03Hace algún tiempo había un programa de televisión llamado “Los restauradores” y era la historia de un hombre llamado Rick Dale, un maestro restaurador que va a la chatarrera y al basurero, para recoger lo que para otros es inservible y someterlo a un proceso de restauración, hasta dejarlo como nuevo para luego venderlo a un mucho mayor precio. Zacarías 9-12 «Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble».
Qué bueno es ver cómo las cosas que para otras personas ya no tienen ningún valor y aparentemente son inservibles, otros pueden ver en ellas algo que solo necesita ser sometido a un buen proceso de restauración para volver a ser algo de mucho valor.
Este día no vamos a hablar de Rick Dale, que es un experto en restauración, este día vamos a hablar del Maestro de los maestros en restauración: NUESTRO DIOS!
Nuestro Dios acepta los más grandes retos de restauración que existen, toma vidas que para otros quizás ya no tienen ningún valor, que otros quizás piensan que no sirven para nada. El las toma y las restaura, no de una manera normal sino sobrenatural.
Tenemos que entender que Dios no hizo al hombre con la imagen que tiene actualmente, Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, no físicamente pero si a semejanza de su personalidad, de su sabiduría, de su carácter, etc, pero satanás se ha encargado de desfigurar, de destruir esa imagen.
Nuestro Dios no hizo al hombre adultero, Dios no hizo al hombre borracho, Dios no hizo al hombre ladrón, Dios no hizo al hombre drogadicto, Dios no hizo al hombre furioso y violento, todo esto es por el proceso de destrucción que el pecado ha hecho en el hombre..
Pero así como satanás ha logrado por medio del pecado destruir la imagen de Dios en su vida, así también nuestro Dios realiza por medio de Jesucristo un proceso perfecto de restauración para el hombre pecador.
Este día comprenderemos por medio de la palabra de Dios como es el PROCESO DE RESTAURACIÓN DE DIOS para nuestra vida.
REFLEXIÓN: Lo primero que tenemos que comprender es exactamente eso: la restauración es un proceso (Proverbios 4:18) la obra de Dios en nuestra vida es un proceso diario, aún no somos producto terminado.
PRIMERAMENTE PARA RESTAURARNOS TENEMOS QUE SER PROPIEDAD DE NUESTRO DIOS (1 CORINTIOS 6:20)
Lo primero que Dios hace en nuestra vida para poder introducirnos en su proceso restaurador es hacernos de su propiedad, tenemos que ser de él para que el pueda trabajar nuestra vida.
Nuestra vida era una chatarra en muchos aspectos: moral, espiritual, física, sentimental, mental, etc, independientemente nuestra condición social o económica, nuestra vida estaba destruida a causa del pecado, pero Dios llegó y pagó el precio por nosotros.
¿Cuál fue el precio que nuestro Dios pagó? (Efesios 1:7) el precio fue la sangre de su hijo derramada en la cruz del calvario, la palabra redención quiere decir pagar el precio.
Somos propiedad de nuestro Dios, somos parte del reino de los cielos pero aun estamos llenos de inmundicia, llenos de pecado, nuestra vida está habituada al mal, tenemos vicios, tenemos el corazón lleno de rencor y de amargura.
¿Qué hace nuestro Dios para restaurar totalmente nuestra vida? Ezequiel 36:25-27
PARA RESTAURARNOS EL SEÑOR TIENE QUE LIMPIARNOS TOTALMENTE (VS 25)
El agua por medio de la cual el Señor nos limpia es su palabra (Efesios 5:26)
Cada vez que venimos a la iglesia para escuchar la palabra Dios estamos siendo lavados y purificados y así como para mantener limpio nuestro cuerpo físico tenemos que nos bañarnos todos los días, no solo los domingos, así tenemos que lavarnos todos los días por medio de la lectura de la palabra de nuestro Dios.
Nuestra asistencia a la iglesia y nuestra lectura bíblica diaria son elementos indispensables para nuestra restauración personal.
PARA RESTAURARNOS EL SEÑOR TIENE QUE PONER EN NOSOTROS UN NUEVO CORAZÓN (EZEQUIEL 36:26)
Para restaurar un vehículo, de qué serviría gastar tanto en la carrocería, en la tapicería, en las llantas, en las luces, etc. si el motor no sirve, si lo principal del carro es el motor, así también para nuestro Dios, no solamente es importante quitarnos los vicios, o solamente restaurar nuestra familia, o arrancarnos de un adulterio, si nuestro corazón sigue lleno de odio, de rencor, de amargura.
Lastimosamente muchas personas solamente quieren que el maestro restaurador solo trabaje su economía, en su matrimonio, pero no quieren darle la llave de su corazón, y si el corazón no es restaurado no es posible una verdadera restauración (Mateo 15:19)
Si nuestro corazón no es limpiado y restaurado no podemos experimentar la gloria de Dios en nuestra vida (Mateo 5:8)
IV) PARA RESTAURARNOS EL SEÑOR PONE EN NUESTRA VIDA SU ESPÍRITU SANTO PARA QUE NO NOS VOLVAMOS A ENSUCIAR (EZEQUIEL 36:27)
Todos los días el Espíritu santo nos está guiando por el camino correcto para que no nos volvamos a destruir, para que no nos ensuciemos nuevamente a causa del pecado.