficas, pero sólo Yo podía ver el tamaño del árbol y del fruto que había en ellas. Sólo yo podía ver que estaba plantando semillas que producirían frutos más grandes que el árbol de secuoya gigante de la tierra. Sólo Yo podía ver que las semillas que estaba plantando darían frutos que durarían generación tras generación, ¡TODO PARA MI GLORIA! Así que planté estas semillas en ti. Lo supiste cuando lo hice, pero pensaste que era tiempo de cosecha. Cuando la cosecha no llegó, te desanimaste y pensaste que te habías equivocado.
¿Sabes qué? No te equivocaste con tu cosecha. Sólo te equivocaste en el tiempo. Intentaste comenzar de inmediato cuando Yo planté las semillas en tu vientre, pero el tiempo no era el adecuado. Nada funcionó, e incluso la visión que creías tener desapareció. Desapareció porque aún no había echado raíces, y tú la sacaste de su escondite y la expusiste a más sequedad de la que podía soportar. Sin embargo, no lo sabías, y Yo sabía que no te habías dado cuenta de lo que habías hecho. Estuvo bien que miraras la semilla; eres Mi hijo, y eso es lo que hacen los hijos. Pero Yo estaba a tu lado, y planté la semilla cuidadosamente en la tierra de tu corazón tan pronto como terminaste de mirarla. La cubrí en las profundidades de tu corazón para dejarla madurar y crecer hasta que llegara el momento.
Marcos 4:26-29 NTV Jesús también dijo: El reino de Dios es como un agricultor que esparce semilla en la tierra. Día y noche, sea que él esté dormido o despierto, la semilla brota y crece, pero él no entiende cómo sucede. La tierra produce las cosechas por sí sola. Primero aparece una hoja, luego se forma la espiga y finalmente el grano madura. Tan pronto como el grano está listo, el agricultor lo corta con la hoz porque ha llegado el tiempo de la cosecha.
Ahora, hijo mío, la semilla está brotando, porque la estoy llamando con Mi Palabra. He estado regando esta semilla por años, regándola con Mi Palabra, Mi amor, y Mi perfecto sentido del tiempo. Todas las condiciones tenían que ser correctas para que esta semilla brotara, y ahora la estoy haciendo brotar. Todavía no es tiempo de cosecha para esta semilla, pero la cosecha ocurrirá muy rápidamente. He sacado esta semilla a luz para un tiempo como éste. Yo estoy liberando esta semilla en la tierra para que puedas ser un recipiente pleno de Mi gloria. Fuiste hecho para esto, pero el tiempo tenía que ser el correcto. El lugar tenía que ser el correcto también. El ambiente tenía que ser el adecuado tu no ves todavía todas las direcciones en las que esta semilla crecerá en tu vida, pero Yo las veo y estoy complacido. Estoy complacido contigo. ¡Confío en ti con Mi alabanza, con Mi gloria, con Mis bendiciones! Veo el magnífico fruto que abundará en tu cuenta, y estoy orgulloso de ti.
Sé que es fácil distraerse, pero ayúdame regando esta semilla con tus oraciones e intercesión. La cosecha brotará rápidamente mientras Yo te doy el incremento, pero me ayudarás a moverme más rápido si me das permiso para moverme en tu vida con tus oraciones. Trabaja Conmigo regando el brote de la semilla que planté dentro de ti, sabiendo que este es Mi tiempo para la cosecha, ya lo verás. El tiempo lo dirá, porque estos tiempos no tardarán en contar Mis secretos. Yo estaré contigo siempre, hija Mía, hijo Mío. Te amo y nunca te abandonaré. Tampoco abandonaré tus sueños, aunque hayan pasado 20 años desde la última vez que viste este sueño. Yo y sólo Yo veo el final desde el principio, y todos tus días fueron escritos en Mi libro cuando todavía no había ninguno. Quédate quieto y ve la salvación del Señor. Esta cosecha no es para los débiles de corazón, pero cosecharás si no desmayas. Ora y descansa, cree que Yo me moveré, y lo haré. Yo estaré contigo siempre, hasta el fin del mundo. (Jamie Rohrbaugh)
Gálatas 6:9 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
Amós 9:13-14 «Llegará el día—dice el Señor— en el que el grano y las uvas crecerán más rápido de lo que puedan ser cosechados. ¡Entonces los viñedos en las terrazas de las colinas de Israel destilarán vino dulce! Traeré a mi pueblo Israel de su cautiverio en tierras lejanas; reedificarán sus ciudades que están en ruinas y nuevamente vivirán en ellas. Plantarán viñedos y huertos; comerán sus cosechas y beberán su vino. Los plantaré firmemente allí en su propia tierra. Nunca más serán desarraigados de la tierra que yo les di», dice el Señor tu Dios.
Con amor y oraciones,