Miqueas 7:6 Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre son los de su casa.
Verdaderamente podemos darnos cuenta que siempre en la familia de una u otra forma pueden haber problemas, conflictos, pleitos, etc, la palabra de Dios nos muestra que aun en las familias de los hombres de fe del antiguo testamento tuvieron pleitos, resentimientos, y conflictos.
Podemos verlo desde el principio en la familia de Adán y Eva, a tal grado que Caín mató a su hermano Abel (Génesis 4:3-8) Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6 Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. 8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.
Podemos ver también los conflictos que hubieron en la familia de Isaac por causa de sus hijos Jacob y Esau ya que Jacob tomó con engaños la bendición que era para su hermano Esau (Génesis 27:41-43) Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob. 42 Y fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú su hijo mayor; y ella envió y llamó a Jacob su hijo menor, y le dijo: He aquí, Esaú tu hermano se consuela acerca de ti con la idea de matarte. 43 Ahora pues, hijo mío, obedece a mi voz; levántate y huye a casa de Labán mi hermano en Harán,
Y también podemos ver los conflictos que hubieron en la familia de Jacob a causa de la envidia que los hermanos de José sentían en contra de él (Génesis 37:3-5) Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. 4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecía, y no podían hablarle pacíficamente. 5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerlo más todavía.
Hemos podido observar que los conflictos, los pleitos, los resentimientos, no son algo ajeno a las familias que forman parte del Reino de Dios, SIEMPRE HABRÁN CONFLICTOS, SIEMPRE HABRÁ PLEITOS, pero el Señor nos hace un llamado como familias cristianas, y ese llamado a es a buscar la reconciliación, hacer lo posible para reconciliarnos con aquellos con los cuales hemos tenido conflictos (Romanos 12:18) Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Y TENEMOS QUE COMPRENDER QUE PARA NUESTRO DIOS LA RECONCILIACIÓN ES ALGO MUY IMPORTANTE (Mateo 5:23-24) Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
La palabra de Dios nos muestra que una de las mayores bendiciones de una familia cristiana es poder vivir en armonía, (Salmo 133:1) ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos juntos en armonía! Y PARA PODER VIVIR EN ARMONÍA NECESITAMOS RECONCILIARNOS.
ESTE DIA VAMOS A REFLEXIONAR EN LA PALABRA DE DIOS SOBRE LOS ENEMIGOS DE LA RECONCILIACIÓN EN LA FAMILIA
I) PRIMER ENEMIGO: LA FALTA DE COMUNICACIÓN HONESTA Y SINCERA
(GÉNESIS 21:25.27) Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado. 26 Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. 27 Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto.
Podemos ver en este texto que Abraham tenía conflicto, estaba molesto con Abimelec por causa de un pozo de agua, pero Abimelec no estaba enterado del conflicto ni de la molestia de Abraham.
Lastimosamente muchas veces pasa lo mismo en nuestra familia, estamos molestos por algo, y eso nos hace alejarnos, eso nos hace distanciarnos de nuestra familia, y muchas veces son cosas que las personas no se han dado cuenta, pues no hemos tenido la sinceridad de expresar el porqué de nuestra molestia.
No podemos reconciliarnos en la familia si ni siquiera les hemos expresado a nuestros familiares que fue lo que nos molesto, no les hemos dicho que fue lo que nos ha hecho sentir mal.
Es por eso que es de vital importancia la comunicación PODER EXPRESAR CON SINCERIDAD Y CON RESPETO LO QUE NOS MOLESTA O LO QUE NOS HA DAÑADO (Proverbios 25:11) Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
II) SEGUNDO ENEMIGO: LA FALTA DE PERDÓN
(AMÓS 1:11) Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor.
La falta de perdón o negarnos a perdonar significa TENER EL CORAZÓN LLENO DE RESENTIMIENTO Y RENCOR.
Y tenemos que comprender que PERDONAR ES EL PRIMER PASO PARA LA RECONCILIACIÓN y la palabra de Dios nos enseña que el perdón es algo que como cristianos debemos dar de maner INCONDICIONAL (Colosenses 3:13) soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
No hay VERDADERA RECONCILIACIÓN con un corazón lleno de rencor, NO HAY VERDADERA RECONCILIACIÓN si NO HAY PERDÓN. (Génesis 50:15-21) Viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.
16 Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: 17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban. 18 Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos. 19 Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? 20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. 21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.
TERCER ENEMIGO: ÉL ORGULLO Y LA TERQUEDAD
(JUECES 19:1-4) En aquellos días, cuando no había rey en Israel, hubo un levita que moraba como forastero en la parte más remota del monte de Efraín, el cual había tomado para sí mujer concubina de Belén de Judá. 2 Y su concubina le fue infiel, y se fue de él a casa de su padre, a Belén de Judá, y estuvo allá durante cuatro meses. 3 Y se levantó su marido y la siguió, para hablarle amorosamente y hacerla volver; y llevaba consigo un criado, y un par de asnos; y ella le hizo entrar en la casa de su padre. 4 Y viéndole el padre de la joven, salió a recibirle gozoso; y le detuvo su suegro, el padre de la joven, y se quedó en su casa tres días, comiendo y bebiendo y alejándose allí.
Veamos lo que nos dice este mismo texto en la versión PALABRA DE DIOS PARA TODOS (PDT) En ese tiempo en que Israel no tenía rey, hubo un levita que vivía en las montañas de Efraín. Ese hombre tenía una concubina que era de la ciudad de Belén en el territorio de Judá, pero un día la concubina se enojó con el levita y regresó a la casa de su papá en Belén de Judá. La mujer se quedó con el papá durante cuatro meses. 3 Después de un tiempo, el levita fue a buscar a la mujer, quería hablar con ella para que regresara de nuevo con él. El levita llevó a su sirviente y sus burros hasta la casa del papá de la mujer. Al llegar al lugar, el papá de la mujer salió muy contento a saludar al levita 4 y lo invitó a quedarse allí. El levita se quedó en la casa de su suegro durante tres días. Allí bebió, comió y durmió.
Independientemente si la mujer del Levita se fue porque le fue infiel o porque se haya enojado con él PODEMOS DESTACAR LA ACTITUD DEL LEVITA, ÉL FUE A BUSCARLA, Y HABLARLE AMOROSAMENTE PARA QUE REGRESARA CON ÉL , es decir, él fue con UNA ACTITUD DE HUMILDAD PARA RECONCILIARSE CON ELLA.
Lastimosamente en muchas familias, en muchos matrimonios, en los pleitos de hermanos, lo que no nos permite reconciliarnos es NUESTRA FALTA DE HUMILDAD, LA SOBERBIA Y TERQUEDAD DE NUESTRO CORAZÓN.
Posiblemente estas orando por la reconciliación en tu matrimonio o estás orando para poder reconciliarte con tu hermano o hermana, pero TENEMOS QUE COMPRENDER ALGO MUY IMPORTANTE: PARA RECONCILIARNOS NO BASTA CON ORAR, TENEMOS QUE IR Y BUSCAR A LA PERSONA CON LA QUE TENEMOS PLEITO O RESENTIMIENTO (Mateo 5:23-24) Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.
VE Y BUSCA A ESA PERSONA Y ARREGLA CON ELLA EL CONFLICTO, ORA, PIDELE LA AYUDA AL SEÑOR, PERO VE Y RECONCíATE CON TU FAMILIA.