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Enemigos internos del matrimonio

Salmo 27:11 Un enemigo es algo o alguien que tiene la intención de causar daño, es por eso que al hablar sobre los enemigos internos del matrimonio estamos hablando de aquellas acciones y actitudes, con las cuales nosotros mismos estamos causando daño a nuestro matrimonio.

Veamos cuáles son esos enemigos internos del matrimonio: 

PRIMER ENEMIGO: LA FALTA DE COMPROMISO EN LA PAREJA (OSEAS 2:19-20)

Muchas personas se lamentan de sus problemas matrimoniales, pero lastimosamente en muchos casos el primer problema que tienen es que NO son un verdadero matrimonio, no hay querido pasar de solamente estar unidos al compromiso de amor de un matrimonio.

Muchas parejas aparentemente son muy sólidos, muy estables, pues tienen hijos, una bonita casa, tienen bastante tiempo de estar juntos, etc, son como un árbol frondoso, lleno de hojas y frutos, pero su raíz no es profunda, su raíz es débil, y tarde o temprano los vientos y tempestades de la vida, lo pueden hacer caer.

La falta de compromiso comienza desde la relación de noviazgo cuando después de bastante tiempo de salir juntos, de convivir como pareja se preguntan y ¿Qué somos?

Muchas parejas deciden convivir juntos, unirse como pareja y comienzan a edificar una vida juntos, pero descuidan el fundamento, descuidan la importancia del compromiso de pareja, porque tienen miedo a equivocarse, tienen miedo a perder su libertad, pero es necesario reconocer que cuando amamos a una persona ese amor nos lleva al compromiso, a tomar la responsabilidad de amar, de compartir, de cuidar, de ser fiel, con la persona que amamos.

La falta de compromiso en la pareja puede provocar inestabilidad, desconfianza, intolerancia, libertinaje, y egoísmo, es decir solamente se exige pues alguien no comprometido no esta dispuesto a dar lo que él o ella exige.

SEGUNDO ENEMIGO: DESCUIDAR LA RELACIÓN CON DIOS (MATEO 6:33)

Es triste ver parejas que desde el momento que se unieron en matrimonio poco a poco se van alejando de la iglesia y de los caminos de Dios.

No podemos negar que la vida matrimonial esta llena de compromisos: La pareja, los hijos, el trabajo, los quehaceres del hogar, los suegros y los padres, etc.

Pero tenemos que saber que aun a pesar de todos los compromisos y responsabilidades de la vida matrimonial la palabra de Dios nos declara lo siguiente: TODO TIENE SU TIEMPO (Eclesiastés 3:1)

Lamentablemente muchos matrimonios están decayendo de la misma forma como decae su vida espiritual, pues Dios no puede añadir a un matrimonio, paz, armonía, gozo, protección y prosperidad si no buscan primeramente su Reino.

Un matrimonio solido y estable es aquel que sin importar su edad tanto el esposo como la esposa tienen la madurez necesaria para reconocer cuales son las prioridades en la vida y para tomar sus decisiones en base a esas prioridades, y tenemos que comprender que en la vida personal y matrimonial DIOS TIENE QUE SER NUESTRA PRIORIDAD.

TERCER ENEMIGO: EL MAL CARÁCTER (PROVERBIOS 15:18)

No importa que se puedan tener comodidades materiales en el hogar, que el esposo sea un hombre trabajador o la esposa una mujer muy hacendosa en su casa, si él o ella no pueden controlar su carácter la vida se vuelve intolerable, por los maltratos, por los gritos, por los constantes pleitos, por las heridas que causamos en el corazón de nuestro cónyuge por las palabras que decimos.

Si somos personas que tenemos mal carácter tenemos que saber que el daño que causamos a nuestra relación son irreversibles. No se pueden regresar las cosas malas que dijimos o que hicimos, y el mal carácter es soportable en el corto plazo, nadie quiere vivir toda una vida con una persona que solamente daña y pide perdón, pero nunca cambia.

Pero tenemos que comprender que el problema del mal carácter radica primeramente en nuestro corazón, en la amargura, en las frustraciones, en los resentimientos, en las heridas no sanadas (Lucas 6:45) y el único que puede ayudarnos a transformar nuestro corazón es Dios.

CUARTO ENEMIGO: DESCUIDAR LA INTIMIDAD CON NUESTRA PAREJA (CANTARES 5:6)

Intimidad es: Relación muy estrecha y de gran confianza. El matrimonio es la mayor relación de intimidad entre un hombre y una mujer.

Esa intimidad se manifiesta en diferentes ámbitos de la vida: En la comunicación, en los momentos que se comparten como pareja, y en la sexualidad.

Muchos matrimonios están siendo afectados porque han descuidado la comunicación, hay indiferencia, nos sentamos a la mesa y en lugar de platicar con la esposa o con el esposo nos dedicamos a mirar el celular, a comentar sobre lo que se publica en las redes sociales, a escribir mensajes, etc.

¿Cómo podemos tener una mejor comunicación e intimidad con nuestra pareja?

Recordar los buenos momentos felices que vivieron juntos.

Hacer juntos planes para el futuro.

Busca la compañía de tu pareja, trata de estar siempre con ella cuando estés en casa, ya no permitamos el estar el esposo en la sala y la esposa en el cuarto, cada uno, en su mundo, cada uno en su vida.

Pide ayuda a tu pareja, comenta tus problemas y busca las posibles soluciones con tu esposa o con tu esposo, hazlo sentir que es importante para tu vida.

Prefiere siempre a tu cónyuge antes que a tus amistades, es necesario salir de la rutina como pareja.

No debemos descuidar la sexualidad en el matrimonio, pues tenemos que recordar que la intimidad sexual es una de las formas más fuertes para expresar intimidad, amor, pasión, y que esas necesidades insatisfechas pueden llevar a infidelidades que dañaran gravemente el matrimonio (Proverbios 27:7)

Fuente:
Pastor Oscar Flores | El Salvador

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