Redentor es aquel que redime; y la palabra “redimir” quiere decir: “Obtener libertad por medio de un pago.”
Dios redimió para sí un pueblo en Egipto cuando en Su última plaga la muerte de los primogénitos, ninguno de los primogénitos de la naciente nación de Israel fue muerto.
“3 …tómese cada uno un cordero según las familias… 5 El animal será sin defecto,… 13 Y la sangre [del cordero] os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.” (Éxodo 12:3, 5, 13).
Este proceso, ilustrado con la muerte del cordero de la Pascua, y ser protegido cada hogar al aplicar su sangre en los postes y dinteles de cada puerta nos recuerda el sacrificio de Jesús ofreciendo el pago que se requería para obtener nuestra libertad del pecado.
“sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir,… no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,” (1ª Pedro 1:18-19).
Hoy, al ser comprados por un precio, somos liberados de la esclavitud y libertados para andar con Él.
Si la sangre del Cordero de Dios, Cristo, fue aplicada en los postes y dinteles de tu corazón, dale gracias en adoración y alabanza por lo que Él pagó en tu lugar para darte vida. Si no es así, es el mejor momento para orar:
“Jesús, gracias por tu muerte en sacrificio como el Cordero Pascual en la cruz. Hoy, te recibo como mi REDENTOR por causa de mi pecado.”