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En medio de la crisis, Cuba deja de lado el ateísmo expresando su fe en Cristo públicamente con oraciones

En medio de la crisis, Cuba deja de lado el ateísmo expresando su fe en Cristo públicamente con oraciones

En los últimos años, Cuba ha sido testigo de un notable aumento en el número de cristianos evangélicos y en la frecuencia de oraciones públicas, especialmente protagonizadas por jóvenes. Esta transformación ocurre en un país históricamente conocido como “Estado ateo”, donde la religión estuvo rabana, se han vuelto cada vez más comunes. Con los brazos alzados, los participantes piden bendiciones de Jesús y oran por prosperidad y fortaleza para enfrentar las dificultades. Este fenómeno, antes impensable en la isla, refleja una apertura espiritual en medio de la crisis económica más grave que vive Cuba en las últimas tres décadas.

Diversos especialistas y líderes religiosos coinciden en que la crisis sanitaria global y el agravamiento de las dificultades económicas han impulsado a miles de cubanos, especialmente jóvenes, a buscar refugio en la fe y en las iglesias evangélicas. Muchos relatan que, tras la pandemia, la necesidad de esperanza y sentido llevó a más personas a acercarse a la fe cristiana.

Aunque la religiosidad forma parte de la identidad cubana desde la colonización española, la Revolución de 1959 instauró el marxismo-leninismo como base del Estado y promovió una visión materialista y atea. Durante décadas, los creyentes enfrentaron restricciones para acceder a estudios superiores, cargos públicos y participación política, y la práctica religiosa se relegó al ámbito privado.

La Constitución de 2019 reconoce la libertad religiosa, pero en la práctica persisten limitaciones y controles estatales. Las iglesias evangélicas, en particular, han experimentado dificultades para obtener reconocimiento legal y han sido objeto de vigilancia y hostigamiento por parte de las autoridades.

No existen cifras oficiales sobre el número de evangélicos en Cuba, pero especialistas y observadores coinciden en que la presencia de estos grupos ha crecido significativamente en los últimos cinco años. Se estima que entre el 5% y el 10% de la población cubana pertenece al mundo protestante, aunque el número real podría ser mayor debido a la proliferación de iglesias no registradas.

A pesar del crecimiento, los evangélicos continúan enfrentando desafíos. Las autoridades suelen negar el registro a nuevas iglesias, lo que obliga a muchas a operar en la ilegalidad. Los líderes religiosos pueden ser objeto de interrogatorios, multas, confiscación de propiedades y, en algunos casos, prisión. La vigilancia estatal y las campañas de difamación son estrategias frecuentes para limitar la influencia de las iglesias independientes.

En respuesta a la crisis nacional, miles de cristianos han organizado vigilias y jornadas de oración en toda la isla. Estas iniciativas reúnen a diferentes denominaciones, tanto legales como no reconocidas, y buscan clamar a Dios por la situación del país, la liberación de presos políticos y la restauración social y espiritual de Cuba.

Las comunidades cristianas han sido un apoyo fundamental para muchos cubanos afectados por la pobreza y la falta de recursos. Además de la ayuda espiritual, las iglesias suelen brindar asistencia material y emocional a quienes más lo necesitan, convirtiéndose en espacios de esperanza y solidaridad.

El crecimiento del movimiento evangélico en Cuba es visto por muchos como una respuesta de Dios en tiempos de adversidad. La perseverancia, la oración y la unidad son valores centrales que inspiran a los creyentes a seguir proclamando esperanza, aun frente a la oposición y las dificultades.

Fuente:
bibliatodo

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