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El único camino Jesucristo

En este mundo en que vivimos los cristianos nacidos de nuevo tenemos que  afrontar una fuerte batalla contra Satanás, el enemigo de las almas, por lo que debemos ser  “sobrios,  y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando  a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe”, 1 Pedro 5: 8-9.

Pero Jesús nos dice: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mi”, Juan 14:1, es decir,  que contamos con la maravillosa y extraordinaria protección divina.

El cristiano tiene la gloriosa esperanza de ser levantado de este mundo en el arrebatamiento, cuando Cristo venga a buscar a su pueblo que todavía se encuentra en este planeta, luchando con toda clase de dificultades y enemigos, pero con la victoria asegurada. Pablo se pregunta: “¿Que, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?”,  Romanos 8:31.

El apóstol Pablo dice: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es aguardar la manifestación de los hijos de Dios”, Romanos 8:18-19.

Pero contamos con la gloriosa esperanza que en cualquier momento vamos estar  en la presencia de nuestro Dios y Padre del Señor Jesucristo, disfrutando de la gloria venidera.

Jesús dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os prepare lugar, vendré otra vez, y os tomare a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a donde voy, y sabéis el camino”, Juan 14:2-5.

“Le dijo Tomas: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿Cómo, pues podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi”, Juan 14:5-6.

¿Cuál es la morada que Dios tiene preparada para todos los que se han arrepentido y han recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador?

El apóstol Juan la describe, tras ver nuestra morada en la cual viviremos por toda la eternidad con nuestro Dios y Padre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Juan dice: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,  y el mar ya no existía mas. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada, para su marido.

“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y el morara con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como Dios.

“Enjugara Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.

“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nueva todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

“Y me dijo: Hecho esta. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de vida.

“El que venciere heredara todas las cosas, y yo seré su Dios y el será mi hijo.

“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idolatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”, Apocalipsis 21:1-8.

Hermanos y amigos tenemos en juego nuestro destino eterno, por lo que tenemos que tomar una decisión,  y el único camino para subir al cielo es Jesucristo, arrepiéntete de todos tus pecados y recíbelo  hoy como tu Señor y Salvador, porque mañana podría ser demasiado tarde.

Fuente:
La Biblia

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