Todo lo que ha de acontecer en el fin de los tiempos siempre tendrá que ver con el pueblo de Israel. Pablo tenía amigos y aún así se quedó sólo. Dijo en una ocasión… “Sólo el Señor estuvo conmigo en mi defensa”. “Que bueno es estar cerca de la verdad” Los días que tenemos por delante debemos vivirlos con Fe auténtica.
El día más grande y de más expectación de toda la historia será el “día del arrebatamiento”. Más que nunca debes esforzarte en ser amigo y en pelear por el reino de Dios, trabajando en su viña. Para el arrebatamiento no hay “enchufes”, cada uno tiene que preparar su lámpara y esforzarse para entrar por las puertas. Si el diablo se quiso hacer pasar por Dios, ¿cómo no ha de engañar a muchos hoy, haciéndose pasar por bueno?
Si no nos enseñoreamos del pecado, entonces su dominio sobre nosotros nos dejará inutilizados muy rápido. En medio de la preparación para el rapto, es cuando el amor de muchos se enfriará. No se puede estar siguiendo a Jesús si no se está plenamente enamorado de Él . Alguien enamorado lo que desprende es una obediencia de fidelidad continua. El pastor que ama a Jesús, también se enamora de la congregación. Amor es enamoramiento. Jesús no murió a la fuerza en la cruz. Murió porque estaba enamorado. Jesús sufrió la caída más profunda de los infiernos.
La fidelidad completa equivale a la fusión de dos almas. David y Jonathan. David tipo de Jesús y Jonathan tipo de la Iglesia. Lo que vivimos en una reunión llena de Gloria, si no estamos plenamente enamorados, entonces no nos durará siquiera un día. Aquellos que viven un tipo de vida ordinaria, nunca se enamoran. Al arrebatamiento no podemos mirar solos.
Necesitamos mirar en unidad. Siempre en unidad. La iglesia de Tesalónica era la más joven de todas las de aquella época.Pablo vivió su vida enamorado de la Iglesia. Los que no están enamorados no obedecen, o lo hacen a la fuerza. Los hijos enamorados de sus padres honran con su amor.
Jesús dice hoy: Los miembros hoy no quieren venir a comer mi carne y a beber mi Sangre. Dios no puede hacer nada con los hijos que no saltan de la barca, como lo hizo Pedro al querer andar. La Fe solo espera que la Palabra se cumpla y se solidifique el mar de pruebas que nos rodea. Pedro era muy impulsivo, rudo, agresivo, tosco etc; pero aún así, estaba tan enamorado de Jesús que no había otro tan valiente como Él entre los doce. Tenía tanta pasión por hacer la voluntad de Jesús, que estaba ciego a todo lo demás agradando más que nadie con su obediencia.
Jesús dice hoy: Yo amé a la novia, me enamoré y bajé a la cruz para santificarla y amarla para mí mismo. La naturaleza del esposo viene a nosotros cuando correspondemos con nuestra vida al amor sublime del Hijo. Nosotros como gentiles, no teníamos nada. Los que no tienen afecto natural y viven el cristianismo como algo superficial, no serán atraídos por el Hijo en el arrebatamiento. Su iglesia enamorada tiene que saber conocer la soledad, porque Dios quiere saber en ese momento a quien buscamos. El arrebatamiento les va a costar a muchos por haber pisoteado la Palabra. Yo seré perfecto cuando esté con Él.Los que se mueven de forma ordinaria, son semejantes a los demonios que quieren ser el centro del mundo.